ENDESA

ENDESA, EL HUMO QUE NO CESA

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¿Cuándo se subirán las chimeneas para que la negra contaminación no nos caiga en la sopa?

Hablan mucho de lo que contamina Endesa, pero lo que tienen en su mano hacer para bajar la contaminación no lo hacen

Guelaya no ha cejado en su denuncia de la contaminación de ENDESA a lo largo de los años.

De todas las propuestas que Guelaya ha ido presentando a la Consejería de Medio Ambiente para disminuir la contaminación de Endesa sólo admitieron una, subir la altura de las chimeneas para mejorar la dispersión de los gases contaminantes y poder disminuir la contaminación que cae sobre nuestras cabezas; y ésta la aprobaron en 2019, pero a regañadientes, lo que aprobaron en realidad era que se haría un estudio previo antes de llevarla a cabo. ¿Se ha hecho el estudio?

En realidad, no haría falta ningún estudio. Cualquier fábrica contaminante ubicada en las cercanías de un núcleo urbano tiene chimeneas mucho más altas que Endesa. Los técnicos que vinieron con el autobús medidor de contaminación atmosférica que se instaló en el parque ya dijeron que, independientemente de los valores contaminantes que pudieran darse, esas chimeneas eran muy bajas.

La competencia para establecer la altura y la contaminación que puede salir por las chimeneas de Endesa no la tiene la propia central, la tiene la Ciudad Autónoma.

Recientemente la portavoz del Partido Popular criticaba la, según ella, falta de crítica de Guelaya por la contaminación de Endesa. No debe haber buena comunicación entre las diferentes consejerías del gobierno actual, de lo contrario alguien la habría prevenido para que no agitase las aguas turbias. Guelaya no ha cejado en su critica reiterada de la contaminación de ENDESA a lo largo de los años como bien sabe el actual responsable de la Consejería de Medio Ambiente, el señor Quevedo.

Por presión de Guelaya la Ciudad Autónoma revisó en 2019 los límites de los gases contaminantes que Endesa podía arrojar por sus chimeneas, pero le hizo la jugada completa a Endesa y nos metió a los melillenses varios goles por la escuadra. Cuando la normativa europea para una central de Gran Combustión, como es Endesa (aunque quieran utilizar subterfugios legales para catalogarla como de Mediana Combustión), establecía que en 2021 los óxidos de azufre no podían superar los 200 miligramos por metro cúbico, a Endesa, la normativa aprobada por la anterior Consejería de Medio Ambiente del Partido Popular le permitió hasta 700; para los óxidos de nitrógeno (los más peligrosos porque son además precursores de otro contaminante, el ozono troposférico) el límite estaba en 625, pero a Endesa se le permitieron 2400! hasta 2030, y 1850! en años sucesivos; y en partículas el límite que estaba en 35 lo subieron a los 100 que le autorizaron.

Con las eléctricas hemos topado, amigo Sancho. En 2021 Endesa anunció a bombo y platillo que iba a reconvertir a gas la producción de tres de sus principales motores, con lo que la contaminación emitida se reduciría muchísimo. Parecía que nos estaban haciendo un favor, pero en realidad estaban dilatando hasta el límite la reconversión tardía que le había regalado la Ciudad Autónoma con la ampliación de plazos y límites de contaminación. Hubo foto de rigor con mutuas felicitaciones, pero ningún político local pidió plazos de ejecución.

Para más gloria en 2022 La Autoridad Portuaria, la misma que hasta hace poco consideraba indispensable la ampliación del puerto para, entre otras cosas, trasladar a la, según ellos, supercontaminate Endesa, aprueba la concesión de los terrenos en que está la central por otros 35 años; a cambio le pide que un pago 6,39 € por cada Mwh producido y le exige que produzca al menos 200.000 Mwh al año; si la producción de Endesa fuera, por cualquier motivo, menor de esta cantidad, tendría que abonar a la Autoridad Portuaria la diferencia.

Es decir, la Autoridad Portuaria considera a Endesa como muy contaminante, pero le exige que en años venideros siga contaminado, como mínimo, lo mismo que hasta ahora. La contaminación es lo de menos, lo importante es lo que se puede cobrar por ella.

Hablan mucho de lo que contamina Endesa, pero lo que tienen en su mano hacer para bajar la contaminación no lo hacen; pero sí querían pedir 300 millones de euros al estado para llevarse Endesa a una hipotética ampliación del puerto donde seguiría contaminando igual que donde está ahora.

Mientras la sociedad melillense no sea capaz de presionar a nuestra clase política para que, en lugar de estar obsesionados con mover grandes cantidades de dinero, sean buenos gestores preocupados por mejorar el aire que respiramos, tendremos la contaminación que nos merecemos.

Subir las chimeneas de Endesa no cuesta mucho y ganaríamos todos en salud.

Concentraciones de Guelaya en contra de ENDESA de 2020

Manifiesto sobre la inacción del gobierno de Melilla tras el primer aniversario de la Declaración de Emergencia Climática

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Las entidades sociales y sindicales que firmamos la solicitud de “Declaración de Emergencia Climática” en Melilla hace un año denunciamos la falta de cumplimiento de los compromisos firmados y por ello manifestamos:

Que en el primer aniversario de la “Declaración de Emergencia Climática” (DEC), firmada en la Asamblea de la ciudad en octubre del 2019, no se ha producido ningún avance en los compromisos adquiridos. Esta falta de compromiso coincide con el quinto aniversario del Acuerdo de París, por el que los países firmantes, España entre ellos, se comprometieron a una reducción de emisiones de gases de efecto invernadero con el objetivo de limitar el aumento de temperatura global del planeta.

Que en el resto de España la acción política ante la emergencia sigue siendo insuficiente ya que la reducción del 20% que asume nuestro Gobierno nacional queda lejos del 55 % que sería necesario alcanzar en 2030 respecto a los niveles de 1990, comprometido en el contexto europeo esta semana.

Mientras que a nivel nacional no damos la talla, en Melilla la situación es incluso negativa. La inacción en nuestra ciudad queda patente en la evolución de la producción de electricidad que ENDESA declara en Melilla en los 12 meses posteriores a la firma de la DEC, con un incremento de consumos del 1,5%, siendo Melilla la excepción en un contexto nacional de tendencia de reducción de consumo.

Este dato nos permite afirmar rotundamente que no se ha hecho nada por cumplir los objetivos de disminución de emisiones.

La crisis sanitaria y la climática van de la mano

            Por otro lado, reiteramos que la crisis sanitaria que también estamos sufriendo está íntimamente relacionada con la crisis climática y que las soluciones para ambas han de ser conjuntas: no podremos dejar atrás esta pandemia -y las que vengan- sin que las soluciones tomadas sean compatibles con las medidas contra la emergencia climática.  La miopía de la política local intentando responder con las mismas medidas que las han provocado las dos emergencias  empieza a ser dañino para el conjunto de la ciudadanía.

El Gobierno está aprovechando la emergencia sanitaria como excusa para no hacer nada por disminuir las emisiones tras el anunciado repunte en consumo de combustible, electricidad, residuos… Sigue sin atender las demandas de empleos públicos en servicios claramente deficitarios y apostando por el cemento, el hormigón y la construcción, ahora que la frontera cerrada encarece los áridos y se promueven zonas grises en lugar de verdes penalizando económicamente y ambientalmente a la ciudad. En definitiva, se está impidiendo la transformación de Melilla en una ciudad sostenible.

Nuestros Gobiernos, nacional y local, adolecen de una falta de planificación realista tanto en el despliegue de las energías renovables como en el impulso de otras estrategias sectoriales como el hidrógeno verde. Esta improvisación constante augura nuevas burbujas especulativas con un elevado impacto ambiental y social.

Por lo tanto, no hay nada que celebrar hasta que existan políticas y medidas a la altura de los  criterios científicos en Europa, en España pero también en Melilla en este quinto aniversario de la Cumbre de París

Comprobado que al año de firmarse la DEC no solo no hay ningún avance si no que incluso asistimos a un retroceso, que no existe coordinación en la ciudad de Melilla que la ciudadanía pueda apreciar sobre las medidas que necesariamente son conjuntas entre la emergencia sanitaria y climática, REIVINDICAMOS:

Una respuesta conjunta a las emergencias que obedezca a objetivos medibles y cuantificables sostenibles porque ni los intereses sociales, ni ambientales ni de importantes sectores económicos de la ciudad se están cubriendo, en defensa de la histórica demanda de dignificación de los servicios públicos.

Entidades firmantes en Melilla

Plataformas ciudadanas                  

  • 2020 Rebelión por el Clima
  • Teachers for Future Melilla                    
  • Alianza por el Clima 

Entidades sociales

  • Guelaya-Ecologistas en Acción Melilla
  • Melilla ConBici
  • Seo/BirdLife

Sindicatos

  • CCOO
  • CGT
  • SATE/STEs                                                                

Melilla incrementa el consumo eléctrico durante el 2020 saltándose el compromiso de la Declaración de Emergencia Climática

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  • El incremento de demanda eléctrica hasta el pasado mes de octubre ha sido del 1,5% frente a la reducción del 7,5% del resto de Estado durante la primera mitad del 2020
  • El Gobierno de la Ciudad Autónoma incumple así la declaración de Emergencia Climática firmada en octubre del 2019.
  • Melilla es una excepción frente a la España peninsular en materia de energía a pesar de tener una población estabilizada, una actividad económica a la baja y un cierre fronterizo tras meses de confinamiento.

Ha pasado poco más de un año desde que el Pleno de la Asamblea aprobase por unanimidad de todos los representantes políticos la Declaración de Emergencia Climática y los resultados de consumo energético en nuestra ciudad indican que poco o nada se ha hecho para cumplir lo pactado.

La Declaración incluyó, además, el compromiso de reducir por debajo del 7% las emisiones causantes del cambio climático, humos tóxicos como los que produce diariamente la planta generadora de ENDESA en Melilla.

Llama la atención que, tras una tendencia de cinco años de disminución de consumo en nuestra ciudad, en el 2020 se haya producido este pico de incremento en un 1,5%, según ha informado la propia central de ENDESA a requerimiento de Guelaya. En cambio, por primera vez en cinco años, en el contexto nacional, en el 2019 se consumió un 1,6% menos de electricidad, según datos de Red Eléctrica de España. Según el mismo organismo, el consumo peninsular de energía eléctrica se redujo en un 7,5% durante los seis primeros meses de este año.

Esta contradicción merece ser aclarada, por lo que Guelaya ha demandado toda la información disponible en la Consejería de Medio Ambiente y Sostenibilidad. 

Desde Guelaya no se entiende que estos incrementos de consumo energético se produzcan con una población estabilizada en 86.000 personas y en un contexto económico ralentizado, más aún desde el cierre fronterizo.

Este incremento de consumo es especialmente dañino para el medio ambiente teniendo en cuenta, además, que en Melilla la energía no se obtiene de fuentes renovables, a diferencia de la península donde casi el 40% de la energía es de origen renovable.

Es por esto que desde Guelaya exigimos al Gobierno local un esfuerzo en inversiones  para instalar energías renovables en Melilla con el objetivo de reducir las emisiones por debajo del 7% anual.

Así mismo, consideramos relevante que se invierta también en campañas de concienciación de ahorro energético, incluyendo para ello la contratación de educadores sociales.

Desde Guelaya lamentamos la inacción del Gobierno local frente a la emergencia climática pese a la firma de la Declaración hace un año. Una emergencia climática que está relacionada con la emergencia sanitaria que también estamos sufriendo, como si fuesen dos caras de la misma moneda.

Covid19 y medio ambiente en Melilla. 1.Calidad del aire y producción de energía.

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  • Ahorrar electricidad y producir energías renovables es liberar dinero público para el coronovirus

 

  • El ahorro de energía reduce la contaminación atmosférica. Los datos apuntan hasta ahora que la letalidad del Covid19 aumenta en las regiones con mayor contaminación del aire.

 

Los datos

El 95% de la electricidad en Melilla la produce ENDESA emitiendo al año las emisiones correspondientes a 45.590 Toneladas de combustible (cálculo de 2018).

 

El coste del Mwh en la península era en 2018 de 50-60 € y en Melilla de 200 €. El 50% lo paga el Estado y la Red Eléctrica. Con una producción de 216.495,202 Mwh en 2018 ENDESA nos costó a los españoles para producir electricidad en Melilla más de 2 millones de euros (2.164.9520,2).

 

Los datos científicos recogidos en Europa hasta el momento apuntan a un aumento de la letalidad del coronavirus en las regiones más contaminadas (Lombardía en Italia con una mortalidad del 12% frente al 4% en el resto de regiones).

 

Para cumplir los compromisos de París con base científica sobre la emergencia climática hay que producir un 10% menos de emisiones a la atmósfera este año, según el Observatorio de la Sostenibilidad de España.

 

La contaminación atmosférica produce en España al año 10.000 muertes prematuras, la mitad de los  fallecimientos actuales por coronavirus, y provoca un gasto sanitario muy importante.

 

El confinamiento del coronavirus en Melilla está produciendo SOLO un 6% menos electricidad desde marzo.

 

El presupuesto de consumo eléctrico de la Ciudad Autónoma presupuestado para 2020 es de 5 millones de euros. Un 10% de ahorro de consumo eléctrico es medio millón de euros.

 

Necesitamos ahorrar al menos el 10% de electricidad todos los años.

 

¿Para qué?

Para ahorrar al Estado este año aproximadamente 200.000 euros y reducir el déficit público que nos va a aproximar a la bancarrota cuando termine la pandemia.

 

Para reducir las muertes por contaminación atmosférica.

 

Para cumplir con la emergencia climática y reducir las emisiones de C02 y otros contaminantes nocivos para la salud y los ecosistemas.

 

¿Cómo?

Ahorrando electricidad, cada uno en su casa gastando solo lo necesario, no derrochando. Apagando luces, y exigiendo a la administración que disminuya su presupuesto en consumo eléctrico.

 

Generando energías renovables, favoreciendo su instalación modificando los permisos de obras para agilizarlos y hacerlos más baratos (consejería de Infraestructuras)

 

Generando energías renovables invirtiendo los fondos FEDER asignados a ello en los edificios públicos (Consejería de Medio Ambiente y Sostenibilidad) y dirigiendo el mayor número posible de subvenciones para crear empleo en instalaciones domésticas (Plan de Contingencia, consejería de Hacienda).

 

Modificando la tecnología de los motores de ENDESA para 2022, año en que termina la concesión de la CD ENDESA , ahorrando y disminuyendo un 18% las emisiones de CO2 (25.600 Tn año), un 81% las emisiones de NOX (2405 t) , un 88% las de SOX (641 t) y un 89% de partículas P2.5 (54 t)

 

Y por qué más

 

Porque el pleno de la Asamblea de Melilla aprobó por unanimidad de todos los partidos en 2019 estas medidas en la declaración del plan de emergencia climática de Melilla, y hay que cumplir lo que se firma.

 

Y para ello

 

Guelaya  llama a los melillenses a sumarse a la acción global que se realizará el próximo viernes 24 de abril a las 22 h en protesta por la inacción ante las alertas y emergencias que provocan pérdidas de vidas humanas de forma insostenible.

 

En este enlace podéis sumaros a la #AcciónGlobalporelClima24A :

Acción Global por el Clima 24 de Abril

 

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Carta a los Magos y Magas de Guelaya

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  • Guelaya Ecologistas en Acción quiere comenzar el año felicitando a toda la gente de Melilla y desearle un 2020 lo más sostenible posible tanto en lo personal como en lo social y económico

 

  • En lo ambiental, Guelaya quiere compartir con todas las personas de la ciudad su carta de deseos, que esperamos cumplir a lo largo del año

 

Querid@s Mag@s:

 

Desde Guelaya queremos pedir en primer lugar un gobierno a ser posible decente, que nos traiga una Ley de Cambio Climático justa social y ambientalmente, un decreto sobre reciclaje de materia orgánica, que estamos muy necesitados de ello, y dinerito para cumplir la disposición de la Ley de Residuos y poder enviar a la península con cargo a las arcas del Estado lo que no podemos reciclar ni reutilizar en Melilla, especialmente si son residuos de la incineradora.

 

Queremos vivir 2020 con salud y nos gustaría, si no fuera demasiado pedir, saber qué aire respiramos. Por eso nos pedimos un equipo de medición de calidad del aire fijo para la ciudad y otro para el puerto, porque no sólo huele Endesa, los barcos también huelen y echan por esas chimeneas lo que nadie mide ni regulación internacional ni nacional alguna exige, hasta que por fin se aplique la zona de bajas emisiones del Mediterráneo.

 

Y si los melillenses no hemos sido suficientemente buenos en 2019 para poder saber qué respiramos, pedimos un equipo móvil que registre partículas grandes y pequeñas, ozono troposférico, óxidos de nitrógeno y azufre, lo más cancerígeno, menos de una tercera parte de los gases sobre los que la Unión Europea establece valores máximos para respirar de forma saludable, aunque la OMS diga que tienen que ser más bajos.

 

Total, para qué discutir sobre cuál es el nivel máximo saludable de calidad del aire si en Melilla no se mide nada. Lo que sí pedimos es que por favor no tengamos que acabar defendiendo nuestros derechos en Fiscalía, como hemos tenido que hacer en años precedentes.

 

Si supiéramos lo que se respira podríamos saber cómo nos afecta el tráfico rodado, una central térmica diésel en el corazón de la ciudad, y una incineradora a 36 metros del núcleo urbano más próximo, que es el barrio de Mª Cristina.

 

¿Se puede denunciar la mala calidad del aire si no se mide? Esperamos grandes avances en esta materia de nuestras autoridades locales y autonómicas en 2020, porque si supieran lo que respiramos, podrían conseguir grandes avances en la lucha contra el cambio climático.

 

Vivimos en una isla energética, donde toda la electricidad que necesitamos proviene de la tecnología más sucia y denunciada en nuestro entorno europeo, los motores diésel. Pensar que una multinacional italiana que saquea a ENDESA desde hace tiempo creando dificultades laborales va a invertir en reducción de emisiones de efecto invernadero por el bien de la Humanidad es no saber donde se vive.

 

Por eso las Autorizaciones Ambientales Integrales (AAI) de las principales industrias contaminantes de la ciudad deberían ser más rigurosas y eso lo esperamos de nuestras autoridades ambientales, porque si no tienen abogados dispuestos a asesorarlos en materia de calidad del aire al menos han firmado una declaración de emergencia climática por unanimidad de todos los grupos políticos, así que no sólo tienen el apoyo de las personas que salimos a la calle a recordar que las generaciones jóvenes no tienen futuro, sino que no tienen oposición política posible si de lo que se trata es de establecer objetivos medibles y cuantificables anuales para disminuir las emisiones en el 2030, porque en el 2040 y 2050 ya nos va a obligar la nueva Ley de Cambio Climático y la Unión Europea. El aumento de las energías renovables y la disminución del uso de energías fósiles comienza este año de forma inexcusable.

 

Y para reducir las emisiones de la incineradora no quedará otra que poner en marcha los planes de reducción y reutilización, ahora que se empieza a reciclar por obligación legal, así que esperamos que en 2020 la cantidad de basura que se incinera en Melilla disminuya al menos un 10% y se comience a preparar el reciclaje de la materia orgánica.

 

Lo que sí pedimos es reducir lo más posible los vertidos de escombros en cauces y periferia urbana de Melilla. Queremos ver en 2020 cómo se comienzan a instalar cámaras en los puntos negros y se ponen multas, porque tras año y medio informando de los vertidos en Melilla ninguna de las medidas que se han tomado hasta el presente han servido de nada salvo una: impedir el acceso físico con grandes piedras o vallas donde se vierten los escombros a los vehículos, que a tenor de las sacas que se están empezando a ver también son camiones.

 

2020 será un año en el que entidades sociales y personas seguiremos trabajando juntas en la Alianza por el Clima. Personas voluntarias seguiremos limpiando nuestras costas de la basuras marinas y de nuestro pasado cuando vertimos todo tipo de basuras  a los fondos próximos a Horcas Coloradas.

 

Lo que pediremos es que para comenzar a controlar el problema se comience a prevenir la causa de las basuras marinas, que es el uso de plásticos en tierra. El 80% de las basuras marinas tienen su origen en tierra y el 87% de esas basuras en Melilla son plásticos. Este año debe ser el primero en el que se aprueban medidas para reducir el uso de plásticos en la ciudad y el gesto del año pasado por una Feria sin plástico se generalice no sólo al uso de vasos reutilizables.

 

La situación de emergencia climática no sólo afectará al aire que respiramos y a la crisis climática, también afectará al aumento del ritmo de extinción de especies, y por tanto pediremos que el esfuerzo en conservación de la biodiversidad se manifieste con unos buenos presupuestos que permitan ver en 2020 los primeros Planes de Conservación y Recuperación de Especies, tanto migradoras como la gaviota de audouin como sedentarias en peligro de extinción como la Patella ferruginea.

 

Los espacios protegidos de la Red Natura 2000, tras casi una década de planes de gestión metidos en un cajón, deberán plantearse si están sirviendo realmente para proteger y conservar especies que están más presentes fuera que dentro de los espacios protegidos, por lo que nos pediremos una ampliación de los estudios sobre especies protegidas como el Helianthemum caput-felis, que es más abundante fuera de la Red Natura 2000 que dentro.

 

Una ampliación de la Red Natura 2000 puede justificarse por ese motivo, al igual que nuevas figuras de protección, y por ello pedimos una Zona de Especial Protección de Aves (ZEPA) en los acantilados marinos de la ciudad, además de ampliar las Zonas de Especial Conservación (ZEC).

 

Finalmente, y no por ello menos importante, nos pedimos que llueva para que las reforestaciones que hagamos tengan las mínimas pérdidas posibles, porque en el río de Oro se van a plantar en 2020 entre 5000 y 10000 árboles. Guelaya pone los árboles, el Ministerio el dinero, la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) la dirección de obras, y la empresa Tragsatec ejecuta el proyecto de renaturalización del río de Oro, el más importante en materia de conservación que se ha  visto en Melilla desde la creación de la Red Natura 2000 a comienzos de siglo.

 

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ENDESA: RECONVERSIÓN O CIERRE

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Hace tres años que Guelaya-Ecologistas en Acción denunció que la normativa  que la anterior Consejería de Medio Ambiente tenía aprobada para limitar las emisiones de los gases contaminantes de la central térmica Endesa  estaba basada en una ley del año 1974, que había sido derogada hace tiempo. Según la Autorización Ambiental Integrada (AAI) que tenía en vigor, Endesa podía emitir los óxidos de nitrógeno que quisiera.

 

Cuando pusimos en conocimiento de esta ilegalidad al entonces Consejero de Medio Ambiente,  Manuel Quevedo, se comprometió a revisar la AAI de Endesa.

 

La nueva AAI de Endesa se aprobó en 2019, pero podemos decir que solo ha cambiado el formato, el fondo sigue igual.

 

Es inadmisible que la anterior Consejería de Medio Ambiente haya dado carta blanca a Endesa para seguir contaminando sin cambio alguno hasta 2030.

 

Esta Consejería, por la continua presión de Guelaya-Ecologistas en Acción, tuvo que  revisar los valores límites de gases contaminantes que Endesa podía expulsar por sus chimeneas; esta revisión forma parte de sus competencias, pero lejos de exigir a Endesa una reconversión acorde  con la normativa europea sobre Mejoras Técnicas Disponibles, de obligado cumplimiento desde el 21 de Agosto de 2021,  lo que supondría una reducción drástica de emisiones, del orden de más de 65% para los óxidos de azufre y partículas, y de más del 75% para los óxidos de nitrógeno, decidió establecer unos valores límites, hasta 2030, acordes con las emisiones actuales de Endesa; es decir,  la nueva normativa local se ha adaptado a las emisiones reales en lugar de requerir a Endesa unas inversiones tecnológicas que rebajaran las mismas.

 

Así, cuando la normativa europea para una central de Gran Combustión, como es Endesa, aunque quieran utilizar subterfugios legales para catalogarla como de Mediana Combustión, establece que en 2021 los óxidos de azufre no pueden superar los 200 miligramos por metro cúbico, a Endesa, la normativa aprobada por la anterior Consejería de Medio Ambiente le permite hasta 700; para los óxidos de nitrógeno (los más peligrosos porque son además precursores de otro contaminante, el ozono troposférico) el límite estaría en 625, pero a Endesa se le permiten 2400! hasta 2030, y 1850! en años sucesivos; y en partículas el límite estaría en 35 frente a los 100 que le han autorizado.

 

Desde Guelaya analizamos los datos que nos facilitó Endesa  sobre los valores de emisiones en continuo, que está obligada a medir, y pudimos  detectar que hay turbinas que llegan a valores pico superiores a 4000 miligramos por metro cúbico de óxidos de nitrógeno.

 

Son inadmisibles los altos niveles de mercurio, un elemento altamente cancerígeno, que se declaran vertidos al mar: 1,2 Kg en 2007 y 3,2 Kg en 2014.

 

Además de todo lo anterior, ya denunciamos en su día los malos olores que se desprenden de Endesa desde hace varios años.

 

Cuando nos pusimos en contacto con los responsables de la central nos dijeron que eran debidos al traslado de unos depósitos y que en dos meses el problema estaría solucionado. Al cabo de casi un año colocaron unos filtros, pero los malos olores persisten.

 

Guelaya presentó  12 alegaciones a la AAI de Endesa en las que solicitaba, con arreglo a la normativa vigente, el cambio a otros valores límite para las emisiones y otras formas legales de aplicar la normativa que supusieran una mayor restricción de las mismas. Todas las alegaciones, excepto una, la petición de subir la altura de las chimeneas, fueron rechazadas sin ninguna explicación.

 

Es ofensivo, decepcionante y autoritario responder a peticiones argumentadas en la legalidad vigente con un escueto «No se acepta», sin explicación alguna. Probablemente es, incluso, ilegal.

 

Para mayor confirmación de esta  situación inasumible, el informe publicado hace tres años por  la Agencia Europea de Medioambiente titulado “Revealing the costs of air pollution from industrial facilities in Europe”, otorga a la central diesel de Melilla el puesto séptimo en el ranking de las veinte industrias europeas más contaminantes, es decir, que más costes económicos originan, proporcionalmente, por los daños a la salud derivados de sus emisiones de CO2.

 

El cambio climático es ya una realidad y no podemos seguir mirando para otro lado.

 

Es preciso reconvertir Endesa.

 

concentración endesa

 

 

ENDESA y Cambio Climático

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La Ciudad Autónoma tendrá que obligar a la central de ENDESA a contaminar menos el aire en Melilla si quiere luchar contra el cambio climático

El Gobierno local que salga de las elecciones deberá resolver la Autorización Ambiental Integrada y obligar a la internacional italiana a instalar las Mejores Técnicas Disponibles, que no son quemar fuel-oil.

La contaminación atmosférica afecta a la salud de los trabajadores de Endesa, y a quienes trabajan en los alrededores de la central o residen en sus cercanías.

Enchufar coches a una central que utiliza fuel-oil es quemar el dinero de las subvenciones del Estado al coche eléctrico. Es prioritario que Melilla desarrolle energías renovables.

Se nos acaba el tiempo para intentar poner freno a un cambio climático irreversible.

La lucha contra el cambio climático es el principal problema de la humanidad. Nuestros hijos no tienen futuro si no actuamos ahora y no podemos esperar más. El futuro es ya.

Al nuevo gobierno nacional y al nuevo  gobierno que salga en las próximas elecciones locales, los ciudadanos tenemos que exigirles que sean capaces de defender el bien común aunque tengan que enfrentarse con los intereses de las grandes empresas privadas. Si los políticos no actúan tendremos que hacerlo los ciudadanos, y es hora de empezar a hablar de acciones concretas, en Melilla, en España, en Europa y a nivel mundial.

Además de plantearnos cómo producimos la energía que necesitamos, hay que plantearse si somos eficientes con la energía. Las medidas de ahorro energético tienen que ser prioritarias.

La contaminación que la central eléctrica de Endesa está vertiendo a la atmósfera desde su ubicación en el centro de la ciudad  se reglamenta desde la Autorización Ambiental Integrada (AAI), que concede la ciudad, y está en proceso de cambio tras denunciar Guelaya que se basaba en legislación de tiempos de Franco.

Si la nueva AAI que debe aprobar la Ciudad Autónoma mantiene los actuales motores contaminantes de fuel oil, estará demostrando que defiende los intereses de una multinacional  italiana antes que la salud de los melillenses y la lucha global contra el cambio climático.

La legislación es muy clara, Endesa tiene que producir electricidad utilizando las “Mejores Técnicas Disponibles”, así las llama la legislación europea y nacional. Y existen tecnologías adecuadas para que Endesa disminuya la contaminación atmosférica de forma drástica.

La nueva AAI considera a Endesa como una Instalación de Combustión Mediana, cuando debería ser considerada como una Gran Instalación de Combustión; la diferencia entre una y otra es clave: por normativa europea, en 2021 las Grandes instalaciones de  Combustión sólo podrán expulsar por sus chimeneas un máximo de 625 miligramos por metro cúbico de óxidos de nitrógeno, mientras que las instalaciones medianas podrán expulsar 1850, casi el triple.

Tenemos que reducir sí o sí las emisiones de gases invernadero en todo el mundo, también en Melilla, y para ello Endesa tiene que cambiar urgentemente; en 2017 aumentó  un 5,2% sus emisiones de óxidos de nitrógeno y un 1,3% las de CO2. Nos urge bajar en picado las emisiones de gases invernadero y Endesa-Melilla no hace más que aumentarlas.

Si no se exige a Endesa que reduzca la contaminación en 2021 es porque no se quiere. Este es el momento de obligar a que  la industria contaminante a reducir sus emisiones.

En lo que se refiere a gases invernadero en España, según el Observatorio de la Sostenibilidad, “Endesa es, y será el primer emisor durante muchos años, hasta que no realice una profunda transformación de sus métodos de generación eléctrica”. En 2018 Endesa emitió en España 30 millones de toneladas gases invernadero, lo que supone el 9,28% del total del país.

Hace tres años Endesa-Melilla obtuvo por parte de la Agencia Europea de la Energía, debido a su bajísima eficiencia energética, la calificación de séptima industria más contaminante de toda Europa: contamina una barbaridad para la electricidad que produce.

Se nos acaba el tiempo para intentar poner freno a un cambio climático irreversible.

2030 es la fecha límite, según el IPCC (Panel Internacional de Cambio Climático) para conseguir que la temperatura media del planeta no aumenta más de 1,5 grados; sobrepasar esta cifra nos abocaría muy probablemente a lo que los científicos denominan “catástrofe global”.

El futuro es ya.

La ciudad no se está tomando en serio a los melillenses cuando habla de calidad del aire en Melilla

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  • Guelaya felicita al consejero por adquirir unos equipos propios móviles de medición de calidad del aire tras contratar este año y el año que viene a una empresa para que mida la calidad del aire de Melilla

 

  • La metodología utilizada en Melilla para determinar las medias mensuales o anuales de los parámetros medidos durante un par de semanas deben de pasar a ser revisados en algún congreso científico como algo extremadamente innovador.

 

  • El consejero accede finalmente a que la población melillense reciba información sobre polvo sahariano que ya puede consultar cualquier persona en internet.

 

  • ¿Y para cuando el aviso de partículas sumando el polvo sahariano, ENDESA, la incineradora, el parque móvil de 65.000 coches de Melilla, más los coches que entran de Marruecos diariamente y los barcos que atraquen en el puerto?

 

Han sido muchos años solicitando que Melilla tenga un equipo de medición de calidad del aire. Pero no han sido ni nuestras reiteradas exigencias, ni los artículos de leyes y reales decretos  de la complicada y exigente legislación europea trasladada a derecho nacional en materia de calidad del aire los que han conseguido el objetivo, sino la convocatorias de elecciones y la percepción pública de los melillenses de que la ciudad no informa en materia de calidad del aire a los melillenses. Por eso vamos a tener una estación móvil de registro de calidad del aire.

 

Y sí, aplaudimos a la Ciudad por ello.

 

¿Había necesidad de tomar la decisión a escasos meses de las elecciones tras 4 años de mandato? ¿Por qué no ha sido una prioridad la calidad del aire de los melillenses desde mayo de 2015?

 

Ahora lo que nos toca es recordar a los melillenses que se ha firmado un contrato con una empresa por valor de alrededor de 60.000 euros a dos años, que se ha justificado con el objetivo de saber si era necesario adquirir equipos de medición, y que se ha anunciado ahora comprarlos y con ello se han tirado a la basura los 60.000 euros, incluidos los del presupuesto del año que viene sea cual sea el ganador de las elecciones de mayo, salvo que se tenga un contrato que permita romperse sin consecuencias económicas. Si fuera así debería informarse a la opinión pública sobre ello.

 

Por otro lado el intento de valorar la calidad del aire de Melilla tras 14 días de medición en buenos o muy buenos cuando los niveles legales se refieren a medias mensuales o anuales habla mal de quien lo dice porque más bien parece un intento de manipulación de la información.

 

Interpretar como va a ser una media anual y si supera o no el valor máximo permitido a partir de 14 días es como predecir el tiempo con el calendario zaragozano. La consejería debería mirarse esas cosas porque la imagen que da deja mucho que desear, sobre todo si piensan que las personas que viven en Melilla no tienen ni un poco de sentido crítico.

 

Otra novedad es que se informará de la entrada de polvo sahariano. El anuncio de que se va a informar en la web oficial de la ciudad solo implica poner un enalce a otra web.

 

¿Con qué pagina web se va a poner enlace para ver lo que ya se puede ver en internet cualquier persona?

 

https://meteoiberia.es/asi-entra-la-nube-polvo-sahariano-espana-cuando-nos-afectara/

 

O esta: http://www.aemet.es/es/eltiempo/prediccion/polvo_mineral

 

Lo importante es antes que nada tomar decisiones técnicas eligiendo un lugar donde ubicar el equipo de medición e informar en tiempo real de los valores reales que van a variar de un dia a otro como consecuencia de los vientos dominantes que se llevarán la contaminación de Endesa, de la incineradora, y de los barcos del puerto hacia el mar o la meterán en la ciudad.

 

Porque esos cambios de viento van a provocar niveles de contaminación horaria que podrá pasar del umbral de emergencia y tendrá que ser avisada la población en el  momento que se produzca, no 72 horas antes ni después.

centro de salud delante de las chimeneas de endesa
Centro de Salud frente a las chimeneas de ENDESA

Melilla termina el año como único territorio español que no mide la calidad del aire y que permite a la central diesel de ENDESA contaminar sin los controles previstos en la actual normativa.

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La central diesel de ENDESA sigue teniendo permiso para contaminar el aire con todo los NOx que quiera. No se le impone ningún valor límite. Era así cuando comenzó el mandato político de la ciudad hace casi cuatro años y así será en las próximas elecciones. Hemos perdido cuatro años para actualizar la Autorización Ambiental Integrada.

 

La declaración ambiental que publica la empresa ENDESA sobre su central en el año 2017 confirma que la legislación de referencia es el Decreto 833/1975, firmado en vida de Francisco Franco.

 

Cualquiera puede imaginarse que las mejores técnicas disponibles con las que ENDESA debería funcionar en Melilla no son las que estaban disponibles hace 43 años. Los niveles de partículas y SO2 que figuran en ese decreto como límites son varias veces superiores a los que están vigentes ahora en el Real Decreto 815/2013 o en el  Real Decreto Legislativo 1/2016.

 

Pero además, el Decreto de 1975 no incluye ninguna limitación para los NOX, que causan tal daño a la salud que están provocando ellos solos el final de los motores diesel de locomoción.

 

Hace dos años que el consejero hizo pública su intención de actualizar la Autorización Ambiental Integrada, pero seguimos igual, es decir, con una ENDESA sin una Autorización Ambiental que ponga límites a las emisiones de óxidos de nitrógeno.

 

Y mientras acabamos el año sin autorización ambiental integrada actualizada, seguimos sin poder saber lo que respiramos porque tampoco después de medio año se ha cumplido el anuncio realizado este verano pasado de contratar a una empresa para que mida durante varios años la calidad del aire en Melilla.

 

Por algún motivo que desconocemos, tras los resultados de los últimos análisis de 2013 con graves incumplimientos en los niveles de partículas y ozono troposférico, ni la administración anterior ni la actual han puesto remedio al problema, porque la legislación obliga a tener planes de calidad del aire cuando algún contaminante supera los valores límite.

 

Somos el único territorio español donde la Administración se niega a cumplir con el derecho de los ciudadanos a saber qué respiran.

 

El año 2018 termina a cinco meses de la próximas elecciones y la calidad del aire en Melilla sigue siendo una asignatura pendiente tras casi 4 años de mandato.

 

Esperamos que los PGE de 2019, que ya no malgastan dinero para la ampiación del puerto, sí incluyan una partida presupuestaria para comenzar el estudio del cable submarino que conecte Melilla con la península dejando de ser una isla energética, lo que permitiría a través de la Red Eléctrica Española consumir una electricidad que al menos en un porcentaje importante procede de fuentes renovables, desapareciendo la contaminación atmosférica de ENDESA, que cifra en su propia declaración ambiental de 2017 en 726,78 toneladas de SO2, 2.968,70 toneladas de NOx, 60,03 toneladas de partículas y 144,07  toneladas de  CO.

endesa melilla

 

La ampliación del puerto se viene abajo. Los motivos económicos que intentaban justificarla se han ido desvaneciendo como la espuma.

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La caída en picado de las mercancías que entran al puerto de Melilla pone fin al cuento de la lechera con el que, de forma torticera, se ha intentado jugar con las ilusiones de una ciudad con unas cifras de paro muy elevadas.

Empezaron vendiéndonos una macroterminal de contenedores; ya en 2006 el entonces director de la Autoridad Portuaria, José Luis Almazán, ante las noticias aparecidas en prensa sobre un operador de contenedores que iba a invertir mil millones en Puntanegri, lanzó al vuelo que la ampliación del puerto de Melilla competiría con la marroquí con la creación de una terminal internacional de 170.000 contenedores. La ampliación estaría terminada en 2012, costaría 300 millones de euros y el 70% del capital provendría de financiación privada; y si alguien preguntaba qué tipo de contenedores iban a llegar a Melilla para aspirar a una cifra tan desorbitada, se contestaba que íbamos a ser un referente internacional en el tráfico de mercancías entre América y Asia y entre América y Europa, y los operadores querrían dejar, de forma temporal, sus contenedores en el puerto de Melilla. Si se le preguntaba que por qué las empresas iban a preferir Melilla frente a puertos marroquíes contestaba que Melilla aportaría mayor seguridad jurídica. Además, con este negocio estrella se iban a crear miles de puestos de trabajo.

Se fue Almazán y, en 2015, llegó Marín como nuevo director de la Autoridad Portuaria; ya no se hablaba del supernegocio de los contenedores, ahora el foco se puso en la necesidad de ampliar nuestro puerto por el incesante aumento de las mercancías que entraban a Melilla así como por el aumento del tráfico de pasajeros. Si no se ampliaba, nuestro puerto iba a estar colapsado, no habría sitio para ubicar las mercancías ni para atracar los barcos; además, según Marín la Ampliación generaría 5.000 puestos de trabajo. También se empezó a hablar de la necesidad de nuevo espacio para trasladar las industrias contaminantes de Melilla, sobre todo Endesa.

En 2014 Guelaya presentó sus primeras alegaciones al Proyecto de Ampliación del Puerto de Melilla y en 2017 las presentamos al Estudio de Impacto Ambiental de este proyecto. En estas alegaciones hemos puesto de manifiesto la falsedad en unos casos, y la escasa certidumbre en otros, de las argumentaciones que sustentaban la necesidad de la Ampliación:

Sobre el aumento incesante de mercancías demostramos, con datos de la propia Autoridad Portuaria que el tráfico de áridos se había desplomado. Sobre el resto de mercancías (que mayoritariamente tiene como destino a Marruecos), expusimos que la frontera de Melilla no podría soportar un aumento indefinido del volumen de tráfico y que ya empezaba a dar signos de un probable colapso; por otra parte la construcción del macropuerto de Nador West Med, que ya tenía adjudicados los inversores, echaría por tierra, muy probablemente, lo que quedase de nuestro mal llamado «comercio atípico» .

El tiempo da la razón a Guelaya y, como habíamos previsto, la frontera se ha convertido en un tapón, el tráfico de mercancías con Marruecos ha caído en picado y con él el volumen de mercancías que trabaja nuestro puerto. El 27 de septiembre, en prensa local, se informaba que la Asociación Nacional de Estibadores alertaba de la crítica situción por la que atraviesa la actividad portuaria de Melilla; de enero a julio de 2018 el número de contenedores estibados en nuestro puerto ha descendido un 37%. El señor Marín guardó silencio.

Y para remate del muerto el gobierno marroquí cerró de un plumazo nuestra frontera al paso de mercancías legales; y por lo que parece piensa cerrarla también al tráfico del contrabando; este aspecto, por sí solo, debería bastar para guardar en el baúl de los recuerdos las ansias de infraestructuras del gobierno de la ciudad, dispuesto a gastar más de 300 millones en una ampliación que se quedaría con las explanadas vacías.

La ampliación ya no puede utilizar como principal excusa la necesidad de terreno para almacenar el hipotético aumento en el volumen de mercancías.

Les quedaban algunas excusas secundarias: el volumen de pasajeros, el traslado de la incineradora, de los depósitos de combustible… y Endesa.

Nada se sabe de la valoración económica que hay que añadir para estas operaciones, ni se ha trazado ningún plan económico, ni acordado quien lo va a pagar. El puerto-isla que se pretende construir, por otro lado, no incluye la urbanización del espacio ganado al mar. ¿Cuanto costaría urbanizar 25 hectáreas, construir aceras y carreteras, conectar luz y agua, trasladar industrias tan sensibles como la incineradora o ENDESA, ambas de uso diario imprescindible para el día a día? ¿Otros 300 millones?

Esto supone hipotecar las inversiones del Estado en la ciudad para un buen número de años. ¿Para cuando habrá dinero para terminar el hospital, construir dos colegios nuevos, otro instituto…?

Según la Autoridad Portuaria el volumen de pasajeros aumentaría incesantemente y harían falta nuevos muelles de amarre a largo plazo. Desde Guelaya señalamos en nuestras alegaciones que, además de no tener problemas de sitio para el atraque de barcos ni a corto ni a largo plazo, el volumen de pasajeros podía descender en el momento en que las líneas marítimas que trabajaban en la Operación Paso del Estrecho volvieran a actuar en el puerto de Beni Enzar, cosa que sucedió en 2017 y que produjo un descenso de pasajeros del 8,1%. No se puede pensar en una ampliación por un tráfico de pasajeros fluctuante y que, aunque siguiese aumentando, sería totalmente asumible por las infraestructuras actuales

Y por último Endesa, de la que ahora se preocupan por lo que contamina, aunque es curioso saber que la normativa que restringe las emisiones contaminantes de Endesa la pone el gobierno de la ciudad, y que, según la misma, Endesa podía contaminar, legalmente, lo que no está en los escritos, porque las leyes restrictivas que se le estaban aplicando datan de 1975 y están derogadas hace mucho tiempo. Nuestro gobierno no movió un dedo por actualizar esa normativa hasta que Guelaya lo exigió; ésto fue hace dos años y todavía no han sido capaces de aprobar la nueva normativa de Endesa. Tampoco movieron un dedo para acabar con los malos olores que se desprenden de la central, no hicieron nada, y si Endesa instaló filtros para mitigar estos olores fue porque Guelaya actuó en prensa y en fiscalía. Pero la mejor solución para la contaminación actual y futura de Endesa es la que Guelaya viene defendiendo últimamente, bastaría con unir energéticamente Melilla con la península mediante un cable submarino y adíós a la contaminación.

Ni que decir tiene que la fantasía que trataban de vendernos de los miles de puestos de trabajo que se generarían con la nueva Ampliación ya no tiene sustento alguno; una vez terminadas las obras, el volumen de trabajo de nuestro puerto sería probablemente menor que el actual, porque el tráfico de mercancías está en descenso vertiginoso, lo que, lamentablemente, hace peligrar puestos de trabajo. No habrá puestos nuevos de trabajo, es más, será difícil mantener los actuales.

No quedan excusas para la ampliación del puerto, no quedan excusas para despilfarrar el dinero público buscando crear ilusiones en los votantes; un político decente reconocería que este proyecto se ha venido abajo.

puerto avión 6