Plan Hidrológico de Melilla. 2º ciclo de planificación

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Temas importantes para la planificación hidrológica de Melilla. ¿Qué estamos defendiendo?

Guelaya-Ecologistas en Acción Melilla

El martes 13 de mayo se celebraron en la Delegación del Gobierno y en las instalaciones de la Confederación Hidrológica del Guadalquivir  unas Jornadas de participación sobre el segundo ciclo de planificación hidrológica de Melilla (2015-2021), a las que nuestra asociación ha sido invitada a participar, ya que somos parte del Consejo del Agua en Melilla.

Actualmente se encuentra en información pública el “Esquema Inicial de Temas Importantes”, hasta el 30 de junio próximo, por lo que hemos  presentado en las Jornadas un avance preliminar sobre nuestras alegaciones.

Nos ha resulta «curioso» que las declaraciones que han aparecido en los medios locales tengan como titular el ahorro de agua, dado que es una de las críticas que presentamos ayer, y por supuesto, una crítica que se repite desde hace décadas. 

Con el objeto de motivar a los melillenses a su participación en la planificación hidrológica, que incluye muchos aspectos más que la cantidad y la calidad del agua  que recibimos en nuestras casas, queremos hacer pública nuestra opinión sobre las cuestiones en las que estamos de acuerdo, y sobre lo que nos separa de las medidas propuestas por las Administraciones públicas, siguiendo las propuestas de actuaciones en tres bloques de acuerdo a los cinco temas importantes que la información pública plantea.

  1. Fuente de contaminación de las aguas costeras

Comprobamos que se han incluido nuevas fuentes de contaminación de acuerdo a nuestras alegaciones en las etapas anteriores del desarrollo del Plan Hidrológico, en concreto, la limpieza de filtros de la desalinizadora, a lo que sumamos ahora un episodio puntual de salidas de aguas negras en la playa de Horcas, pero no hemos encontrado ninguna medida relacionada con los efectos que los vertidos de salmuera y de la limpieza de filtros de la desalinizadora tiene  sobre la población de Patella ferruginea, que ha disminuido su población en un 50% en la punta de Rostrogrodo. Y al ser especie protegida en peligro de extinción, necesita de un Plan de recuperación, de acuerdo a la Estrategia Nacional de conservación de la especie.

Nuestras conclusiones son que si bien consideramos correctas las medidas propuestas, son insuficientes, especialmente por la urgencia de un Plan de recuperación de la especie en la ciudad de Melilla y por la urgencia con la que debe acometerse el nuevo emisario de salmuera de la desalinizadora como fuente de contaminación que está afectando a la especie, en el límite de la Zona de Especial Conservación de Aguadú.

 2. Garantía de suministros, sequía y costes y 3. Explotación intensiva de las masas de aguas subterráneas

 Deben añadirse medidas de ahorro y eficiencia en el consumo, con un sistema de campañas de concienciación y formación ciudadana  de gran alcance que permitan adoptar un sistema de tarifas de consumo progresivo de forma que se castigue el despilfarro de agua por parte de los consumidores (especialmente en las instituciones públicas, que deben dar ejemplo, ya que consumen alrededor del 25% del agua de Melilla).

 Seguimos sin saber cuales son las fugas reales y los planes de lucha contra las pérdidas, aunque la información presentada en la introducción de las Jornadas señalan pérdidas de más del 20%, que es el nivel establecido en la directiva de Aguas, por lo que compartimos las preocupaciones de los representantes de las Administraciones públicas que no tienen todavía conocimiento de cuanta agua se gasta y quién la gasta. ¿Los objetivos de disminución a 260 litros/hab/dia no señalan un exceso de demanda?  ¿Es necesaria realmente una ampliación a 30.000 metros cúbicos diarios la desalación cuando eso es el 100% de lo que se gasta al día? Estos datos nos llevan a pensar que más que pensar en aumentar más el agua que se sirve a la red las medidas deben dirigirse hacia la eficiencia, es decir, evitar el despilfarro y descontrol del consumo actual, que quiere reducirse, como no podía ser de otra manera.

Discrepamos de la prioridad dada al agua de la desalinizadora y a sus ampliaciones sucesivas, al considerar que las medidas de ahorro y eficiencia sobre el consumo de agua, y lucha contra las fugas, tienen capacidad suficiente para disminuir la cantidad de agua desalada, sin dejar de valorar la necesidad de que la extracción de agua de los acuíferos sea sostenible y que se estudien en profundidad, que es algo en lo que estamos totalmente de acuerdo.

Las medidas propuestas, pues,  resultan insuficientes, pues solo se orientan hacia asegurar una demanda irracional de gasto de agua, sin intentar reducirla.

4. Degradación de cauces y 5. Avenidas e inundaciones

“El cauce de la masa de agua del río de Oro y sus afluentes se han visto alterados morfológicamente debido a la canalización del mismo y a la modificación de su trazado original cerca de la desembocadura. Esto ha provocado la pérdida de naturalidad de los cauces y de los ecosistemas originarios propios de estos hábitats. Otro problema que incide sobre estas aguas es la acumulación de residuos sólidos procedentes de poblaciones cercanas.”

 Este párrafo es el núcleo duro de las discrepancias que mantenemos con las actuaciones en los cauces.  Convertir un río en un canal de desagüe sobre una losa de hormigón que vaya a una alcantarilla a 100 metros de su desembocadura es disparatado,  pero no mucho más que defender que lo mejor que se puede hacer con el Río de Oro es que deje de ser un río, cubriéndolo de hormigón, por fuera y por dentro, y deje de ser un canal de desagüe para ser una cloaca. Mayor degradación de cauces en nuestro territorio es impensable.

 Hay dos cuestiones de fondo que es necesario diferenciar:  

 Nos parece razonable proponer medidas de ampliación de la desembocadura del río para prevenir avenidas e inundaciones, de forma que se prevean los efectos del cambio climático, que consisten en el aumento de frecuencia de fenómenos extremos. Podemos entender que exista preocupación por otros puntos de riesgo, como la curva del arroyo Mezquita en el barrio del Real, que son producto de una mentalidad contraria a que el agua vaya a su casa natural, que es el mar, por donde puede, como siempre ha hecho, aunque cambiemos sus cauces naturales, pero no podemos entender que se siga insistiendo en los mismos errores cometidos en el pasado.

 Por otro lado, el tema de los residuos en el río nos parece un problema de gestión, es decir, si se denuncia que la población local no colabora, puesto que aparecen en los cauces lavadoras y objetos voluminosos que acabarán en las playa de la ciudad en la siguiente “ríada”,  no pensamos que eso justifique la desaparición de un río de la geografía española como  solución, sino que precisamente invita a la eficacia en la gestión, que tendrán que plantearse los responsables, a los que pagamos para que solucionen los problemas que afectan a las personas, como es el caso de las playas de la ciudad después de una riada.

Sin embargo, esta cuestión no solo afecta a nuestra asociación, sino a la plataforma de “Salvemos el Río de Oro”, y en consecuencia, la respuesta a este “atropello” no solo incumbe a nosotros, sino a todas las personas que que esperan que el río de Oro siga siendo un río.  

  

 

Un comentario sobre “Plan Hidrológico de Melilla. 2º ciclo de planificación

    […] “Guelaya. Ecologistas en Acción” y esperamos que realmente lleven a la práctica sus demandas, pues puede ser la mejor manera de reconocer el trabajo voluntario de personas tan valiosas y […]

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