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Disruptores endocrinos: La OMS no sólo advierte de las carnes procesadas

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Guelaya quiere recordar que la OMS publicó en 2.012 un informe sobre el «Estado de la Ciencia de los Disruptores Endocrinos Químicos». En él se considera demostrado a través de estudios de laboratorio que la salud humana, así como la de algunas especies de animales, está siendo afectada adversamente por la exposición a los disruptores endocrinos (EDC)

Guelaya, como parte de Ecologistas en Acción, junto con organizaciones  de consumidores y sindicales españolas se unió  al  llamamiento de 3.800 investigadores y profesionales de la salud pública españoles  que exigían la reducción de la exposición a sustancias que alteran el sistema hormonal.

En una carta remitida a la entonces ministra de Sanidad, Ana Mato, y al  entonces titular de Medio Ambiente, Miguel Arias Cañete, los firmantes expresaron su honda preocupación por los efectos sobre la salud humana y ambiental causados por los EDC. Estos están relacionados con problemas de salud reproductiva (infertilidad, malformaciones congénitas), tumores y otras enfermedades en órganos hormono-dependientes (mama, próstata, testículo, tiroides),enfermedades metabólicas (diabetes, obesidad), enfermedades inmunológicas y alteraciones en el desarrollo del sistema neurológico, entre otras.

La preocupación es compartida por la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria (SESPAS), que reúne 12 sociedades científicas y 3.800 profesionales y científicos del campo de la Salud Pública. En un escrito destacaban que «numerosos estudios han mostrado la presencia de decenas de EDC en la población española, incluyendo mujeres embarazadas y niños. En España los niveles corporales o concentraciones en el organismo de las personas de ciertos EDC (la llamada ‘contaminación interna’) son muy superiores a los de otros países»  .

Guelaya quiere recordar a la opinión pública que los estudios científicos sobre el peligro de los EDC vienen de lejos : La OMS ha publicado en 2012 un informe sobre “Estado de la Ciencia de los Disruptores Endocrinos Químicos”. En él se considera demostrado   a través de estudios de laboratorio  que la salud humana, así como la de algunas especies de animales, está siendo afectada adversamente por la exposición a los disruptores endocrinos. Por otro lado, después de muchos retrasos, el Comité de Medio Ambiente, Salud Pública y Seguridad Alimentaria del Parlamento Europeo respaldó la eliminación parcial de compuestos químicos cancerígenos y otros disruptores endocrinos de los dispositivos médicos. A partir de 2020, los materiales empleados en el tratamiento de recién nacidos, embarazadas y lactantes no podrán contener estos compuestos. Se deberán eliminar también de los demás dispositivos médicos si existen alternativas. Y por otro lado los trabajos efectuados por la comunidad científica desde 2002, publicados en reportajes por la Agencia  Europea de Medio Ambiente,  concluyen que hay evidencias de  procesos reproductivos adversos como infertilidad, cáncer, malformaciones,  por exposición a los EDC, así como otros efectos de disfunciones en el tiroides, el cerebro, la obesidad y  la insulina.

Los EDC aparecen en numerosas sustancias tales como pesticidas, aditivos de los plásticos y cosmética. Algunos ejemplos serían : La Atracina, presente en herbicidas utilizados en agricultura, afecta al desarrollo sexual masculino,  el metoxicloro, utilizado como insecticida en la agricultura, afecta al sistema inmune, el metilibencilideno, presente en protectores UVA,  afecta al sistema inmunológico, el nonilfenol, presente en detergentes, afecta al metabolismo de la tetosterona, los  parabenos, utilizados en productos de cosmética y de higiene , afectan a la organización el tejido uterino.

Según el informe de la OMS, los efectos de los EDC dependen de dos factores: tiempo de exposición y etapa humana de exposición , siendo especialmente crítica la del desarrollo, tanto infantil como embrionario, que sería el caso del embarazo. En estas etapas producen lesiones irreversibles, pero  se ha observado que los efectos de la exposición grave a los EDC pueden no aparecer hasta muchos años después, incluso los efectos de la exposición dentro del útero a los EDC pueden hacerse evidentes en la descendencia en lugar de los individuos expuestos. Parece ser que muchos cánceres hormonales como el de mama, próstata, testículo, ovario y endometrio pueden tener su origen en la elevada sensibilidad a los EDC durante la etapa fetal y la pubertad.

Los EDC no afectan solamente al los humanos, hay muchas evidencias de etapas vulnerables en muchos animales como los saltamontes, anfibios y reptiles, que son extremadamente sensibles a la exposición de los EDC.

No es posible establecer un umbral de exposición segura, un límite tal que para dosis de exposición inferiores pudiéramos considerar que los EDC no son perjudiciales porque la sensibilidad a los efectos varía de un individuo a otro. En cualquier caso se ha comprobado que dosis elevadas no significan necesariamente mayores efectos adversos. Pueden provocar efectos tóxicos a dosis altas, ningún efecto a dosis intermedias y  efectos adversos a dosis bajas o viceversa. Por otra parte también se ha comprobado que el efecto negativo puede ser  el resultado de la acción combinada de diversos compuestos , que a nivel individual  no presentan efectos negativos, pero que combinados pueden desencadenar  los efectos adversos.

Por  todo Ecologista en Acción junto con el resto de organizaciones firmante de la carta reclaman a la ministra de sanidad que es urgente implantar políticas para reducir el riesgo que los alteradores hormonales causan en la salud, incluyendo:

  • Formación de profesionales sanitarios y del ámbito educativo, en particular de aquellos en contacto con mujeres embarazadas y niños.
  • Información ciudadana sobre medidas para reducir la exposición a EDC.
  • Eliminación del uso de EDC en contratas y compras públicas (Ej. mantenimiento de edificios y carreteras, jardinería, guarderías, colegios, etc.). * Prohibición de la exposición laboral a EDC de trabajadoras embarazadas y lactantes.
  • Campaña de prevención de la exposición laboral a EDC.
  • Prohibición de EDC en materiales y productos en contacto con alimentos y en artículos y productos de uso infantil.
  • Apoyar la investigación sobre exposición a EDC en España y cómo prevenirla.

Disruptores disruptores 2

Guelaya solicita la inclusión en los programas electorales de los partidos políticos de estos: «Cinco consejos para reducir la exposición a los contaminantes hormonales»

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  En comedores escolares y de hospitales, en los parques municipales y en la limpieza de espacios públicos, la reducción de contaminantes hormonales está también en manos de Ayuntamientos y Comunidades Autónomas. De cara a las elecciones locales y autonómicas de mayo, cerca de una veintena de organizaciones, entre las que se encuentra Ecologistas en Acción, han elaborado un catálogo de cinco medidas para limitar la exposición a estas sustancias relacionadas con el incremento de enfermedades graves.

hormonales

Los contaminantes hormonales se encuentran en plaguicidas, plásticos, cosméticos, productos de higiene y otros artículos de uso cotidiano. Se caracterizan por alterar el funcionamiento normal de nuestro sistema hormonal, encargado, entre otras muchas funciones, de regular el desarrollo. Por ello es de especial relevancia reducir la exposición de mujeres embarazadas, niños y adolescentes a estas sustancias, por ser los sectores de población más vulnerables.

La exposición de la población a contaminantes hormonales presentes en el ambiente está relacionada con el incremento de importantes daños a la salud y enfermedades, incluyendo problemas de salud reproductiva (ej., infertilidad, malformaciones congénitas), tumores y otras enfermedades en órganos hormono-dependientes (mama, próstata, testículo, tiroides), enfermedades metabólicas (diabetes, obesidad), enfermedades inmunológicas y alteraciones en el desarrollo del sistema neurológico, entre otras, según advierte un estudio reciente de la Organización Mundial para la Salud.

Tanto los ayuntamientos como las comunidades autónomas pueden y deben implantar medidas para reducir la exposición de la población a estos contaminantes. Cinco medidas sencillas, de bajo coste, pero de gran repercusión en la salud, deberían ser implementadas por gobiernos municipales y autonómicos con la participación de organizaciones sociales:

  1. Promover el uso de productos limpios a través de contratas y compras públicas

Las Administraciones públicas españolas gastaron en obras, bienes y servicios 165 mil millones de euros en 2011, siendo, con diferencia, el principal agente del mercado. La limitación de la presencia de contaminantes hormonales y otras sustancias preocupantes en las contratas y compras públicas, no solo reducirá la exposición de los trabajadores y usuarios de centros públicos, incluyendo centros escolares y sanitarios, además impulsará la presencia de productos más seguros en el mercado, y apoyará así a las empresas que se han comprometido ofreciendo productos más limpios y seguros.

  1. Fomentar el consumo de alimentos con baja presencia de contaminantes en guarderías, comedores escolares y centros hospitalarios

La alimentación es una de las principales vías de exposición a sustancias tóxicas. Una dieta variada, que persiga reducir el consumo de pescados y carnes grasas; favorecer alimentos orgánicos; evitar envases plásticos; y calentar y cocinar alimentos en envases y utensilios de vidrio o metal reduce la exposición a contaminantes hormonales. Las Administraciones municipales y autonómicas pueden implantar estas medidas directamente en todos los comedores escolares y de centros sanitarios bajo su responsabilidad y fomentar la aplicación de estas medidas en centros privados.

  1. Evitar el uso de plaguicidas en espacios públicos

La fumigación de parques y jardines, el uso de herbicidas en espacios públicos, la fumigación de centros escolares, centros sanitarios y otros espacios públicos cerrados exponen, innecesariamente, a la población a contaminantes hormonales. Existen numerosos métodos de lucha contra plagas y de control de malas hierbas que no utilizan sustancias químicas tóxicas. La implantación de estas medidas además favorecerá su uso también en espacios privados.

  1. Informar y formar a sanitarios, educadores y periodistas

Los profesionales en contacto con familias, jóvenes, niños y adolescentes, como son los médicos de familia, pediatras, matronas y enfermeras, deben estar adecuadamente informados de los riesgos para la salud de la exposición a contaminantes hormonales y estar capacitados para ofrecer recomendaciones para reducir la exposición a sustancias tóxicas, al igual que hacen ya en otros países europeos. También los periodistas y comunicadores deben estar informados y formados para poder ofrecer una información veraz y contrastada a la población.

  1. Reducir el uso del automóvil en desplazamientos cortos

Un 80% de la población española respira aire contaminado. Los desplazamientos en automóvil en nuestras ciudades son la primera causa de esta contaminación. Tanto los humos diésel, como otros contaminantes presentes en las emisiones de los coches, tienen capacidad de alterar el sistema hormonal. La información a la población sobre los efectos de la contaminación sobre la salud, las principales fuentes de contaminación del aire y medidas para reducirla, junto con el apoyo a la movilidad sostenible reducirán de forma ostensible este problema.

Firmado:

  • Amigos de la Tierra
  • ADAEC (Asociación De Afectadas de Endometriosis)
  • ADESPA (Asociación para la Defensa de la Sanidad Pública de Aragón)
  • AFIGRANCA (Asociación de Fibromialgia de Gran Canaria)
  • Asociación de Estudios Geobiológicos (GEA)
  • Asociación Española de Educación Ambiental
  • Asociación Vida Sana
  • CAPS (Centro de Análisis y Programas Sanitarios)
  • CCOO (Comisiones Obreras)
  • CECU (Confederación de Consumidores y Usuarios)
  • Colectivo otra Biología
  • Ecohabitar
  • Ecologistas en Acción
  • FENAER (Federación Nacional de Asociaciones de Enfermedades Respiratorias)
  • Fodesam (Fondo para la Defensa de la Salud Ambiental)
  • Fundación Alborada
  • Fundación Vivo Sano
  • UGT (Unión General de Trabajadores)

La contaminación está dentro de nuestros cuerpos

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Un nuevo problema ambiental, los disruptores endocrinos

Guelaya-Ecologistas en Acción Melilla

Nuestra asociación, como parte de Ecologistas en Acción, junto con organizaciones  de consumidores y sindicales españolas, se ha unido al llamamiento de 3.800 investigadores y profesionales de la salud pública españoles  que exigen la reducción de la exposición a sustancias que alteran el sistema hormonal.

En una carta remitida a la ministra de Sanidad, Ana Mato, y al titular de Medio Ambiente, Miguel Arias Cañete, los firmantes han expresado su honda preocupación por los efectos sobre la salud humana y ambiental causados por los EDC (siglas en inglés de disruptores endocrinos). Están relacionados con problemas de salud reproductiva (infertilidad, malformaciones congénitas), tumores y otras enfermedades en órganos hormono-dependientes (mama, próstata, testículo, tiroides),enfermedades metabólicas (diabetes, obesidad), enfermedades inmunológicas y alteraciones en el desarrollo del sistema neurológico, entre otras.

La preocupación es compartida por la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria (SESPAS), que reúne 12 sociedades científicas y 3.800 profesionales y científicos del campo de la Salud Pública. En un escrito reciente, destacaban que «numerosos estudios han mostrado la presencia de decenas de EDC en la población española, incluyendo mujeres embarazadas y niños. En España los niveles corporales o concentraciones en el organismo de las personas de ciertos EDC (la llamada ‘contaminación interna’) son muy superiores a los de otros países».

Guelaya Ecologistas en Acción quiere recordar a la opinión pública que los estudios científicos sobre el peligro de los EDC vienen de lejos : La OMS ha publicado en 2012 un informe sobre “Estado de la Ciencia de los Disruptores Endocrinos Químicos”. En él se considera demostrado a través de estudios de laboratorio  que la salud humana, así como la de algunas especies de animales, está siendo afectada adversamente por la exposición a los disruptores endocrinos.

Por otro lado, después de muchos retrasos, el Comité de Medio Ambiente, Salud Pública y Seguridad Alimentaria del Parlamento Europeo respaldó la eliminación parcial de compuestos químicos cancerígenos y otros disruptores endocrinos de los dispositivos médicos. A partir de 2020, los materiales empleados en el tratamiento de recién nacidos, embarazadas y lactantes no podrán contener estos compuestos. Se deberán eliminar también de los demás dispositivos médicos si existen alternativas. Y por otro lado los trabajos efectuados por la comunidad científica desde 2002, publicados en reportajes por la Agencia  Europea de Medio Ambiente,  concluyen que hay evidencias de  procesos reproductivos adversos como infertilidad, cáncer, malformaciones,  por exposición a los EDC, así como otros efectos de disfunciones en el tiroides, el cerebro, la obesidad y  la insulina.

Los EDC aparecen en numerosas sustancias tales como pesticidas, aditivos de los plásticos y cosmética. Algunos ejemplos serían: La Atracina, presente en herbicidas utilizados en agricultura, afecta al desarrollo sexual masculino,  el metoxicloro, utilizado como insecticida en la agricultura, afecta al sistema inmune, el metilibencilideno, presente en protectores UVA,  afecta al sistema inmunológico, el nonilfenol, presente en detergentes, afecta al metabolismo de la tetosterona, los  parabenos, utilizados en productos de cosmética y de higiene , afectan a la organización el tejido uterino.

Según el informe de la OMS, los efectos de los EDC dependen de dos factores: tiempo y etapa humana de exposición, siendo especialmente crítica la del desarrollo, tanto infantil como embrionario, que sería el caso del embarazo. En estas etapas producen lesiones irreversibles, pero  se ha observado que los efectos de la exposición grave a los EDC pueden no aparecer hasta muchos años después, incluso los efectos de la exposición dentro del útero a los EDC pueden hacerse evidentes en la descendencia en lugar de los individuos expuestos. Parece ser que muchos cánceres hormonales como el de mama, próstata, testículo, ovario y endometrio pueden tener su origen en la elevada sensibilidad a los EDC durante la etapa fetal y la pubertad.

Los EDC no afectan solamente a los humanos, hay muchas evidencias de etapas vulnerables en muchos animales como los saltamontes, anfibios y reptiles, que son extremadamente sensibles a la exposición de los EDC.

No es posible establecer un umbral de exposición segura, un límite tal que para dosis de exposición inferiores pudiéramos considerar que los EDC no son perjudiciales porque la sensibilidad a los efectos varía de un individuo a otro. En cualquier caso se ha comprobado que dosis elevadas no significan necesariamente mayores efectos adversos. Pueden provocar efectos tóxicos a dosis altas, ningún efecto a dosis intermedias y  efectos adversos a dosis bajas o viceversa. Por otra parte también se ha comprobado que el efecto negativo puede ser  el resultado de la acción combinada de diversos compuestos, que a nivel individual  no presentan efectos negativos, pero que combinados pueden desencadenar  los efectos adversos.

Por  todo, Ecologista en Acción, junto con el resto de organizaciones firmante de la carta reclaman a la ministra de Sanidad que es urgente implantar políticas para reducir el riesgo que los alteradores hormonales causan en la salud, incluyendo:

  • Formación de profesionales sanitarios y del ámbito educativo, en particular de aquellos en contacto con mujeres embarazadas y niños.
  • Información ciudadana sobre medidas para reducir la exposición a EDC.
  • Eliminación del uso de EDC en contratas y compras públicas (Ej. mantenimiento de edificios y carreteras, jardinería, guarderías, colegios, etc.).
  • Prohibición de la exposición laboral a EDC de trabajadoras embarazadas y lactantes.
  • Campaña de prevención de la exposición laboral a EDC.
  • Prohibición de EDC en materiales y productos en contacto con alimentos y en artículos y productos de uso infantil.
  • Apoyar la investigación sobre exposición a EDC en España y cómo prevenirla.