banderas negras de Ecologistas en Acción

Banderas Negras 2020: La depuradora y la ampliación de la desaladora obtienen las Banderas Negras en Melilla

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  • La EDAR de Melilla se encuentra en situación de emergencia extrema. Desde Agosto de 2019 incumple todos los parámetros establecidos por la ley.

 

  • Si la depuradora de Melilla está averiada ¿con qué se está regando el campo de golf?

 

  • ¿Por qué no se construye un emisario que evite la contaminación del vertido de salmuera de la desaladora sobre el cantil de la costa?

 

Ecologistas en Acción presentó el 30 de Junio su habitual Informe de Banderas Negras.

 

Las Banderas Negras de Ecologistas en Acción analizan cada año el estado de las aguas superficiales y costeras de España.

 

La planta depuradora de aguas

Guelaya solicitó hace unos meses a la Consejería de Medio Ambiente los datos relativos a la depuradora de Melilla. El objetivo era participar en la elaboración de un Informe Nacional sobre las depuradoras de España que está elaborando Ecologistas en Acción.

Hace tiempo que Guelaya sospechaba del mal funcionamiento de la depuradora de Melilla, pero no podíamos imaginar que estuviese en una situación de emergencia extrema.

En el informe que nos suministra la Consejería de Medio Ambiente se nos comunica que, en Agosto de 2019, se detecta avería en dos de los tres decantadores de la EDAR.

Desde Agosto de 2019 la depuradora de Melilla incumple todos los parámetros establecidos por el RD 509/1996, por el que se establecen las normas aplicables al tratamiento de las aguas residuales urbanas, pero los datos son peores según avanzan los meses.

En Diciembre de 2019 los datos de DBO (Demanda Bioquímica de Oxígeno) llegan a cuadruplicar el máximo permitido, los de DQO (Demanda Química de Oxígeno) lo duplican y los de SS (Sólidos en Suspensión) casi lo quintuplican.

Las aguas vertidas por la depuradora de Melilla se pueden calificar de “negras”

 

Pero los problemas de la depuradora de Melilla no acaban con la enorme avería que padece desde hace meses.

Desde que se construyó el campo de golf, Guelaya ha estado pidiendo información sobre el agua con que se riega. La Consejería de Medio Ambiente siempre ha afirmado que se regaba con agua del terciario, procedente de la depuradora. Es evidente que actualmente no es así. El agua procedente de la depuradora no reúne los requisitos necesarios para el riego de jardines.

En Enero de 2020, Televisión Melilla emitió un programa sobre la depuradora de Melilla, y en él, un jefe de planta de la misma reconocía que el terciario de la depuradora estaba totalmente averiado. No se estaba produciendo agua para el riego de jardines.

La pregunta es evidente: ¿con qué se está regando el campo de golf?

La depuradora de Melilla se merece una bandera bien negra.

 

Foto depuradora
Planta depuradora

 

Ampliación de la desaladora

Uno de los grandes problemas de Melilla es que el agua del grifo es imbebible. Y otro es que el consumo de agua en la ciudad es desorbitado: 400 litros por habitante y día frente a los 150 de media nacional. Para hacer frente a la escasez de agua potable se construyó la desaladora,

La desaladora extrae agua marítima, le quita la sal a una buena parte de ella y la arroja de nuevo al mar con un resto de agua. La denominada “salmuera” se vierte en forma de cascada en el propio cantil, lo que aumenta la salinidad de las aguas costeras y conlleva un riesgo evidente para la biocenosis del lugar. Éste fue el motivo por el que, desde Guelaya ya otorgamos una Bandera Negra a la desaladora de Melilla en 2018.

 

Pero el consumo de agua en Melilla no ha dejado de aumentar. La desaladora produce alrededor de 20.000 m3 diarios y el consumo de la ciudad ronda muchas veces los 38.000 m3. Podíamos haber pensado en la necesidad de reducir el consumo de agua, pero como solución se aprobó un proyecto de ampliación de la desaladora.

 

Guelaya-Ecologistas en Acción presentó alegaciones a la ampliación de la desaladora, entre ellas, y como alegación principal la petición de construcción de un emisario que permita alejar el agua de rechazo de la desaladora del cantil de la costa. Pero no se nos ha escuchado, el cuarto módulo de la desaladora verterá la salmuera a través de la cascada actual. Lejos de atajar el problema, lo ampliaremos. La ampliación de la desaladora se merece una bandera bien negra.

 

 

Foto cascada desaladora
Velero de Ecologistas en Acción frente al emisario de salmuera de la desaladora

 

 

Ecologistas en Acción otorga sus Banderas Negras un año más en el litoral español. Guelaya aporta la desembocadura del río de Oro como punto negro en Melilla.

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Bandera Negra por mala gestión:

Cementación de la desembocadura del río de Oro y construcción de una fuente de colores.

800.000 € de cemento se han utilizado para sepultar la desembocadura del río de Oro de Melilla, uno de los escasos reductos de vida natural que quedaban en nuestra ciudad.

La barbarie se reformula conforme una opinión pública, cada vez más comprometida con la protección medioambiental va creciendo: hasta hace poco tiempo el plan para nuestro río era taparlo con un techo, convertirlo en una enorme alcantarilla, pero no pudieron hacerlo, probablemente por falta de dinero y por temor a contravenir a muchos melillenses que clamaban en las redes sociales contra ese proyecto.

Ahora les vale con inundarlo de cemento. En la desembocadura del río de Oro, que ya estaba en buena medida cementada, pero donde la vegetación se había ido haciendo un hueco con el transcurrir de los años, han decidido que había que cementar y poner, en la desembocadura del río, una fuente, con chorros iluminados durante la noche.

La tendencia en Europa y en España es la renaturalización de los ríos, quitar hormigón, aumentar la vegetación, cuidar los ecosistemas acuáticos, pero el gobierno de la Ciudad Autónoma  decidió que lo mejor era arrancar la escasa vegetación que se había abierto el paso entre el hormigón de nuestro río,  que permitía la reproducción de aves como el chorlitejo o la gallineta, y la visita de aves como la garza real, el andarríos, la lavandera, las garcetas o las cigüeñuelas; teníamos golondrinas y aviones devorando mosquitos; teníamos vida y ahora tenemos cemento amarillo con una fuente de colorines. No se puede ser peor gestor ni más hortera.

La actuación sobre la desembocadura del río de Oro atenta contra la Directiva europea Marco de Agua que entre otras muchas cosas establece que «El agua no es un bien comercial como los demás, sino un patrimonio que hay que proteger, defender y tratar como tal«. El primer objetivo de esta Directiva europea es que «se prevenga todo deterioro adicional y proteja y mejore el estado de los ecosistemas acuáticos y, con respecto a sus necesidades de agua, de los ecosistemas terrestres y humedales directamente dependientes de los ecosistemas acuáticos».

 En Guelaya nos preguntamos qué entendería el gobierno de la ciudad por «prevenir todo deterioro adicional y proteger el estado de los ecosistemas acuáticos».

El Presidente saliente de la ciudad declaró su intención de seguir cementando río arriba y se apresuró a inaugurar la obra pensando en captar votos de quienes, como él, son amantes del cemento. Pero con las primeras lluvias fuertes la fuente quedó sepultada en fango y tuvieron que acudir los operarios para mantener una imagen impoluta de cara a las elecciones; el fango, que antes era absorbido en parte por la escasa zona de tierra, formó una capa de dos centímetros sobre el cemento amarillo y asistimos al triste espectáculo de ver cómo estaban limpiando el lecho de cemento a manguerazo limpio.

Antes teníamos un río y ahora tenemos una fuente. Alguien habrá ganado algún dinero con el cambio.

río antes

Banderas Negras 2018 de Guelaya-Ecologistas en Acción Melilla

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  • Ecologistas en Acción presentó sus banderas negras 2018 a la mala gestión de la costa española

 

  • En Melilla se conceden dos banderas negras por mala gestión y contaminación

 

Todos los años Ecologistas en Acción concede sus “premios Banderas Negras (BN)” a la mala gestión y a la contaminación costera, en todas las CCAA y ciudades. El miércoles 27 de junio se ha hecho público el informe Banderas negras de 2018, que incluye dos banderas negras para Melilla concedidas por Guelaya Ecologistas en Acción.

 

BANDERA NEGRA POR MALA GESTIÓN:

 PROYECTO DE AMPLIACIÓN DEL PUERTO DE MELILLA

Por tercer año consecutivo el proyecto de ampliación del puerto de Melilla recibe una bandera negra por mala gestión.

 

Son muchos los años que llevamos en Melilla soportando y luchando contra  los intentos del gobierno de la ciudad de acometer una ampliación de 25 ha para el puerto actual.

 

En julio de 2014 se lanzó oficialmente el proceso, con la publicación por parte de la Autoridad Portuaria del Documento de Inicio. En Guelaya hicimos las pertinentes aportaciones al Documento de Alcance y presentamos las primeras alegaciones al Estudio de Impacto Ambiental en octubre del mismo año.

 

Ese proyecto no pudo pasar favorablemente la evaluación ambiental porque suponía, en cualquiera de las tres propuestas ofrecidas, la muerte de miles de ejemplares de Patella ferruginea, una lapa declarada en peligro de extinción, y cuyos principales poblaciones mundiales se presentan en las islas Chafarinas y en el muelle Norte del puerto de Melilla, donde se pensaba adosar el espigón de la ampliación.

 

Pero los proyectos megalómanos parecen estar en el ADN de nuestros políticos locales, y en noviembre de 2017 salió a la luz el Estudio de Impacto Ambiental para una segunda versión del  proyecto de ampliación.

 

El nuevo proyecto pretende salvar el escollo de la presencia de la Patella manteniendo intacto el muelle Norte y comunicando la ampliación con el puerto actual a través de un puente. Además mantiene los argumentos de antaño de que es precisa la ampliación por tres motivos: porque el número de pasajeros y el de mercancías importadas crecen y terminarán por colapsar las actuales instalaciones, porque se necesita sitio para ubicar fuera de la ciudad las actuales industrias sucias, a saber, Endesa y la incineradora, y porque Melilla necesita terreno para ofrecer a las empresas que quisieran, potencialmente, instalarse.

 

En diciembre de 2017 hemos presentado las alegaciones de Guelaya a este segundo proyecto y creemos haber expuesto argumentos de peso para rebatir tanto la presunta inocuidad del nuevo proyecto en lo relativo a la presencia de la Patella, como los objetivos socioeconómicos que defienden en el mismo.

 

Así, del propio estudio técnico del segundo proyecto se desprende que, con la ampliación, las corrientes que se originarían supondrían el transporte de las larvas de las Patella del muelle Norte a mar abierto en lugar de a la costa.

 

El número de pasajeros que entran o salen de Melilla ha comenzado a descender este año debido a la apertura de líneas marítimas entre Nador, Málaga y Motril.

 

El número de mercancías importadas va a descender en breve porque una parte muy importante de la misma se destina a pasarla de contrabando hacia Marruecos y la frontera de Melilla  está colapsada, no da más de sí; y por otro lado, la construcción por parte de Marruecos de un macropuerto a tan solo 30 km de Melilla afectará mucho a este contrabando.

 

La reubicación de Endesa y la incineradora fuera de la ciudad es una quimera mientras no se diga quién va a pagar el traslado.

 

Y por último, la necesidad de suelo industrial no se entiende cuando ninguna empresa, que haya querido venir, ha dejado de hacerlo por falta de sitio.

 

A los melillenses se nos está vendiendo que con la ampliación habría un gran incremento de puestos de trabajo, aunque su cnstrucción solo empleará a 200 personas durante varios años, pero en Guelaya sostenemos que supondrá el despilfarro de 300 millones de euros y un gran impacto ambiental para una infraestructura que no hace falta.

 

 

BANDERA NEGRA POR CONTAMINACIÓN:

 VERTIDO DE SALMUERA DE LA DESALINIZADORA SOBRE EL CANTIL.

 

La planta desalinizadora, de Melilla, entró en funcionamiento en 2007. El vertido de salmuera actual es de 24.450 m³/día.

 

Este vertido, se realiza en un cantil a tan solo 20 m de Aguadú, una zona ZEC de Melilla, sobre la misma línea de costa. Igualmente se vierten productos químicos (biocidas y otros) utilizados para la limpieza de filtros y demás usos en el funcionamiento de la instalación.

 

El sistema de vertido sobre el cantil de nuestra desaladora aparece, como ejemplo de lo que no debe hacerse, en la página 8 del informe técnico «El sistema de protección del medio marino frente a los vertidos de las plantas desaladoras en España: análisis y propuesta de mejoras«, elaborado en 2011 por  CEDEX (Centro de Estudios y Experimentación  de Obras Públicas) para la Dirección General de Calidad y Evaluación Ambiental.

 

 

La salmuera vertida afectaría negativamente, por su alta salinidad,  a cualquier zona costera en la que estuviese ubicada, motivo por el cual se recomienda no usar este sistema de vertido sobre el cantil, pero en el caso de Melilla los efectos son de mayor gravedad aún por la cercanía de la zona LIC.

 

Este hecho lo hemos denunciado en reiteradas ocasiones pero no solo no se han tenido en cuenta nuestras protestas, sino que, una inminente ampliación de la desalinizadora tiene proyectado, como lugar de emisión de la nueva salmuera, la misma cascada actual, con lo que los efectos perniciosos aumentarán.

velero Diosa Maat
El velero de Ecologistas en acción navega frente al lugar donde la desalinizadora vierte la salmuera en el cantil.