ampliación de la desaladora

Melilla al borde del colapso hídrico o la nefasta gestión del agua en nuestra ciudad

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  • Para afrontar problemas de suministro en caso de averías se construyó el pantano de Las Adelfas, un fiasco desde el principio.

  • El pantano casi siempre ha estado muy escaso de agua, al parecer por continuos fallos en la estación de bombeo y por el mal mantenimiento de las instalaciones.

  • El problema es que CHG-Melilla no es capaz de llevar agua al pantano, ni de planificar un correcto suministro de agua en la ciudad.

Para explicar cómo es posible que una ciudad de casi 100.000 habitantes esté sometida a continuos cortes de agua en estos días debemos pensar en quiénes tienen la responsabilidad de mantener el suministro de agua y qué actuaciones están llevando a cabo.

La responsabilidad directa de las previsiones de consumo, de la calidad del agua, de afrontar las averías y de tener un plan de suministro alternativo en caso de problemas con la desaladora o con los acuíferos, es de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, concretamente de sus responsables en Melilla. La sede de CHG en Melilla está en los pinares de Rostrogordo, en el edificio faraónico que levantaron junto al pantano de Las Adelfas.

La Consejería de Medio Ambiente, por mucho que tenga un lógico interés en que no haya fallos en el suministro de agua, no tiene responsabilidad directa en el mismo. Otra tema  sería su competencia en disminuir el consumo desorbitado de agua en nuestra ciudad.

Para afrontar problemas de suministro en caso de averías se construyó el pantano de Las Adelfas, un fiasco desde el principio, ya que, tal como está hecho no puede, por normativa internacional, que España respeta, llenarse del todo nunca. Si se hiciera, y hubiese,  por el motivo que fuese, una avalancha de agua saliente del pantano, ésta desembocaría a través del arroyo Tigorfaten en Marruecos, donde no tenemos competencias de previsiones de desastres, y cualquier daño causado sería responsabilidad de España.

El pantano de Las Adelfas no puede llenarse del todo pero sí puede hacerse en una parte. El agua que debería llegar al pantano provendría del subálveo del río de Oro, de los acuíferos (que no deberían tocarse, porque están sobreexplotados)  y, si fuera necesario, de la desaladora. Tener siempre el pantano medio lleno sería nuestra válvula de seguridad para los posibles cortes de la desaladora en los temporales de levante.

El subálveo del río de Oro es el agua que se embolsa bajo tierra y que en algunos puntos aflora y nos da la ligera corriente que llega al mar, incluso en verano, aunque en su cabecera no haya ningún hilo de agua entrante. El agua subterránea se recoge a través de una galería y unas zanjas de drenaje subterráneas y se bombea, o se debería bombear, al pantano de Las Adelfas.

Pero lo cierto es que el pantano casi siempre ha estado muy escaso de agua, al parecer por continuos fallos en la estación de bombeo y por el mal mantenimiento de las instalaciones, y no está sirviendo para lo que fue concebido. Incluso en épocas de abundantes lluvias ha estado medio vacío. Los responsables de la CHG en Melilla deberían explicar por qué no son capaces de mantenerlo con agua.

En el año 2020 comenzó en Melilla la obra de renaturalización del río de Oro, con presupuesto del Ministerio de Transición Ecológica. Las obras las están llevando a cabo los responsables de la  Confederación Hidrográfica del Guadalquivir en Córdoba. Ni CHG Melilla ni las Consejerías de Medio Ambiente del anterior Partido Popular, ni de la actual CPM han querido saber nada del tema.

En la cabecera del río de Oro se han puesto más de 5.000 plantas, todas ellas gratuitamente cedidas por Guelaya. En esta cabecera había una toma de agua ilegal que habilitó CHG-Melilla sin permiso alguno. En caso de lluvias abundantes,  el  agua comenzaba a correr por la cabecera del río y continuaba haciéndolo durante varios días para luego volver a secarse. Desde Guelaya solicitamos al Comisariado de Aguas de CHG-Córdoba que se respetase como caudal ecológico al menos ese «hilo», insignificante como caudal de agua para la ciudad pero importantísimo para mantener una mínima humedad durante algún tiempo en la cabecera del río y lograr que las plantas «agarraran». Desde Córdoba se nos dio la razón y se obligó a CHG-Melilla a respetar la legalidad y cerrar la entrada de la arqueta de la cabecera.

Para el Consejero de Medio Ambiente, Guelaya es la culpable de que el pantano de Las Adelfas esté sin agua, al menos es lo que ha dejado entrever en sus comunicaciones con la prensa. El señor Mohatar tendría que saber  que la aportación de agua que debería hacerse desde el subálveo del río al pantano de Las Adelfas falla por la mala gestión de CHG-Melilla y que el «hilo» de agua que CHG-Córdoba decidió respetar para el cauce del río es irrisorio comparado con el volumen del pantano.

El problema no es que el pantano no tenga agua por el cierre de la arqueta de la cabecera del río, el problema es que CHG-Melilla no es capaz de mantener en buen estado de funcionamiento sus instalaciones, por lo que no puede llevar agua al pantano, Tampoco es capaz de planificar un correcto suministro de agua en la ciudad. Alguien debería haber pensado que, si en la instalación del cuarto módulo de la desaladora se producían incidencias, teníamos que tener un pantano con agua. Pero esto no se ha previsto ni en los temporales de levante, ni ahora.

Nos parece bien que el señor Mohatar pida una auditoría a CHG-Melilla, pero, por favor, entérese bien antes de intentar difamar a quienes llevamos muchos años luchando por una gestión sostenible del agua en Melilla, y sin cobrar un duro.

Una descoordinación entre administraciones deja sin compensaciones ambientales la destrucción del pinar en la obra de la ampliación de la desaladora en la Red Natura 2000

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  • Los ecologistas aplauden las compensaciones económicas  que va a aportar CHG para crear empleo verde para una reforestación masiva en Melilla.
  • Guelaya garantiza los miles de árboles que sean necesarios gracias al vivero forestal que gestiona debido a la concesión de terreno con CHG y al acuerdo de reforestación firmado con la Consejería.
  • El proyecto de ampliación no valoró que la tubería de impulsión de agua tratada transitaba por terrenos de la Red Natura 2000 de Melilla de valor ecológico por la presencia de reforestaciones de Tetraclinis articulata.
  • El inicio de la obra coincide igualmente con el comienzo de la época de cría de las aves.

Se trata de un problema de coordinación entre administraciones que debería tener una solución satisfactoria para todas las partes. Es lo que afirman los ecologistas, que se han puesto en contacto con funcionarios de la Consejería y con el representante de CHG en Melilla.

Guelaya y Seo/Melilla aplauden la decisión de CHG de compensar los daños ambientales de la ampliación de la desaladora con 10.000 árboles procedentes de Marruecos que llevan un año a la espera de ser replantados tras el cierre de la frontera.

Los ecologistas solicitarán el preceptivo proyecto técnico a la Consejería para coordinar las compensaciones ambientales de la desaladora con los encargos que ha recibido debido a otras obras en las que Guelaya debía aportar Tetraclinis articulata para compensar obras en la zona periférica sur de la Red Natura 2000.

Como ha adelantado el Consejero Hassan Mohatar, el problema es la nueva tubería de impulsión de aguas tratada en la desaladora, que debido a su ampliación debe ser sustituida por una de mayor diámetro para permitir trasladar 10.000 m3 más al día. Por ello, una superficie superior a media hectárea, más de 5000 m2, en una longitud superior a un kilómetro ha sido arrasada para abrir la zanja para la nueva tubería.

Los daños transcurren por la explanada de Rostrogrdo, con baja densidad de vegetación, pero al al salir de la carretera de bajada a Aguadú la conducción atraviesa el pinar próximo a los campos de tiro donde existe araar (Tetraclinis articulata) y otras especies arbustivas de interés ecológico, por lo que se ha producido un daños ambiental que los ecologistas exigen que se reconozca y se subsane.

Se trata de un proyecto del Estado gestionado por la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, y por tanto, se ha realizado fuera de Melilla, valorando que la obra se situaba fuera de la ZEC de acantilados de Aguadú, lo cual es cierto, pero no ha contado con la aprobación en el Consejo de Gobierno de la Ciudad de los Planes de recursos naturales de las ZEC, que tienen valor legal y que crearon una zona periférica de protección de la misma que incluye el pinar que la conducción ha arrasado a su paso.

Además de la desaparición de la vegetación, las obras han tenido otras consecuencias, por ser el mes de marzo el inicio de la época de reproducción que ya ha comenzado en Melilla con algunas especies como los mirlos en el arbolado urbano o las gaviotas en sus colonias de cría. Por eso, el ruido y las molestias que se provocan en el pinar tendrá consecuencias sobre la disminución de la densidad de nidificación de algunas especies como pinzones, piquituertos, verdecillos y jilgueros.

Guelaya y SEO se han puesto en contacto con la oficina del medio natural para preguntar por el asunto y les consta que la Consejería ha requerido información, ya que ésta no había llegado de oficio, como es preceptivo por Ley.

Pero el problema no es la aportación de miles de árboles, algo que está garantizado desde la firma de un acuerdo de colaboración entre la Consejería de Medio Ambiente y Guelaya, y desde la concesión administrativa que CHG concedió a los ecologistas, actualmente en trámite de renovación, sino los puestos de empleo verde que CHG tendrá que aportar ahora para el plan de reforestación masivo que acaba de plantearle a la Consejería.

Melilla necesita AHORRAR agua para que llegue a todas las personas

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  • Guelaya hace un llamamiento a todas las administraciones y a los usuarios para ahorrar agua ante el aumento del consumo provocado por la pandemia, que ya genera problemas en el suministro.

 

  • La ciudad de Melilla duplica sobradamente la media española de la tasa de consumo de litros/habitante/día

 

  • Mientras que el campo de golf, la granja escuela, los viveros de Talher y el parque forestal se rieguen con agua potable, poca voluntad de ahorro se demuestra

 

Desde que comenzó el confinamiento, la consejería de Medio Ambiente y Sostenibilidad ha anunciado un aumento progresivo del consumo de agua en la ciudad, primero de 3000 a 4000 m3 diarios y recientemente de 4000 a 5000 m3 pasando del 10 al 15% de aumento.

 

Ha aumentado el consumo de agua a pesar de una disminución de la población que trabaja en Melilla debido al confinamiento con la península, y al cierre de la frontera, con miles de personas menos, y a pesar del cierre de comercios y otras actividades, y al cierre de centros educativos e instalaciones deportivas que consumen grandes cantidades de agua. A pesar de todo esto el consumo sigue aumentando de un 10% en marzo al 15% a finales de abril.

 

Y todavía no hemos escuchado ni una sola palabra de los responsables de la gestión del agua recomendando el ahorro para disminuir el consumo,  motivo por el que Guelaya se ve obligada a hacerlo.

 

La tasa de consumo de agua en Melilla es cercana a los 400 litros por habitante al día con toda la actividad de la ciudad a pleno rendimiento. Y la media española es inferior a 200 litros/habitante/día. En Melilla gastamos más del doble de agua que cualquier familia española.

 

Todas las soluciones que se han aportado históricamente han sido orientadas hacia el aumento de oferta ante el aumento de demanda. Pasamos a tener desaladora para poder tener agua 24 horas y de calidad para beberla.

 

Y con el aumento de población que la ciudad ha tenido en los últimos 20 años, los recursos hídricos disponibles se han ido quedando pequeños hasta el punto de comenzar otra vez a tener problemas para el abastecimiento las 24 horas de agua a toda la población, y las medidas para resolver el problema siguen siendo las mismas que no han funcionado en medio siglo, aumentar la oferta de agua ampliando la desaladora, y seguir sacando agua de pozos exhaustos con acuíferos sobreexplotados históricamente. La lucha contra las fugas están dentro de lo adecuado, en un 20%, o se elevan el 30% o más, sin que nadie sea capaz de afirmar donde se gasta el agua y donde se pierde.

 

Regamos con agua potable el parque forestal, la granja escuela y los viveros de Talher a pesar de tener alternativas técnicas para ello. Regamos el campo de golf con agua de pozo. Y el proyecto de reutilizar aguas terciarias para riego del parque Hernández, iniciado hace muchos años, sigue sin funcionar.

 

Seguimos sin noticias de un plan de ahorro que nos permita un ahorro del 10%, suficiente para garantizar el suministro a la población hasta que con suerte, dentro de 3 años, funcione la ampliación de la desaladora. Ni siquiera un contrato menor para que una empresa especializada con experiencia diga cuando y como podemos ahorrar agua.

 

Guelaya exige a la ciudad autónoma y a todas las administraciones públicas de la ciudad un plan de ahorro de agua urgente que permita el abastecimiento las 24 horas de agua justamente ahora que es más necesaria que nunca, porque los 5.000 m3 diarios de más no se van en lavarse las manos.

 

La sostenibilidad es una mesa que tiene tres patas: la ambiental, la social y la económica, y cualquier intento de salir adelante con solo dos, dejando fuera lo ambiental, corre el peligro de no ser sostenible.

 

grifo goteando

 

La ampliación de la desaladora no podrá comenzar en septiembre con los trabajos que produzcan turbidez por resolución ambiental

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  • Se ha producido un error material en la documentación expuesta a información pública para la licitación de la obra y Guelaya ha solicitado que se subsane.

 

  • Falta la página donde se informa de la tramitación ambiental, que ha producido una Resolución ambiental de 9 de abril  (BOE del 20 de abril de 2018)

 

  • Guelaya, que alegó en la evaluación ambiental de la ampliación, no entiende cómo es posible que se mantenga el vertido de salmuera al mar sin emisario, ya que va a obligar a realizar continuos trabajos de seguimiento para comprobar que la salmuera no afecta a la biodiversidad marina

 

La desaladora de Melilla va a ser ampliada como se ha anunciado para producir aproximadamente 10.000 metros cúbicos más que en la actualidad, pero la resolución ambiental publicada en el BOE establece restricciones en el calendario de ejecución para evitar intereferir con la biodiversidad marina, más en concreto con el ciclo reproductivo de la Patella ferruginea.

 

En concreto la resolución establece que no se podrán realizar trabajos que provoquen turbidez (todos los que se hagan en el agua para instalar la ampliación del emisario de captación de aguas del mar) entre el 15 de agosto y el 15 de enero.

 

En la memoria que se ha presentado a información pública a las empresas para la licitación de las obras (Confederación Hidrográfica del Guadalquivir) falta la página 30 en donde según el índice del documento se incluye la “tramitación ambiental”.

 

Por lo tanto, Guelaya considera que es necesario subsanar ese error material porque puede provocar retrasos todavía mayores que los derivados del cumplimiento de la resolución ambiental, ya que solo son efectivos en trabajos en el mar 7 meses al año.

 

La resolución ambiental viene a dar la razón a las entidades que alegaron que el proyecto produciría daños a la biodiversidad marina, que afectaría a la Red Natura 2000 de los acantilados de Aguadú y a una especie en concreto en peligro de extinción, la Patella ferruginea.

 

Las alegaciones fueron presentadas desde varias entidadades entre las que se encuentra Guelaya, el Instituto Español de Oceanografía y la Subdirección para la Protección del Mar de la Dirección General de Sostenibilidad de la Costa y del Mar del MITECO, que discreparon del criterio alegado por la Oficina Técnica de Control de la Contaminaicón Ambiental de la Consejería de Medio Ambiente de la Ciudad Autónoma de Melilla.

 

Guelaya alegó igualmente que todas estas afecciones al medio ambiente se verían reducidas si se instalaba un emisario de salida de la salmuera en paralelo al emisario de captación de aguas, minimizando daños en los fondos, pero la alegación no fue aceptada, motivo por el cual ahora el proyecto será más barato, pero necesitará más tiempo para su ejecución, obligando además a realizar estudios de seguimiento tras la terminación de las obras mientras estén en uso las instalaciones, a demanda de la la Subdirección General para la Protección del Mar del MITECO.

 

Por lo tanto, mejor hubiera sido atender la alegación de Guelaya que elaborar informes de seguimiento durante todos los años que funcione la planta.

 

Por estos argumentos consideramos finalmente que las empresas que se presenten a la licitación deben tener conocimiento de la tramitación ambiental del proyecto y de la resolución publicada en el BOE, para evitar mayores retrasos que los que la Resolución Ambiental impone.

 

velero-y-salida-de-salmuera-de-la-desaladora