río de Oro
SEO/BirdLife Melilla y Guelaya organizaron el pasado fin de semana una Jornada de anillamiento como antesala a la futura estación melillense.

• Entre los días 14 y 16 de mayo se han celebrado, en diferentes puntos de la ciudad, unas jornadas
de anillamiento coordinadas por SEO/BirdLife Melilla y financiadas por Guelaya Ecologistas en
Acción.
• Ambas organizaciones agradecen al grupo Rhodopechys de Almería hacer posible técnicamente el
anillamiento con la participación de sus anilladores expertos.
• En total se han capturado 48 aves de 15 especies diferentes, a destacar el Bulbul naranjero y el
Herrerillo africano, que por ser especies íntegramente africanas han despertado todo el asombro y
curiosidad de los anilladores peninsulares.
Un año más se organizan en Melilla jornadas de anillamiento científico de aves, en esta ocasión es de
nuevo el grupo Rhodopechys de Almería, que con los anilladores José Luis Molina y José María Diaz,
apoyados por el anillador local Francisco J. Pérez, han puesto de nuevo en valor la fauna melillense y
nuestros entornos naturales que, pese a estar severamente castigados, son agradecidos en cuanto a
riqueza natural.
Y es que entre los días 14 y 16 esta actividad no solo ha realizado una labor científica, si no que también
ha demostrado el potencial social que tienen este tipo de jornadas incluso en un año complicado como
este, pues algunos niños, con su mirada inocente y curiosa, se acercaron a nuestra mesa de trabajo y
pudieron disfrutar del atractivo de ver a las aves en mano, demostrando la importante potencial de
divulgación de la ornitología que las organizaciones organizadoras están dispuestas a seguir
promoviendo.
Los lugares elegidos para llevar a cabo las jornadas han sido variados, poniendo en valor la riqueza de la
avifauna local. Desde el propio cauce del río de Oro hasta los pinares de Rostrogordo, pasando por el
Parque Forestal, cada uno con unas especies concretas y ambientes diferenciados, destacando la
importancia de la renaturalización que se está llevando a cabo en nuestro río, convirtiéndolo en una
arteria verde de vida que aumente el patrimonio natural local y lleve nuestra fauna y flora urbana a un
nuevo nivel. Este año la realización de estas jornadas poseen un significado especial pues coinciden con
la reciente certificación del coordinador del Grupo Local de SEO/BirdLife, Francisco J. Pérez, como
anillador científico experto de aves, lo que proporcionará a partir de ahora muchos más datos de nuestra
avifauna sin la necesidad de traer a expertos de otras ciudades.
Los datos que aporta el anillamiento científico se encuentran entre los más clarificadores e importantes
para el estudio, no solo de las aves, sino de procesos como el cambio climático, migraciones o
biodiversidad, permitiendo que conozcamos y nos adelantemos a situaciones futuras que afecten a
nuestro patrimonio natural.
Un total nada desdeñable de 15 especies de diferentes ambientes, pues pudimos comprobar la diferencia
entre el cauce de un río, un parque urbano y un bosquete de coníferas en cuanto a las aves capturadas,
destacando las especies africanas como el Bulbul naranjero o el Pinzón africano que en España solo
pueden verse en Ceuta y Melilla, así como el Herrerillo africano que además de las dos ciudades
autónomas se encuentra en las Islas Canarias.
El resto de especies no son nada despreciables, pues lamayoría eran migrantes que elijen nuestra ciudad como autopista de paso o incluso destino para criar,destacando un imponente Carricero tordal que tuvo a bien caer en nuestras redes del Río de Oro.
También fue curiosa la captura de un Ruiseñor bastardo y un Pinzón que ya contaban con una anilla
puesta en años anteriores en jornadas similares, demostrando que el proceso de anillado no les causa
ningún daño. En un futuro esperamos que la estación de anillamiento melillense permita, además de
aportar una valiosa información científica, trabajar con colegios y todo aquel que quiera disfrutar de
nuestra rica avifauna, a veces tan injustamente ignorada y siendo sin embargo uno de los valores más
relevantes de nuestro patrimonio natural.
Guelaya celebró el Día Mundial de los Humedales 2021 revisando los daños en las plantaciones del río de Oro
- El 2 de febrero de 2021 se cumple medio siglo desde que se firmara el Convenio de los Humedales, un compromiso internacional para proteger las zonas húmedas del planeta.
- El cambio de actitud de Europa hacia las zonas húmedas se hizo evidente con la aprobación de la Directiva Marco del Agua, que exige alcanzar el buen estado ecológico de las masas de agua en cantidad y en calidad.
- Guelaya ha denunciado en la última semana ante todas las autoridades posibles los recientes daños a las plantaciones en el río de Oro en el proceso de renaturalización.
El dos de febrero de 2021 se cumplen 50 años desde que se firmara en 1971 el Convenio de los Humedales o Convenio Ramsar, llamado así porque se firmó en la ciudad iraní de Ramsar, a orillas del mar Caspio. Este convenio nació por la necesidad de proteger estos valiosos ecosistemas de políticas cortoplacistas e irresponsables que ya habían arrasado con buena parte de las zonas húmedas en todo el planeta.
Los humedales son vitales para frenar los dos principales problemas medioambientales que comprometen el futuro de la Humanidad: el cambio climático y la pérdida de biodiversidad. Uno de los factores principales que los hacen tan valiosos para combatir el cambio climático es su papel como sumideros extraordinarios de CO2 , el elemento que de forma más activa está provocando el calentamiento del planeta.
Los países que conforman la Unión Europea dieron un giro definitivo con respecto a la gestión de estos espacios naturales con la aprobación de la Directiva Marco del Agua (2000/60/CE). En base a esta directiva, y con el apoyo del área de Agua de Ecologistas en Acción, Guelaya presentó un proyecto para renaturalizar el cauce del río de nuestra ciudad, el río de Oro, que tras muchas reticencias de las entidades locales fue finalmente aprobado en Madrid por el ministerio de Medio Ambiente hace unos años, y se encuentra en estos momentos aún en las fases iniciales de su ejecución.
El desarrollo del proyecto de renaturalización del río de Oro de Melilla, tras una primera fase de limpieza, ha continuado con la plantación de especies autóctonas que hasta el momento han sido suministradas por el vivero de Guelaya, gracias a la concesión otorgada por la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG).
Sin embargo, en las últimas semanas se han producido invasiones en el cauce del río por parte de vehículos que han provocado daños inadmisibles con más de 100 plantas perdidas. Ha costado mucho trabajo y sacrificio sacar adelante estas plantas en el vivero en los últimos 2 años como para que ahora se pierdan porque no existe suficiente control del territorio por parte de las autoridades.
Guelaya ha presentado denuncias ante el Seprona, la CHG y la consejería de Medio Ambiente y Sostenibilidad y luchará por defender la vida en el río de Oro aunque la Administración no sepa valorar el trabajo del voluntariado ecologista cuando le sale gratis.
El Día Mundial de los Humedales 2021 es una fecha que nos debe recordar la importancia de conservar estos ecosistemas, pero para Guelaya es una fecha para invitar a las personas de Melilla a la defensa de su patrimonio natural.
Por cada planta destrozada en el río de Oro, la sociedad civil de Melilla responderá con 2 plantas nuevas, porque miles de personas han demostrado su apoyo a la defensa del patrimonio natural de Melilla en reforestaciones populares que ahora deberán dirigirse hacia los humedales naturales de nuestra tierra en nuestro río.

Aceites usados en el arroyo Mezquita y salidas de aguas residuales en el río de Oro siguen pendientes de respuesta tras la denuncia de Guelaya
- Se extiende la falta de control del territorio de las Administraciones, desde la periferia a los cauces de la ciudad.
- No se ha producido la misma respuesta que en el caso del vertido de la Ciudad del fútbol en el Real.
- El arroyo Mezquita sigue contaminado desde sus aliviadores por mucho que Guelaya haya denunciado ante todas las Administraciones existentes el vertido de residuos peligrosos (aceites industriales) en el mismo punto.
Van pasando los días y el informe técnico que se está realizando ante la denuncia de Guelaya sobre media docena de vertidos de aguas residuales y fecales en los cauces de la ciudad se hace esperar, y por tanto, seguimos sin saber si se van a acometer las obras necesarias para que la red hidrográfica de Melilla deje de recibir vertidos contaminantes. La respuesta que hemos recibido de la Consejería ha sido el encargo de un informe técnico que realice un diagnóstico y proponga soluciones, pero Guelaya tras dos semanas no ha recibido ningún informe.
Entendemos que se trata de problemas de contaminación que afectan a la salud pública y al medio ambiente en un momento en el que además se están extremando las medidas de limpieza en los cauces de la ciudad, y resulta increíble que en momentos como los que pasamos, con una sensibilización hacia la salud pública como la que el COVID-19 ha provocado, no se dé una respuesta urgente.
La limpieza realizada hace semanas en el arroyo Mezquita ha dejado a la vista una salida de aceites de coche usados que ha sido reiteradamente denunciada por Guelaya a lo largo de la última década. La última denuncia (A la Confederación Hidrográfica, al SEPRONA y a la propia Consejería) se realizó en 2018, como se puede comprobar en la hemeroteca.

En el caso del río de Oro el primer vertido se realiza a la altura del parque de la Cañada y el olor del agua es característico de las aguas fecales. Más abajo, a la altura del colegio León Solá, se mantiene una pérdida de agua de una tubería que no ha sido arreglada por Valoriza. Bajo el parque de las Palmeras existe igualmente una salida que parece del propio parque que debería estar conectada a la red de aguas residuales como el resto que van a la estación depuradora. A la altura del puente de la Palmeras, en la confluencia del arroyo Alfonso XIII, se produce un estancamiento de aguas bajo la rotonda de la carretera de Farhana que existe desde hace años, cuando se realizó el proyecto técnico de renaturalización del río de Oro.
En el sector hormigonado, bajo el campo de fútbol del Tesorillo, existen dos vertidos por tuberías que hace años cuando lo denunciamos a Valoriza sacaban aguas de forma constante y abundante y ahora lo hacen de forma intermitente y en menos cantidad. En un caso se trata claramente por olor y color de aguas negras (fecales) y en el otro caso de aguas residuales.

En el arroyo de Farhana existen dos vertidos más, aproximadamente al final del CETI, en su propio lado, lo que hace pensar que se traten de aguas residuales, y enfrente algunas tuberías sacan de forma intermitente vertidos que parecen de aceites industriales usados, que pueden ser catalogados como residuos peligrosos.
Seguiremos informando y haciendo seguimiento de los vertidos para darles visibilidad, porque dejar pasar el tiempo para invisibilizar el problema no es una opción que Guelaya contemple.
Guelaya denuncia ante la consejería de Medio Ambiente vertidos de aguas fecales en el río de Oro y arroyo Farhana
- Un vertido de aguas al arroyo Farhana procede probablemente de instalaciones públicas como el CETI.
- En el río de Oro los vertidos de fecales comienzan a la altura del parque de la Cañada y terminan bajo el campo de fútbol del Tesorillo.
- Guelaya mantiene la “esperanza” de que con la misma prontitud que se ha arreglado el vertido de la Ciudad del fútbol se arreglen la media docena de vertidos que Guelaya denunció la semana pasada.
La red de alcantarillado y aguas pluviales de Melilla hace aguas al no cubrir el 100% de la ciudad. Es un problema al que l@s melillenses estamos habituad@s, pero no por ello Guelaya deja de escandalizarse por considerarlo anacrónico en el siglo XXI.
La rápida actuación de la Consejería ante la denuncia de los vecinos del Real por los vertidos al cauce del arroyo Mezquita procedentes del centro COVID de la Ciudad del fútbol nos ha animado a denunciar media docena de vertidos de aguas fecales y pluviales en los cauces de la red hidrográfica principal de Melilla, la del río de Oro y arroyo Farhana.
La sensibilidad hacia la salud pública es máxima en Melilla gracias al triste récord de contagios nacionales COVID-19 que padecemos; por eso nos ha parecido un buen momento para poner encima de la mesa un problema que cualquier persona que camina por el río puede ver desde hace años. Los vertidos de aguas fecales en los cauces públicos son una carga de contaminación que afecta a los ecosistemas y al salud pública que tienen que acabar de forma PRIORITARIA si se tienen en cuenta los millones de euros no reembolsables, tres, que la Consejería de Medio Ambiente ha recibido.

En lo que respecta al medio ambiente, el proyecto de renaturalización del río de Oro y arroyo Farhana iniciado con fondos del ministerio de Transición Ecológica a través de la empresa Tragsa, con la dirección de obras de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, cuenta con la información precisa sobre la ubicación de los vertidos a los cauces; nos consta porque la hemos facilitado desde Ecologistas en Acción.
Sobre la salud pública, existe la incertidumbre sobre la posibilidad de contagios COVID-19 a partir de las aguas fecales. Desde el mes de abril en algunos países europeos como Holanda se utilizaron las cargas víricas de las aguas fecales para adelantar la presencia de los contagios, ya que aparecían antes de que el sistema de salud detectara los casos.
La prohibición de verter aguas fecales en los ríos españoles es algo que puede entender cualquier persona, por la enumeración de enfermedades vinculados con los mismas.
Las aguas fecales con y sin COVID-19 que se vierten en la red hidrográfica principal de la ciudad acaban en el estanque de la desembocadura del río, y gracias a los chorros de agua que intentan oxigenar esas aguas sin depurar constituyen aerosoles potenciales de transmitir enfermedades que las autoridades de salud pública de la ciudad no se pueden permitir en las circunstancias actuales.
Guelaya solicita que se corten YA los vertidos a todos los cauces de la ciudad de aguas fecales o pluviales sin depurar como algo prioritario, no solo por la contaminación medioambiental, sino en defensa de la salud pública.

Éxito en las jornadas de anillamiento celebradas en el río de Oro
• SEO.Melilla agradece al grupo Rhodopechys de Almería y al grupo Chagra de Ceuta la colaboración que está recibiendo para la celebración de jornadas de anillamiento en Melilla.
• 41 aves de 13 especies distintas fueron marcadas, medidas y soltadas en apenas unas horas.
• Las antiguas huertas del Río de Oro resultaron ser un escenario perfecto para el anillamiento.
Los pasados 14 y 15 de mayo se celebraron en las antiguas huertas del río de Oro unas jornadas de anillamiento organizadas por Guelaya Ecologistas en Acción, que venían a cerrar las actividades dedicadas a la defensa de las aves por parte de la organización ecologista.
Con estas jornadas Guelaya ha querido apoyar a la recientemente creada SEO-Melilla, ya que Ecologistas en Acción y SEO/BirdLife comparten en el ámbito nacional muchas iniciativas entre las que se encuentra el estudio y defensa de las aves.
La riqueza total de 41 aves marcadas en la tarde del 14 y en la mañana de 15 en apenas 5 horas es una muestra de las potencialidades que el río de Oro ofrece para albergar una sede permanente de anillamiento científico, actividad que ha sido reglamentada recientemente por la Ciudad Autónoma de Melilla.
La mayor parte de las aves marcadas eran especies residentes todo el año o estivales, que en ambos casos se reproducen en Melilla. Pero a pesar de las tardía fechas para las migraciones también fue posible detectar el paso de un mosquitero silbador.
De las 12 especies que se reproducen en Melilla, tres tienen carácter norteafricano, aunque con diferente significado.
El zarcero bereber, como su nombre indica, es propio del norte de África, aunque está presente en el sur de la península. Fue la segunda especie más abundante con seis anillamientos, solo superado por el mirlo común.
Huertas y río son sinónimo de agua, y hay especies que para estar presentes necesitan agua, y vegetación que las proteja. Por eso, por la proximidad del río de Oro en estas huertas, aparecieron ruiseñores comunes y cetias ruiseñores, denominación esta última que sustituye a la de ruiseñor bastado quizá porque lo inmerecido del término en un ave tan delicada.
El bulbul naranjero, que hace apenas 40 años empezaba a colonizar tímidamente los parques y jardines melillenses, es ya una especie habitual en el parque Hernández y en tantos espacios públicos, incluyendo el río de Oro, pues son las huertas la base de operaciones que ha utilizado para colonizar nuestro espacio urbano y adaptarse, evitando la extinción por el abandono de tantos huertos familiares en el norte de áfrica.
El herrerillo africano es la otra especie no peninsular, que compartimos con Ceuta y con Canarias, porque a pesar de que su nombre científico Cyanistes teneriffae indica su origen canario, mantenemos el nombre local de herrerillo africano frente al “oficial” de herrerillo canario, debido a que la subespecie “ultramarinus” que existe en Ceuta y Melilla, es realmente propia de los territorios norteafricanos.
El resto de especies estuvieron encabezadas por el mirlo, especie que se ha adaptado al medio urbano y sus espacios periféricos, como las huertas, ya que fue la especie más capturada, con 8 de los 41 anillamientos.
Gorriones y carboneros empataron en sus capturas, con cuatro ejemplares cada uno, aunque los dos verdecillos anillados engorden el porcentaje de granívoros, que junto con las aves insectívoras comparten espacio que a pesar de su abandono, o quizás gracias a ello, presenta una gran cantidad de contaminación visual, por la presencia de plásticos, pero al mismo tiempo presentan ausencia de sustancias químicas habituales en la agricultura como plaguicidas, pesticidas, y otros venenos que vienen a complicar la existencia de aves insectívoras como la curruca cabecinegra, el petirojo europeo y el papamoscas gris, cuyo nombre es una declaración de principios en si misma.
Solo podemos concluir esta crónica de las jornadas de anillamiento afirmando que si la Ciudad Autónoma ha reglamentado el anillamiento científico en la ciudad, es lógico pensar que lo promueva, y para ello, que comience a pensar que la renaturalización del río de Oro es una oportunidad para que Melilla empate con el resto de territorio nacional y tenga un lugar que permita la realización de una actividad científica que excepcionalmente ha sido regulada en Melilla antes de que aparezca el primer grupo de anillamiento científico local.
