Día: 13 febrero, 2019

Guelaya presentó queja ante la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir por las declaraciones del presidente de la ciudad sobre obras de la desembocadura del río de Oro

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  • Las políticas hidráulicas no pueden resolverse “dando su brazo a torcer” como afirma el presidente de la ciudad.

 

  • La ciudad prefiere invertir dinero en hormigón y en fuentes inútiles en lugar de resolver los problemas de distribución del agua, mejorar la calidad del agua y realizar campañas de ahorro.

 

  • El Plan Hidrológico de Melilla plantea la restauración hidrológico – forestal del río de Oro y los cauces, al contario que las actuaciones de la Ciudad.

 

  • La directiva marco europea habla de protección de los ríos. En Melilla la Ciudad Autónoma no quiere proteger los ríos, sino hacerlos desaparecer en una alcantarilla bajo una losa de hormigón.

 

  • Guelaya denuncia los intentos de echar para atrás la conservación de los ríos y cauces que exige la Directiva Marco de Aguas.

Guelaya presentó ante la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, en calidad de miembro del Consejo del Agua de Melilla, una queja por las declaraciones que el presidente de la ciudad realizó en la visita a las obras de la desembocadura del río de Oro.

 

Un espacio natural, como es el cauce de un río, no puede transformarse en una sala de conciertos al aire libre, para eso está el auditorium Carvajal, por lo que Guelaya solicitó a la CHG que no acceda al uso del río para conciertos o instalaciones deportivas del cauce.

 

Guelaya se refirió en su queja a las noticias en los medios locales afirmando que «Imbroda apuntó que la Ciudad Autónoma contactará con la CHG para pedirle autorización para poder destinar esta zona, de 10.200 metros cuadrados, para uso deportivo o cultural en época de verano, cuando no haya peligro de riadas, si bien recordó que este organismo estatal “siempre pone grandes restricciones al uso de los cauces”.

En otro medio escrito local el presidente «aseguró que hablarán con esta institución y verán si “da el brazo a torcer y nos deja hacer actividades deportivas o incluso un concierto porque se pueden hacer muchas cosas”, al contar con 10.000 metros cuadrados diáfanos y de fácil acceso. “Y después de un concierto pues nos vamos a la playa que está aquí al lado”, apuntó bromeando el presidente de la Ciudad”

Nos preocupa que las decisiones técnicas que afectan al río de Oro se tomen “torciendo brazos”.

 

Mientras que se invierte en hormigón, no se resuelven los problemas de distribución y calidad del agua y se mantiene el gasto de 400 litros por habitante y día, más del doble que la media española.

 

En cambio, las acciones planificadas en el Plan Hidrológico de Melilla para los años 2016-2021 que tienen como objetivo la mejora de los ecosistemas acuáticos no se ejecutan.

 

Nos referimos al “Proyecto de restauración, restitución de márgenes e integración del Medio Ambiental de los arroyos”, que sí tiene asignado presupuesto para el ciclo 2016-2021, pero no se ha  iniciado.

 

Este tipo de proyectos tiene el valor añadido de que necesita mano de obra abundante, por centenares, que falta en Melilla,  lo que no es el caso de hormigonar el cauce, que solo afecta a unos pocos.

 

Por último, Guelaya se quiere sumar a las más de un centenar de organizaciones que han reclamado el miércoles 13 de febrero al Ministerio para la Transición Ecológica que proteja la Directiva Marco del Agua frente a la amenaza de rebajar su protección en Europa.

alcantarilla en la que desemboca el rio de oro tras las obras
Alcantarilla en la que desemboca el río de Oro tras las obras de la desembocadura