zonas verdes

Los datos socioeconómicos no sustentan el modelo de ciudad que el PGOU mantiene desde 1995

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  • La realidad social de Melilla no permite mantener un modelo de ciudad con máxima edificabilidad
  • No se puede concebir el PGOU como renovación o actualización del procedimiento iniciado hace una década porque las condiciones socio-económicas han cambiado

Mantener el mismo modelo de ciudad que en 1995 con un cambio de Plan es inviable porque las condiciones socio-económicas de la ciudad han cambiado. Esa es la conclusión a la que Guelaya Ecologistas en acción ha llegado y en base a la cual presenta sus últimas alegaciones al PGOU, incluyendo la necesidad de iniciar el procedimiento de evaluación ambiental según la Ley 21/213 de Evaluación Ambiental.

Así lo manifestó en la reuniones previas que Guelaya ha mantenido con el Consejero de Infraestrcutruas, Urbanismo y Deportes y así lo alega ahora, porque no es posible considerar este PGOU ni la continuación de un modelo de ciudad del siglo pasado, ni la actualización del iniciado hace más de una década porque las condiciones socioeconómicas han cambiado tanto que es imposible encontrar una continuidad entre el informe de sostenibilidad aprobado inicialmente en 2012 y el vuelto a aprobar otra vez inicialmente en 2021.

Las condiciones socioeconómicas que los informes de sostenibilidad elaborados en 2012 y en 2021 reflejan no responden al escenario actual, ya que suponen un crecimiento sostenido de población que no coincide con los datos actuales.

La población de Melilla, según el INE, se ha mantenido en 86.000 habitantes desde 2016 a 2019, subiendo a 87.000 en 2020 y bajando nuevamente a 86.000 en 2021. Por lo tanto, en los últimos siete años la población se ha estabilizado, o incluso ha disminuido. El saldo migratorio es 2019 fue negativo, -1%. Por tanto, el escenario demográfico actual no ha sido tenido en cuenta en la planificación urbanística.

En lo que respecta a la actividad económica, tampoco se recoge la situación actual fruto de una serie de circunstancias extraordinarias que afectan gravemente al futuro económico de la ciudad. Todos los datos que el informe de sostenibilidad recoge sobre actividad económica tanto en 2012 como en 2021 están alejados de la realidad y de la actualidad.

Si utilizamos la descarga de mercancías en el puerto de Melilla como indicador de la actividad económica de la ciudad, nos encontramos con que en diciembre de 2021 se desembarcó un 4.16% menos que en el mismo mes de 2020. Es decir, se desembarcó menos que en los momentos de pandemia, y aproximadamente la mitad que en años anteriores.

El tráfico de mercancías del puerto de Melilla comenzó a bajar en 2018 con el cierre de la aduana comercial que impuso Marruecos, y se desplomó definitivamente en 2020 con el cierre del contrabando. El contrabando era la vía que aportaba, con mucha diferencia, mayor afluencia de mercancías al puerto.

Por increíble que parezca, los datos socio-económicos que incluye el informe de sostenibilidad no incluyen terminan en 2015 en la mayoría de los casos, y apuesta  por un modelo de ciudad en crecimiento demográfico y económico constantes para justificar un modelo de máxima edificabilidad en una ciudad en una crisis económica profunda y con una tasa demográfica negativa.

Solicitamos que se desista de considerar el informe de sostenibilidad  de 2021 como una renovación o actualización del aprobado en 2012 ya que no actualiza los datos socioeconómicos y omite los datos más recientes que imponen condiciones extraordinarias y cambios significativos para la planificación urbanística. Debe actualizarse su contenido y por ello debe iniciarse el procedimiento de evaluación ambiental ordinaria de acuerdo a la Ley  21/2013

Ciudad densa y compacta sin zonas verdes de proximidad (1)

Guelaya anima a los melillenses a alegar al PGOU en defensa de las zonas verdes

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  • El PGOU no deja claro qué es y qué no es una zona verde. 35.388 m2 de rotondas e isletas sin acceso no pueden ser zonas verdes.
  • Los pinos de Rostrogordo son parte de la Red Natura 2000 y no deben contabilizarse como parque periurbano sino como zona periférica de una Zona de Especial Conservación.
  • El PGOU debe incluir un Plan especial de zonas verdes como adaptación al cambio climático.
  • Animamos a cada melillense a presentar de forma individual alegaciones a este PGOU para proteger nuestras zonas verdes, y facilitamos en este enlace y al final de este artículo el formulario que hay que rellenar en el que hemos incluido nuestro primer bloque de alegaciones.

Guelaya comenzó a presentar sus alegaciones al PGOU con un bloque de tres sobre zonas verdes, que hacemos público invitando a la ciudadanía a presentarlas igualmente hasta el próximo 24 de julio.

Las zonas verdes de Melilla no cuentan con una definición correcta porque heredan del viejo PGOU la consideración de zonas libres, que englobaba tanto a un aparcamiento como un parque infantil o un jardín. Se trata de mantener una mentalidad del siglo pasado en la que lo verde no tiene valor en sí, ya que no se puede “construir”.

Guelaya propone que para considerar una superficie de Melilla zona verde tenga que cumplir varias condiciones. La primera, que la ciudadanía tenga acceso a la misma para estancia u ocio.

Esa definición que sí viene incluida en el nuevo PGOU choca con la consideración de 35.388 m2 de rotondas e isletas de tráfico que no tienen acceso, y en las que no se puede estar. Guelaya alega que no se puede considerar las rotondas e isletas como zonas verdes por no cumplir esas condiciones. La conclusión es que hay que crear una superficie equivalente para mantener la proporción de m2/habitante de zona verdes.

La otra condición que debe cumplir una zona verde es que sea verde. El PGOU solo señala para ello la existencia de vegetación, sin señalar la superficie mínima cubierta con tierra vegetal y vegetación.

Por ejemplo, el aparcamiento del pabellón deportivo Javier Imbroda, con vegetación en las isletas, podría considerarse una zona verde, al igual que la explanada de San Lorenzo o la plaza de las Cuatro Culturas. Los parques infantiles sin embargo, no se consideran zonas verdes con buen criterio en el nuevo PGOU.

Es necesario incluir como condición para que una superficie sea zona verde que al menos el 51% de su superficie esté cubierta por tierra vegetal y vegetación. De lo que más tiene que haber en una zona verde es verde.

Sobre los pinos de Rostrogrdo el PGOU los incluye como parque perirubano y lo define como “aquellas zonas naturales para el uso de los ciudadanos encuadradas en zonas no urbanas”. Sin embargo, no incluye como zona verde los espacios protegidos de la Red Natura 2000 de los que los pinares forman parte como zona “periférica”.

Incluir los pinares de Rostrogrodo como zona verde aislada de la trama urbana y aislarla de su ámbito de gestión como zona protegida de los terrenos forestales de los que forman parte sirve para incluir 350.000 m2 cuadrados que suponen alrededor del 50% de las zonas verdes totales de la ciudad. Es decir, la proporción de superficie de zona verdes/zona urbanizada es la mitad de la que debería ser si no se incluyeran los pinos. Una buena manera de densificar y proponer la máxima edificabilidad del terreno, que es el objetivo del PGOU-95, que se mantiene con el objetivo de seguir obteniendo la máxima edificabilidad del terreno.

Finalmente, pero no por ello menos importante, en una ciudad que cuenta con una declaración de emergencia climática, y que carece de reglamento de zonas verdes actualizado, llama la atención que no se dedique ni una sola línea del informe de sostenibilidad a promover el papel que la vegetación deberá tener como instrumento de minorización y adaptación al cambio climático, tanto en la zona urbana como en la Red Natura 2000.

Solicitamos que se dote al PGOU de un Plan Especial que sirva al mismo tiempo de normativa de zonas verdes, tanto en lo que respecta a las zonas verdes urbanas, como a las que forman parte de las masas forestales de la ciudad, en la Red Natura 2000, y determine el papel que las zonas verdes van a tener como herramientas de adaptación y minorización del cambio climático.

Animamos a l@s melillenses a presentar de forma individual alegaciones a este PGOU para proteger nuestras zonas verdes, y para facilitar la presentación ponemos a su disposición el formulario que hay que presentar en el siguiente enlace desde el que se puede descargar:

Rotonda sin acceso peatonal contabilizada como zona verde en PGOU

Guelaya presentó sus propuestas iniciales al consejero de Infraestructuras, Urbanismo y Deporte sobre el PGOU

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  • La Consejería reconoce a Guelaya como persona jurídica interesada en el PGOU
  • La valoración de la reunión para los ecologistas ha sido positiva al poder participar en la evaluación ambiental estratégica que determina la Ley 21/2013
  • Las propuestas presentadas por Guelaya serán estudiadas por el equipo redactor del PGOU.

Guelaya ha presentado al consejero Rachid Bussian la necesidad de iniciar a la mayor brevedad posible el trámite de evaluación ambiental estratégica según la Ley 21/2013 de evaluación ambiental vigente y de adaptar el Plan al escenario actual de emergencia climática para no provocar más retrasos de los necesarios.

Desde la aprobación del informe ambiental y de la aprobación inicial de la revisión en 2012 se han producido cambios sustanciales en la redacción del PGOU que obligan a considerar la revisión como un procedimiento diferente al de hace una década, así como el escenario socio-económico.

Desde el año 2012 es difícilmente entendible que el proceso se haya quedado parado casi una década, pero intentar ahora terminarlo con prisas no es equivalente a terminarlo bien, por lo que Guelaya valora como positivo un retraso de meses en la aprobación para la evaluación ambiental estratégica tras un retraso de casi una década. Las prisas no son buenas consejeras. 

Las propuestas realizadas por Guelaya, además de iniciar el procedimiento de Evaluación Ambiental Estratégica  siguiendo la  Ley 21/2013 vigente desde el principio, fueron las siguientes:

1.- Que se redacte y se incluya de forma vinculante en el PGOU un Plan especial de adaptación al cambio climático de acuerdo a los compromisos internacionales firmados por España en materia de emergencia climática, y en concreto el Acuerdo de París, La Estrategia europea de cambio climático  y la Ley de cambio climático española.

2.- Que se preste una especial definición del papel de las zonas verdes ya existentes y de las nuevas, incluyendo las zonas forestales y la Red Natura 2000 en su integridad, para la mitigación del cambio climático, definiendo zona verde no solo por su uso público (como un aparcamiento por ejemplo) sino por incluir al menos un 51% de su superficie con cubierta vegetal.

3.- Que se incluyan normativas específicas de edificación para  promover el uso de energías renovables en las edificaciones y zonas periféricas de la ciudad al margen de los espacios protegidos  y para conservación de la biodiversidad urbana, tanto en edificios como zonas verdes, de acuerdo con la experiencia de otros municipios españoles, especialmente vinculados con la conservación del patrimonio arquitectónico.

4.- Que se incluyan los planes y reglamentos desarrollados desde 2012 en el PGOU como planes especiales en sus versiones actuales o en las actualizaciones que obligatoriamente deberán realizarse para adecuar reglamentos a la legislación vigente en algunos casos.

5.- Que se incorporen al PMUS las conclusiones del Plan Estratégico de Melilla 2020-2029

Entrevista con el consejero Rachid Bussian

Manifiesto sobre la inacción del gobierno de Melilla tras el primer aniversario de la Declaración de Emergencia Climática

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Las entidades sociales y sindicales que firmamos la solicitud de “Declaración de Emergencia Climática” en Melilla hace un año denunciamos la falta de cumplimiento de los compromisos firmados y por ello manifestamos:

Que en el primer aniversario de la “Declaración de Emergencia Climática” (DEC), firmada en la Asamblea de la ciudad en octubre del 2019, no se ha producido ningún avance en los compromisos adquiridos. Esta falta de compromiso coincide con el quinto aniversario del Acuerdo de París, por el que los países firmantes, España entre ellos, se comprometieron a una reducción de emisiones de gases de efecto invernadero con el objetivo de limitar el aumento de temperatura global del planeta.

Que en el resto de España la acción política ante la emergencia sigue siendo insuficiente ya que la reducción del 20% que asume nuestro Gobierno nacional queda lejos del 55 % que sería necesario alcanzar en 2030 respecto a los niveles de 1990, comprometido en el contexto europeo esta semana.

Mientras que a nivel nacional no damos la talla, en Melilla la situación es incluso negativa. La inacción en nuestra ciudad queda patente en la evolución de la producción de electricidad que ENDESA declara en Melilla en los 12 meses posteriores a la firma de la DEC, con un incremento de consumos del 1,5%, siendo Melilla la excepción en un contexto nacional de tendencia de reducción de consumo.

Este dato nos permite afirmar rotundamente que no se ha hecho nada por cumplir los objetivos de disminución de emisiones.

La crisis sanitaria y la climática van de la mano

            Por otro lado, reiteramos que la crisis sanitaria que también estamos sufriendo está íntimamente relacionada con la crisis climática y que las soluciones para ambas han de ser conjuntas: no podremos dejar atrás esta pandemia -y las que vengan- sin que las soluciones tomadas sean compatibles con las medidas contra la emergencia climática.  La miopía de la política local intentando responder con las mismas medidas que las han provocado las dos emergencias  empieza a ser dañino para el conjunto de la ciudadanía.

El Gobierno está aprovechando la emergencia sanitaria como excusa para no hacer nada por disminuir las emisiones tras el anunciado repunte en consumo de combustible, electricidad, residuos… Sigue sin atender las demandas de empleos públicos en servicios claramente deficitarios y apostando por el cemento, el hormigón y la construcción, ahora que la frontera cerrada encarece los áridos y se promueven zonas grises en lugar de verdes penalizando económicamente y ambientalmente a la ciudad. En definitiva, se está impidiendo la transformación de Melilla en una ciudad sostenible.

Nuestros Gobiernos, nacional y local, adolecen de una falta de planificación realista tanto en el despliegue de las energías renovables como en el impulso de otras estrategias sectoriales como el hidrógeno verde. Esta improvisación constante augura nuevas burbujas especulativas con un elevado impacto ambiental y social.

Por lo tanto, no hay nada que celebrar hasta que existan políticas y medidas a la altura de los  criterios científicos en Europa, en España pero también en Melilla en este quinto aniversario de la Cumbre de París

Comprobado que al año de firmarse la DEC no solo no hay ningún avance si no que incluso asistimos a un retroceso, que no existe coordinación en la ciudad de Melilla que la ciudadanía pueda apreciar sobre las medidas que necesariamente son conjuntas entre la emergencia sanitaria y climática, REIVINDICAMOS:

Una respuesta conjunta a las emergencias que obedezca a objetivos medibles y cuantificables sostenibles porque ni los intereses sociales, ni ambientales ni de importantes sectores económicos de la ciudad se están cubriendo, en defensa de la histórica demanda de dignificación de los servicios públicos.

Entidades firmantes en Melilla

Plataformas ciudadanas                  

  • 2020 Rebelión por el Clima
  • Teachers for Future Melilla                    
  • Alianza por el Clima 

Entidades sociales

  • Guelaya-Ecologistas en Acción Melilla
  • Melilla ConBici
  • Seo/BirdLife

Sindicatos

  • CCOO
  • CGT
  • SATE/STEs