escorias de la incineradora

Las denuncias de Guelaya ponen en marcha el proceso judicial del “caso Escoria”

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Hoy jueves se han iniciado las diligencias previas en juzgados tras la remisión del caso por parte de la Fiscalía.

Guelaya denunció en 2018 una posible mala gestión de residuos en el vertedero que podrían afectar a la salud de los melillenses.

La investigación de la fiscalía ha desvelado concentraciones elevadas de arsénico y níquel frente al vertedero, y una potencial contaminación atmosférica por el polvo de escorias con metales pesados removidos por el viento en el paseo marítimo de Horcas.

            Hoy se ha iniciado el proceso judicial del “caso Escoria” después de dos años y medio de interponer la primera denuncia. Desde Guelaya mostramos nuestra satisfacción por el inicio de estas diligencias previas en los juzgados melillenses que van a poder arrojar luz a un asunto que consideramos de gran interés para todos los melillenses, ya que está relacionado con la salud pública. En el proceso judicial que ahora empieza se tratará de dilucidar si la gestión de las escorias de la incineradora ha sido la correcta desde sus inicios en los años 90 y hasta qué punto pueden haber afectado, o si siguen afectando, a la salud de los melillenses.

Antecedentes del hecho

            En agosto del año 2018 Guelaya interpone la primera denuncia ante la actitud de pasividad del gobierno local de entonces, del Partido Popular, plasmada en una resolución sobre el proyecto de almacenamiento temporal de escorias provenientes de la incineradora.

Ya entonces, Guelaya no compartió las conclusiones de una resolución que consideraba las escorias como “residuos inertes” y que por lo tanto podían almacenarse junto a los residuos de construcción y demolición.

Desde el principio, hemos creído que no es posible verter residuos no peligrosos en un vertedero de inertes. Dejaría sin justificación haber creado un vaso de residuos no peligrosos en 2015

Las denuncias de Guelaya pusieron en marcha una investigación de la Fiscalía en la que participó el SEPRONA de Melilla y que ha concluido con la remisión del caso a los juzgados y con el procedimiento que hoy se inicia.

La investigación que provocó el informe detalla igualmente la caracterización de un segundo residuo, los lodos de las escorias producidos en la incineradora, que son residuos peligrosos por su carácter corrosivo. Estos lodos húmedos se ha vertido igualmente en el vertedero de inertes y en la red de alcantarillado sin ningún tipo de gestión ambiental.

Lavarse las manos con las escorias

            Desde Guelaya consideramos que la administración local se ha lavado las manos con este asunto desde 2018, mirando para otro lado, y ahora la Fiscalía obliga a los poderes públicos a tomarse en serio un asunto que podría afectar seriamente a la salud pública.

Desde Guelaya consideramos que el informe aportado por la Fiscalía del Estado señala que las escorias no podían considerarse residuos inertes, porque sobrepasaban los niveles de sulfatos y cloruros y los metales pesados cromo, molibdeno y antimonio, y que el tratamiento de estos residuos no está siendo el correcto, dado que el proceso llamado de “maduración” no se realiza ni con el tiempo ni medidas suficientes.

Arsénico y níquel en el agua y metales pesados en el aire

Algunos de los datos aportados por la investigación de la Fiscalía nos parecen preocupantes. Por ejemplo, una potencial contaminación de la escollera frente al vertedero, en cuya “agua del litoral de la zona del paseo marítimo, las concentraciones de arsénico y níquel son un poco más elevadas”. Hay que recordar que este paseo marítimo es una zona de ocio habitual de numerosos ciudadanos que lo aprovechan para pasear, hacer deporte o, más preocupante incluso, para pescar.

Existen riesgos potenciales sobre la salud debido a la transferencia de polvo fino de las escorias provocadas por el viento, motivo por se ha solicitado un estudio para valorar el efecto de la contaminación atmosférica derivada de la dispersión eólica de los metales incluidos en las escorias que podrían afectar a las miles de personas que en Melilla utilizan el paseo marítimo de Horcas para pasear o realizar actividades deportivas.

La solución propuesta por Guelaya desde el primer momento ha sido la de enviar estos residuos a la península para su correcto tratamiento en plantas adecuadas, ya que en Melilla no se dan las condiciones para ello.

Ciclistas entrenando junto a las escorias de la incineradora de Melilla

Primera Carta a los Magos y Magas de la Guelaya

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  • Guelaya Ecologistas en Acción quiere comenzar el año deseando a todas las personas de Melilla que 2021 les trate mejor que 2020, y nuestra esperanza es que eso no va a ser difícil.
  • En lo ambiental, Guelaya quiere compartir con todas las personas de la ciudad su carta de deseos, que esperamos cumplir a lo largo del año.
  • Todavía nos queda que pasar la tercera oleada de pandemia pero la progresiva vacunación de la población permitirá que la declaración de emergencia climática deje de ser papel mojado.

Querid@s Mag@s:

El año 2019 terminaba con potentes manifestaciones en todo el mundo ante la emergencia climática y la COP25 de Chile/Madrid, y 2020 termina a la espera de que las vacunaciones acaben con la peor emergencia sanitaria del planeta.

Han pasado 25 COP (Conferencia de Naciones Unidas sobre Cambio Climático), y 5 desde los acuerdos de París, y las emisiones que provocan cambio climático no han dejado de subir. En 2020 han seguido batiendo riesgos a pesar de los confinamientos severos de muchos países y la caída de la actividad económica global.

Nuestra esperanza es que en 2020 por fin acabemos con el COVID-19 para poder dedicarnos a la emergencia climática y recuperar el tiempo perdido, porque si el año pasado debíamos reducir las emisiones un 7% para subir la temperaturta solo 1.5º más, tras un año perdido y catastrófico ya debemos reducirlas un 7.6% al año.

Este año pedimos lo mismo que el año anterior, un plan de emergencia climática, porque nos hemos portado mal y nos han traído una pandemia que solucionar a corto plazo más que una emergencia climática a resolver en 2030.

Los políticos solo ven el tiempo hasta las próximas elecciones, así que han cometido el error de abandonar los objetivos a medio plazo para dedicarse a lo cortoplacista, cuando ambas crisis son dos caras de la misma moneda y el empleo verde y la economía circular le permitían crear puestos de trabajo.

Las peticiones sobre emergencia climática referidas exclusivamente a la conservación de nuestra especie son las que se encuentran en la declaración firmada e incumplida en la Asamblea. Dejaremos las peticiones sobre biodiversidad para una segunda carta, y sobre las medidas que afectan a nuestro futuro recordamos la urgencia de las siguientes:

Cambiar la tecnología de ENDESA por algo menos contaminante va a ser un proceso largo porque depende de inversiones del Estado, pero que suban las chimeneas de acuerdo con nuestras alegaciones aprobadas en 2018 para la Autorización Ambiental Integrada (AAI) sí va a ser una demanda ecologistas para 2021. También va a ser una exigencia que se instalen los equipos de medición de calidad del aire en Melilla, porque saber lo que respiramos es un derecho del siglo pasado.

En economía circular nos gustaría que se utilizaran los áridos del vertedero de escombros para vaciarlo y darle vida útil, utilizando la zahorra para luchar contra la erosión de caminos, pistas de carros y senderos de la ciudad. Sobre vertidos de escombros queremos ver en 2021 lo mismo que pedimos para 2020, que se comienzan a instalar cámaras en los puntos negros y se ponen multas.

En cuanto al agua, ya sabemos que en 2021 no podremos beber el agua del grifo porque seguirá siendo horrorosa, pero nos conformamos con que no haya cortes de suministro para nadie y que empecemos de una vez a gastar menos agua por habitante y día para acercarnos a la media española, que duplicamos en Melilla.

En residuos esperamos poder enviar a la península con cargo a las arcas del Estado lo que no podemos reciclar ni reutilizar en Melilla, especialmente si son residuos de la incineradora, aunque con un almacenamiento temporal lleno no haya más remedio que vaciarlo parcialmente para tener donde enviar las escorias de la incineradora. Se trata de un asunto judicial, y esperamos que la actual consejería se mantenga al margen de la judicialización de nuestra denuncia en 2018.

En movilidad, esperamos que el carril bici ya anunciado para sustituir a la ciclovía y las conexiones con los barrios del norte y oeste del centro de la ciudad se construyan, y que haya respuesta a nuestra petición de convocatoria del Foro de consenso en movilidad.

El anteproyecto de presupuestos 2021 envía la Declaración de Emergencia Climática a la basura

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  • La consejeria de medio ambiente decide ser la consejería del hormigón
  • Todas las partidas que Guelaya ha pedido aumentar disminuyen

El anteproyecto de presupuesto de la Consejería de Medio Ambiente y Sostenibilidad parece haber cambiado el nombre por el de Medio Ambiente y Hormigón, según el análisis que desde Guelaya se hace del anteproyecto de presupuestos de la consejería.

Visibilizar los presupuestos de las partidas en las área temáticas incluidas en la Declaración de Emergencia Climática para 2021 en el anteproyecto de la consejería ha resultado ser una misión imposible.

El presupuesto de medio ambiente aumenta de 48.760.000 a 52.434.711.8, más de 3 millones y medio de euros, pero todas las partidas que “huelen” a verde o a conservación de biodiversidad, y que Guelaya ha solicitado que aumentaran en 2021 -debido a que se anularon en 2020 por el COVID- han sido recortadas.

¿Qué trabajo costaba, con ese aumento global millonario, mantener al menos las partidas “verdes” en menos de medio millón de euros?

Nos referimos a 20.000 euros menos  de subvención para compra de bicicletas, 40.000 menos para la Red Natura 2000; sensibilización y concienciación ambiental baja de 50.000 a 30.000, la gestión del Plan de Movilidad pasa de 60.000 a 45.000 y se cargan, por lógica, los nuevos carriles bicis ya anunciados por el área de movilidad en 2020; las subvenciones a ONG´s para protección de la naturaleza se reducen de 50.000 a 25.000, el Convenio UGR baja de 40.000 a 20.000, no hay nada para planes de conservación fuera de la Red Natura 2000….

Sobre lucha contra la contaminación apenas se incluyen algo más de 100.000 euros, cuando trasladar algunos centenares de Tn de escorias de incineradora a la península costaría casi 1 millón de euros.

Son minucias comparadas con la pérdida de  fondos Feder destinados a medio ambiente y transición a una economía baja en carbono de más de 8 millones de euros en inversiones que no se dedicarán a la emergencia climática.

En cambio  se presentan con total opacidad 10 millones de euros en un capítulo denominado “realizaciones diversas medio ambiente”, a lo que tenemos que anadir 1.4 millones de euros para la autoridad portuaria, que se van a dedicar a “obras” o inversiones de dudosa sostenibilidad para sustituir cualquier intento de economía circular o empleo verde. 

Queda poco tiempo para comprobar si estos anteproyectos de presupuestos, que todavía no son definitivos, cambian en algo en el debate de los partidos que al firmar la Declaración de Emergencia Climática, tendrán una oportunidad de enmendar el tremendo error de mandar la Declaración firmada a la basura.

La fiscalía de área de Melilla envía al juzgado la denuncia de Guelaya sobre el vertido de escorias de la incineradora en el vertedero de inertes

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  • El informe de la fiscalía del Estado confirma que los hechos denunciados por Guelaya en 2018 eran ciertos.
  • Agradecemos el trabajo de la fiscalía de área, así como la del Estado que realizó el informe y al SEPRONA de Melilla que realizó la investigación.
  • El origen de la denuncia se encuentra en la polémica creada en 2018 cuando la consejería decidió verter las escorias de la incineradora en el vertedero de inertes.
  • Guelaya espera que la judicialización del caso provoque la solución política del problema, que no puede ser otra que el traslado a la península de las escorias a un vertedero de residuos no peligrosos.

Los hechos denunciados en 2018 por Guelaya ante la fiscalía de área de Melilla tienen que ver con la colmatación del vaso de residuos no peligrosos que comenzó a funcionar a finales de 2014 y se colapsó en junio de 2018. Al tratarse de un almacenamiento temporal de escorias y no haberse utilizado o valorizado tras 4 años, no cabía otra solución que vaciarlo con el envío de escorias a un vertedero habilitado para ese tipo de residuos en la península, pero la Consejería de Medio Ambiente decidió, en contra de las alegaciones de Guelaya, verter las escorias como si fueran «inertes».

La investigación que inició el Seprona de Melilla por orden de la Fiscalía produjo resultados en forma de informe elaborado por la Fiscalía del Estado debido a la dificultad técnica del asunto.

Los resultados de los análisis de las escorias y de los lodos de escorias del informe de la fiscalía del Estado han sido decisivos para que se decidiera en Melilla incoar diligencias previas y depurar responsabilidades.

Los análisis en los que la consejería fundamentó su decisión de verter las escorias entre escombros han resultado no ser completos. Además, no se vertieron en el interior del vertedero sino en el exterior del mismo, en pleno paseo marítimo de Horcas y junto a zonas de baño, donde el polvo es respirado por las personas que pasean o hacen deporte cuando hace viento, con el potencial riesgo para la salud pública.

Mientras que la consejería valoraba que “solo” tres parámetros de las escorias superaban los niveles límite para considerarlas inertes, los análisis de la Fiscalía encuentran más sustancias que impiden que las escorias puedan ser vertidas como inertes, en concreto cloruros, sulfatos, cromo, cobre, molibdeno, antimonio y zinc.

Además, los lodos de escorias que han sido vertidos en distintos puntos de la red y en el vertedero han acabado siendo un residuo peligroso por su carácter corrosivo (ph 12.3), con un valor similar al de las escorias en la explanada de maduración y en la propia celda activa de almacenamiento, lo cual indica que en realidad no se están madurando antes del vertido.

En conclusión, las escorias de ninguna manera se pueden verter en un vertedero de escombros junto a un paseo marítimo, y además se están vertiendo o se han vertido residuos corrosivos sin control en el vertedero y en la red de saneamiento.

Guelaya ha esperado más de 2 años la resolución de la Fiscalía en silencio, y ahora va a mantener el principio de presunción de inocencia de todas las personas implicadas. Pero tiene que añadir que esta denuncia debe provocar la respuesta política al problema, y como en casi todos los problemas, la solución está en los presupuestos de la consejería de Medio Ambiente del año 2021.

Si el vaso de residuos no peligrosos está colmatado desde hace más de 2 años, o bien se vacía con el transporte a la península de las escorias y se sigue utilizando, o bien se sella, y en ese caso solo quedaría la opción de seguir vertiendo en el vertedero de inertes, y entonces la actual  consejería sería cómplice del delito que se está juzgando.

Vertido de escorias de la incineradora en el vertedero de inertes de Horcas Coloradas.

La ciudad estableció sus objetivos de reciclaje al aprobar en el pleno de la asamblea el plan de residuos de Melilla (PIGREMEL) y está obligada a cumplir lo que se impone a sí misma.

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  • Guelaya presentó como alegación elevar el porcentaje de reciclaje y se aceptó el reciclaje del 50% de los envases plásticos.

 

  • El COVID-19 ha disminuido los residuos por la bajada de actividad económica pero ha aumentado las toneladas diarias de escorias de la incineradora

 

  • Aunque los residuos de construcción y demolición se han reducido a la mitad en el mes de abril la situación de los escombros sigue siendo un caos.

 

Comparando los resultados de la producción de residuos entre este mes de abril y el mes de abril del año pasado, el confinamiento provocado por la pandemia no nos está provocando ninguna ventaja ambiental.

El conjunto de residuos ha disminuido como consecuencia del cese de la actividad económica, los escombros han bajado a la mitad y se han producido 100 Tn menos de cartonajes. Pero por contra, otros tipos de residuos han aumentado, especialmente los biosanitarios, que se han duplicado, y los envases de plástico, que se han quemado en la incineradora en una cantidad casi 6 veces mayor que en el mismo mes del año anterior.

 

Además, la incineradora ha quemado más basura si atendemos a la producción de Tn de escorias, que pasaron de  818,58 a 887.

 

Estos datos ponen de manifiesto la importancia de reciclar, y las personas que aconsejan en esta materia al consejero deberían recordar que lo que dice la Ley de residuos es que las autonomías fijarán sus propios objetivos en planes de gestión. Y en Melilla tenemos el PIGREMEL 2017-2022 vigente, aprobado en el pleno de la asamblea de la  ciudad  y publicado al igual que su Evaluación Ambiental Estratégica.

 

Cualquiera puede leer las alegaciones que se le hicieron a PIGREMEL y quien las presentó. En el BOME del 28 de septiembre del 2018 vienen todas, y entre ellas, las 10 que presentó Guelaya.

 

Y de las dos que parcialmente se nos aceptaron, una de ellas trataba sobre el aumento de los porcentajes de reciclaje, y sí, en Melilla se aprobó que se reciclarían el 50% de los envases de plástico, y se valorizarían el 50% restante, y en estos momentos estamos reciclando menos del 20% y quemando más del 80%. Y eso es un mal dato que indica que el PIGREMEL no funciona y nos está dando problemas.

 

Aumentar las toneladas de escorias que se incineran y se vierten ilegalmente según nuestro criterio en el vertedero público de inertes es echar leña al fuego, porque el objetivo de reciclaje de residuos de construcción es del 90% y el actual es quizás del 10% siempre que como dice PIGREMEL se distinga entre residuo tratado y residuo reciclado.

 

Y colmatar el vertedero de inertes sin poner en marcha el plan de medidas específicas que PIGREMEL incluye es llevar la política de residuos de la ciudad a un casos absoluto, por que nadie va a financiar una obra pública faraónica como la ampliación del puerto, que era el destino de cientos de miles de toneladas que se llevan acumulando en la ciudad desde hace una década.

 

Por eso en materia de residuos, el año que ha pasado no puede ser valorado como bueno, y el COVID 19 solo ha influido en hacer visibles las deficiencias del plan y la falta de cumplimiento de los objetivos que la Ciudad se ha auto-impuesto, ahora que podemos despedirnos de las inversiones millonarias de la ampliación del puerto tras la crisis que nos amenaza por la pérdida de más del 10% del PIB nacional.

 

vertedero de inertes y escorias
Escorias de la incineradora en el vertedero de inertes

 

 

 

La Consejería dará acceso a Guelaya a la información ambiental que solicitó sobre residuos, especialmente referente a ECOEMBES

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  • Las propuestas de Guelaya en materia de residuos serán analizadas por la Consejería, aunque los ecologistas demandan mayor urgencia en la aplicación de las medidas.

 

  • Se mantienen diferencias de interpretación sobre el vertido de las escorias que según los ecologistas deben ser enviadas a vertederos de la península.

 

Han transcurrido más de tres meses desde que Guelaya presentó al consejero de medio ambiente y sostenibilidad sus propuestas en materia de residuos tras los primeros 100 días de mandato. Por ese motivo, representantes de la asociación han vuelto a tener una  entrevista con el consejero con el objeto de hacer balance de las peticiones anteriores y plantear nuevas.

 

Con respecto a las peticiones de información ambiental que la asociación solicitó a la Consejería, hemos recibido la confirmación de que los ecologistas tendrán acceso a dicha información. Especialmente importante es conocer los datos que presentó ECOEMBES para la solicitud de autorización de un Sistema Integrado de Gestión de Residuos.

 

Con respecto a las medidas encaminadas a la reducción y reutilización de residuos, la Consejería trasladó a la asociación su disponibilidad a ponerlas en marcha en los próximos meses, si bien para los ecologistas deberían estar ya en marcha.

 

También creemos que el retraso en conseguir el objetivo del 50% de los materiales reciclables, incluyendo la materia orgánica, debe compensarse con medidas de reducción, prevención y reutilización de residuos con carácter de urgencia.

 

Además de estas peticiones, Guelaya ha trasladado otras nuevas que se vienen a sumar a las anteriores.

 

Como consecuencia del 8º informe sobre vertidos de escombros que la asociación publicó el mes de enero, se han trasladado las propuestas de solución que se requirieron al Gobierno anterior en mayo de 2018. El problema de los escombros siempre mejora meses antes de la “La Africana” y si no lo hace se limpia “manu militari”. Lo que nos preocupa es que meses después de la prueba deportiva todo vuelve a la misma situación, al olvido y a volver a empezar a limpiar sin ninguna medida preventiva, destinando ingentes cantidades de dinero público a campañas de limpieza, un capital que podría destinarse a otros fines sociales que demandan la intervención del gobierno local.

 

En materia de vertederos, Guelaya mantiene la petición de que las escorias de la incineradora deben ir a la península, ya que no son residuos inertes y por ello no pueden depositarse en el vertedero de residuos de demolición y construcción. Ese hecho motivó que la asociación presentara denuncia en la Fiscalía de zona de Melilla, quien abrió una investigación que está pendiente de resolverse con los resultados de los análisis que se han efectuado.

 

Finalmente, Guelaya ha manifestado su preocupación por las próximas novedades legislativas en materia de residuos que van a obligar a la recogida selectiva de materia orgánica  o a la economía circular, y hemos vuelto a poner en la palestra el problema omnipresente de los plásticos.

 

Se van  a producir cambios rápidos y urgentes para los que las CCAA están realizando experiencias piloto para adoptar medidas en una situación de emergencia climática, y Melilla tiene que hacer frente a enormes dificultades si quiere responder a las nuevas demandas legales.

 

negros nubarrones corren sobre la incineradora de Melilla

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

A la espera de los resultados de la investigación que ha iniciado la Fiscalía en la incineradora por una denuncia de Guelaya

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  • Hace casi un año que se presentó la denuncia y los ecologistas esperan que los análisis realizados a los residuos de la incineradora les den la razón.

 

  • No atender a las alegaciones de Guelaya puede costar a la Ciudad millones de euros en traslado a vertederos de la península de las escorias de la incineradora, además de las consecuencias para la salud de respirar en el paseo de Horcas el polvo que el viento levanta de las escorias.

 

Hace año y medio que Guelaya presentó sus alegaciones, que se publicaron en el BOME 5559 de 26 de junio de 2018. El problema consistía en la colmatación del vertedero de residuos no peligrosos que se abrió en 2014 como almacenamiento temporal para albergar las escorias de la incineradora de Melilla, que no podían ser vertidas como residuos inertes.

 

Sin embargo, el vaso se preparó como vertedero específico con el presupuesto base de licitación de 215.978,65 €

 

Trascurridos 4 años del comienzo de su actividad, la consejería decidió obviar los parámetros de las escorias que sobrepasan los niveles límite para ser considerados inertes  y comenzó a verter las escorias como si fueran escombros, a pesar de haber gastado previamente casi un cuarto de millón de euros en un almacenamiento temporal. O bien la construcción de un vertedero específico para escorias fue un gasto inútil de dinero público o bien se están vertiendo ilegalmente las escorias como si fueran inertes.

 

Los ecologistas denunciaron los hechos ante la Fiscalía, que abrió un expediente informativo que ha incluido la correspondiente investigación en la cual se han recogido análisis de muestras que han sido enviadas a laboratorios de la península.

 

Con estos análisis se pretende clasificar las escorias como residuos peligrosos, no peligrosos o inertes. Guelaya ha planteado sus dudas sobre si se trata de residuos peligrosos o no peligrosos pero bajo ningún concepto se pueden catalogar como inertes, como se desprende de los mismos análisis que la consejería ha puesto en información pública (“las escorias cumplen con los criterios para vertederos de inertes a excepción del contenido de cloruros y fluoruros y antimonio lixiviable”).

 

Además, los análisis se refieren a residuos “madurados” previamente durante meses, pero la gestión del vertido se está realizando sin seguir ese trámite que estaba incluido en la evaluación ambiental y por tanto es de obligado cumplimiento. Puede comprobarse que las escorias recién vertidas son más oscuras que las que han sido vertidas tiempo antes como prueba de la falta de “maduración”.

 

Los ecologistas demandan el envío a la península de las escorias del vertedero de escorias abierto en  2014 que se colmató hace casi año y medio  a cargo del Estado siguiendo la disposición adicional tercera  de la ley  22/2011 de residuos, pero la Consejería, como autoridad ambiental responsable, no atendió a las alegaciones presentadas en 2018.

 

Esta sería la solución en este momento. Si las escorias acumuladas en el vertedero de inertes y en el vaso de residuos no peligrosos desde 2014 se envían a vertederos de la península a cargo del Estado tal como la ley de residuos incluye, quedaría espacio disponible para el almacenamiento temporal de escorias.

 

La producción estimada de escorias es de 17 toneladas/día. La responsabilidad que la consejería ha contraído es la de trasladar 37.200 toneladas de escorias aproximadamente, que son las que se han vertido provisionalmente durante 6 años. Es decir, 4.380 contenedores de 8.5 toneladas. Una absoluta irresponsabilidad de los gestores de la Ciudad Autónoma para con las generaciones que tienen que seguir viviendo en Melilla.

 

Otra cosa distinta que podría agravar el problema es que como consecuencia de la investigación se demuestre que las escorias no han sido tratadas adecuadamente antes de 2014, ya que la incineradora funciona desde el siglo pasado y al menos desde 2011, con la publicación de la Ley de Residuos, la normativa sobre escorias antes de 2014 es la misma que en la actualidad.

 

vertido de escorias

 

 

 

 

 

 

Las escorias de la incineradora se están vertiendo sin control y se van a mezclar con amianto, lodos de depuración y más escorias.

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  • Restos de uralita depositados en septiembre siguen donde estaban a punto de ser enterrados por las escorias.

 

  • No se ha puesto en marcha ninguna solución a la falta de vertedero para residuos no peligrosos y se están vertiendo las escorias en el vertedero de inertes, donde ya se han vertido residuos peligrosos y no peligrosos

 

  • El vertido de residuos no peligrosos en el vertedero de inertes lleva seis años y ha dejado de ser un sistema de almacenamiento temporal.

 

  • Ni hay sitio donde verterlo ni se recicla, por lo que hay que llevarlo a la península.

 

La incineradora, además de olores y humos, produce otros tipos de residuos, las cenizas volantes que son residuos peligrosos y las escorias de fondo que son residuos no peligrosos. Pero la normativa ambiental establece diferencias entre estos tipos de residuos y los vertidos inertes, como los escombros.

 

Cada tipo de residuo necesita por normativa un tratamiento diferenciado. No hay en Melilla ningún vertedero de residuos peligrosos. Las industrias que los producen tienen que llevarlos a la incineradora, que los transforma en residuos peligrosos en forma de cenizas volantes que son llevadas a la peninsula.

 

Pero las escorias se consideran residuos no peligrosos y se llevan a un vertedero de esa categoría, como el que se construyó en Melilla y se colmató a los 3 años debido a que nadie recicla las escorias.

 

Desde que la actual legislación de residuos entró en vigor, en 2011, hasta que se abrió el vertedero de residuos no peligrosos en Melilla pasaron 3 años, pues comenzó a verterse en él en 2014. Y en 2018 ya está colmatado. ¿Dónde han ido a parar desde 2011 las escorias de la incineradora?¿Y antes?

 

Guelaya discrepa en que las escorias sean residuos no peligrosos precisamente porque proceden de quemar residuos que sí lo son. La Consejería ha presentado unos análisis que hemos rebatido solicitando que se aporten los análisis trimestrales, que nunca han aparecido por ninguna parte. El vertedero debe controlar lo que se vierte, y en Melilla al parecer no existe control alguno.

 

En este debate la propuesta de Guelaya es que si no hay sitio para disponer de un vertedero de residuos no peligrosos en Melilla hay que llevárselos a la península, utilizando la disposición que establece que el Estado se encarga de financiarlo.

 

Pero la decisión que ha tomado la Consejería ha sido verter las escorias como si fueran inertes, manteniendo lo que denomina “almacenamiento temporal” durante no sabemos cuántos años más.

 

Lo que debería ser un almacenamiento temporal para valorizar los residuos inertes en forma de áridos para la construcción se convierte en un vertedero de residuos sin uso alguno, con el riesgo de que ahora se colmate también.

 

El vertedero de inertes de esta forma se va llenando de residuos de construcción que nadie utiliza, y que creemos que se pensaban utilizar como relleno en la ampliación del puerto, y ante la previsible negativa de la resolución ambiental del proyecto va a provocar un caos en el vertedero de inertes y en los terrenos que han venido utilizándose como almacén de tierras de relleno. El vertido de las escorias no hace sino engordar el problema.

 

A las escorias de la incineradora que no deben estar en el vertedero de inertes se añaden los lodos de depuradora, que se dejaron de incinerar en algunos momentos y se depositaron igualmente en el vertedero de inertes, a pesar de que estos lodos son también residuos no peligrosos.

 

Y finalmente, el descontrol ha llegado al amianto tras el verano, porque restos de uralita que se dejaron en el mes de septiembre en la zona donde están vertiendo las escorias siguen allí dos meses después.

 

¿Cómo es posible que nadie se haya dado cuenta que hay uralita  si está a la vista en la zona donde se vierten las escorias?. ¿Es por no pagar a la empresa que tendría que recogerlo y llevarlo a un vertedero de seguridad para la uralita?.

 

Si el verano que viene se utilizan los áridos del vertedero de inertes para recuperar playas, podríamos acabar tumbándonos encima de una mezcla de lodos, áridos y escorias, aderezado con un toque de amianto.

amianto en vertedero de inertes en zona de escorias

escorias en vertedero de inertes 2018