ozono troposférico

Ecologistas en Acción presenta su informe anual 2019 sobre contaminación de ozono

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  • La Ciudad Autónoma de Melilla es la única parte del territorio español sin estaciones fijas de control de la contaminación.

 

  • El Informe anual de Calidad del Aire de Ecologistas en Acción no puede evaluar por ello la exposición de la población y del territorio de Melilla a unos niveles de contaminación que presumiblemente superan las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud.

 

  • El cambio climático y el repunte en la quema de combustibles fósiles mantienen un problema que afecta a la salud de la ciudadanía, pero también a los cultivos y espacios naturales.

El informe elaborado por Ecologistas en Acción analiza los datos recogidos en casi 800 estaciones oficiales de medición instaladas en todo el Estado español, ninguna de ellas situada en Melilla.

En lo que respecta a nuestra ciudad, entre sus principales conclusiones, el informe destaca:

– La última campaña de medición disponible en 2018 fue realizada en 2013 durante mes y medio en tres puntos de muestreo consecutivos. La ciudad de Melilla debería disponer de una estación de medición fija, ya que los niveles obtenidos en esa campaña rebasaron los umbrales de evaluación superior de partículas en suspensión (PM10 y PM2,5), dióxido de nitrógeno (NO2), dióxido de azufre (SO2) y ozono troposférico (O3) establecidos en la normativa para indicar esta necesidad.

– Una vez que Ceuta se ha dotado de una estación fija, Melilla es la única parte del territorio español que no dispone de medidores continuos de contaminación, incumpliendo la normativa ambiental.

– Teniendo en cuenta la ubicación en Melilla de una planta incineradora, una central termoeléctrica, un puerto marítimo propio y el de Nador situado muy próximo, junto al continuo trasiego de vehículos a través de la frontera y un parque propio superior a 65.000 automóviles en doce kilómetros cuadrados, no sería extraño que en la ciudad hubiera niveles de contaminación relevantes.

– La contaminación del aire debería abordarse como un problema de primer orden. Cada año se registran hasta 30.000 muertes prematuras en el Estado español por afecciones derivadas de la contaminación del aire, según la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA). La información a la ciudadanía no es ni adecuada ni ajustada a la gravedad del problema.

– Los costes sanitarios derivados de la contaminación atmosférica representan al menos 50.000 millones de dólares al año, un 3,5% del PIB español, según el Banco Mundial, sin considerar el coste de los daños provocados sobre los cultivos y los ecosistemas naturales.

– La única forma de mejorar la contaminación del aire en las ciudades es disminuir el tráfico motorizado, potenciando el transporte público, la bicicleta y el tránsito peatonal. También es necesario promover el ahorro energético, adoptar las mejores técnicas industriales disponibles, penalizar los vehículos diésel y declarar un área de control de las emisiones del transporte marítimo en el Mediterráneo como las del Báltico y el Mar del Norte y el decrecimiento del transporte aéreo.

Más información:

Miguel Ángel Ceballos (coordinador del informe), 653 072 277
Jose Cabo (Ecologistas en Acción de Melilla), 649140321

Informe completo y resumen: https://www.ecologistasenaccion.org/?p=96516

 

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Ecologistas en Acción publica su Informe Anual de Calidad del Aire en 2018. Melilla es el único territorio sin medidores de contaminación

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  • La Ciudad Autónoma de Melilla es la única parte del territorio español sin estaciones fijas de control de la contaminación. El Informe anual de Calidad del Aire de Ecologistas en Acción no puede evaluar por ello la exposición de la población y del territorio de Melilla a unos niveles de contaminación que presumiblemente superen las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud. El cambio climático y el repunte en la quema de combustibles fósiles mantienen un problema que afecta a la salud de la ciudadanía, pero también a los cultivos y espacios naturales.

 

El informe elaborado por Ecologistas en Acción analiza los datos recogidos en casi 800 estaciones oficiales de medición instaladas en todo el Estado español, ninguna de ellas situada en Melilla.

En lo que respecta a Melilla, entre sus principales conclusiones, destacan:

– La última campaña de medición disponible en 2018 fue realizada en 2013 durante mes y medio en tres puntos de muestreo consecutivos. La ciudad de Melilla debería disponer de una estación de medición fija, ya que los niveles obtenidos en esa campaña rebasaron los umbrales de evaluación superior de partículas en suspensión (PM10 y PM2,5), dióxido de nitrógeno (NO2), dióxido de azufre (SO2) y ozono troposférico (O3) establecidos en la normativa para indicar esta necesidad.

– Una vez que Ceuta se ha dotado de una estación fija, Melilla es la única parte del territorio español que no dispone de medidores continuos de contaminación, incumpliendo la normativa ambiental.

– Teniendo en cuenta la ubicación en Melilla de una planta incineradora, una central termoeléctrica, un puerto marítimo propio y el de Nador situado muy próximo, junto al continuo trasiego de vehículos a través de la frontera y un parque propio superior a 65.000 automóviles en doce kilómetros cuadrados, no sería extraño que en la ciudad hubiera niveles de contaminación relevantes.

– La contaminación del aire debería abordarse como un problema de primer orden. Cada año se registran hasta 30.000 muertes prematuras en el Estado español por afecciones derivadas de la contaminación del aire, según la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA). La información a la ciudadanía no es ni adecuada ni ajustada a la gravedad del problema.

– Los costes sanitarios derivados de la contaminación atmosférica representan al menos 50.000 millones de dólares al año, un 3,5% del PIB español, según el Banco Mundial, sin considerar el coste de los daños provocados sobre los cultivos y los ecosistemas naturales.

– La única forma de mejorar la contaminación del aire en las ciudades es disminuir el tráfico motorizado, potenciando el transporte público, la bicicleta y el tránsito peatonal. También es necesario promover el ahorro energético, adoptar las mejores técnicas industriales disponibles, cerrar las centrales térmicas de carbón, penalizar los vehículos diésel, declarar un área de control de las emisiones del transporte marítimo en el Mediterráneo como las del Báltico y el Mar del Norte, y el decrecimiento del transporte aéreo.

Informe completo y resumen:

https://www.ecologistasenaccion.org/?p=96516

Más información:

  • Miguel Ángel Ceballos (coordinador del informe), 653 072 277
  • Jose Manuel Cabo (Ecologistas en Acción Melilla), 649140321
portada-informe-calidad-aire-2018
Portada del informe de Ecologistas sobre calidad del aire de 2018

 

 

Guelaya aplaude la decisión de adquirir un equipo de medición de calidad del aire y el consejero contesta las declaraciones con una cortina de humo

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  • Los argumentos de la consejería sorprenden a la asociación por parecer una cortina de humo para no entrar en el fondo de la cuestión.

 

  • Guelaya comprende que hasta el año que viene no se pueda adquirir el equipo de medición de calidad del aire porque en el presupuesto recién aprobado de este año no estaba previsto.

 

  • Los movimientos sociales ecologistas actúan a favor de los derechos de las personas y del medio ambiente y critican a los gobiernos, los interpelan y critican, pero no son oposición de nadie porque no se presentan a las elecciones.

 

A Guelaya las declaraciones del consejero de Coordinación y Medio Ambiente le han sorprendido porque se alejan de la cuestión principal, que es el compromiso de la Ciudad de informar a los melillenses sobre la calidad del aire, derecho adquirido en la Ley 27/2006, de 18 de julio, por la que se regulan los derechos de acceso a la información, de participación pública y de acceso a la justicia en materia de medio ambiente (que incorpora las Directivas 2003/4/CE y 2003/35/CE) y específicamente en el  articulado del Real Decreto 102/2011, de 28 de enero, relativo a la mejora de la calidad del aire.

 

Carece de sentido esperar que Guelaya hable ahora de falta de transparencia ya que de hecho ya hemos denunciado públicamente a la ciudad por ello, y específicamente en el último foro de la movilidad sostenible donde interpelamos al consejero de coordinación y medio ambiente, en su calidad de coordinador de la Ciudad, ante la ausencia del consejero de seguridad ciudadana, que se ausentó en el final de la reunión,  y que se niega a informar en cumplimiento  del reglamento de transparencia aprobado por la Asamblea de Melilla.

 

No hemos recibido la información, así que mantenemos la denuncia pública de falta de transparencia de la Ciudad, que es quien tiene finalmente que hacer efectivo el derecho.

 

El caso de la calidad del aire es distinto. La Ciudad no puede informar de algo que no conoce, porque no la mide, nos referimos a la calidad del aire todos los días.

 

El fondo de la  cuestión es que las personas de Melilla puedan saber día a día, hora a hora, cual es la calidad del aire en aquellos parámetros que la legislación europea y nacional obliga a la Administración a medir, porque los niveles de contaminación tienen consecuencias sanitarias y sobre los ecosistemas.

 

Y es obligación de la Ciudad tener previsto un plan de acción para que, llegado el caso, si algún parámetro supera los niveles máximos, ya sea por causas de los focos de contaminación locales asociados a condiciones atmosféricas adversas, como inversión térmica o calor en el caso de ozono troposférico, ya sea por causas añadidas como el polvo sahariano, las personas tengamos la información y podamos actuar en consecuencia.

 

Estos casos no es probable que se produzcan por elevadas medias anuales o mensuales que hay que cumplir, sino por picos horarios. Por eso es imprescindible tener equipos de medición midiendo en continuo.

 

Esto es lo único que Guelaya quiere conseguir. El derecho a tener información ambiental sobre calidad del aire en Melilla. No somos oposición de nada ni de nadie, actuamos a favor del medio ambiente y de los derechos de las personas.

 

Por eso criticamos que tras 4 años negándose a adquirir unos equipos de medición de calidad del aire, se comprometan ahora a hacerlo con el presupuesto del año que viene, después de unas elecciones que todavía no se han producido, porque es un brindis al sol. Y el derecho que tenemos a decirlo es el mismo que tiene el consejero a defenderse, pero no atacando al mensajero, sino con argumentos que nos tememos que no tiene.

puerto de Beni Enzar
puerto de Beni Enzar, un foco de contaminación local

 

 

 

 

 

 

 

Ecologistas en Acción presenta su informe anual sobre contaminación por ozono en España. Melilla sobrepasa los niveles de alerta.

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  • El cable submarino disminuiría la contaminación en la ciudad

El martes 16 se presentó el informe de Ecologistas en Acción sobre contaminación por ozono en España. Melilla, a pesar de no disponer de una estación fija de medición, forma parte de las CCAA y ciudades que sobrepasan los niveles de alerta (según medidiones de 2013).

 

Las últimas estimaciones globales de la Agencia europea de Medio Ambiente (AEMA) y la OMS sobre la repercusión sanitaria de la contaminación atmosférica son muy preocupantes. Elevan en el año 2014 hasta medio millón las muertes prematuras en los países europeos por la mala calidad del aire, 428.000 por exposición a partículas inferiores a 2,5 micras de diámetro (PM2,5), 78.000 por exposición a dióxido de nitrógeno (NO2) y 14.400 por exposición a ozono troposférico. En España, las víctimas de la contaminación serían ya hasta 30.000 al año, 23.180 por partículas PM2,5, 6.740 por NO2 y 1.600 por ozono, lo que supone casi duplicar los 16.000 fallecimientos prematuros anuales que se estimaban hace apenas una década.

 

Por otro lado el último informe del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC) ha obligado a Naciones Unidas a recordar la necesidad de recortar la contaminación que provoca el cambio climático un 45%. A pesar de ello, la UE y España en particular decidieron reducir “solo” en un 35%  la contribución de los vehículos al cambio climático, ya que el transporte se ha convertido en un sector que en la actualidad en vez de disminuir aumenta dicha contribución.

 

El uso del vehículo eléctrico no puede considerarse en Melilla actualmente una modalidad de movilidad sostenible si se enchufa a una central diésel, uno de los combustibles que deberá ser disminuido drásticamente en el futuro, porque su contaminación es responsable de muertes por contaminación.

 

No se va a prohibir, pero deberá pagar las consecuencias ambientales y sanitarias que produce, pagando tasas fiscales más altas que otras formas de movilidad.

 

En el caso de Melilla, el coche eléctrico solo tiene sentido si pasamos a “enchufarnos” a la red española de electricidad mediante un cable submarino. No solo desparecerá la contaminación de la central de Endesa, sino que alrededor de un tercio de la electricidad que gastaremos provendrá de fuentes renovables.

 

  • ¿Cómo se va a conseguir disminuir un 35% la contribución del tráfico al cambio climático en Melilla?

 

2018-10-17 17.22.28

 

Ecologistas en acción presenta el informe de calidad del aire 2017 sin poder consultar datos de Melilla porque ni la Ciudad ni el puerto tienen estaciones de medición.

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  • Los últimos datos de Melilla son de hace 5 años y mostraban superaciones importantes en varios contaminantes que haría falta analizar de forma continua a lo largo del año para conocer su verdadera magnitud

 

  • En una ciudad como Melilla con tantas personas afectadas de problemas respiratorios por alergias la falta de datos impide dar alertas sanitarias.

 

  • El informe señala un empeoramiento de la calidad del aire debido a la reactivación económica.

 

Tres años y tres presupuestos ha tenido el actual gobierno de la ciudad para instalar una estación de medición de la calidad del aire atmosférico en Melilla pero la salud de las personas y los ecosistemas no son una prioridad.

 

Una ciudad que en muy pocos metros cuadrados tiene una incineradora, un puerto y una planta termoeléctrica en pleno centro urbano se merece que la administración vigile la salud ambiental de su población, teniendo en cuenta que el parque automovilístico es de un coche cada dos personas.

 

El tráfico motorizado y las centrales termoeléctricas son las causas principales de la contaminación atmosférica en España.

 

El informe de Ecologistas en Acción utiliza información oficial y este año se amplía con las mediciones realizadas en Puertos del Estado. Pero el puerto de Melilla tampoco tiene estación de medición.

 

Se trata de un problema específico al que se presta atención en este informe, la repercusión del transporte marítimo en los puertos del Estado. Con la información aportada por las autoridades portuarias, se puede concluir que estas instalaciones podrían haber tenido una repercusión relevante en la calidad del aire de las ciudades en las que se ubican, en especial en aquellos casos en los que el movimiento y el almacenamiento de graneles se realiza al aire libre, o donde el tránsito de buques de mercancías y de pasajeros (cruceros) está aumentando de manera importante. En los puertos de Almería, Motril, Avilés, Gijón, Santander, Barcelona, Tarragona, Alicante, A Coruña y Cartagena se produjeron superaciones de los límites legales.

 

Como ya sucediera en el año 2015, durante 2017 se ha interrumpido la tendencia a una cierta reducción de los niveles de contaminación respecto a los valores alcanzados en 2008 y años anteriores, reducción que fue debida más a razones coyunturales (la crisis económica) que a la aplicación de medidas planificadas y orientadas a mejorar la mala calidad del aire.

 

En 2017 se han incrementado significativamente las concentraciones de partículas PM10y PM2,5, dióxido de nitrógeno (NO2), dióxido de azufre (SO2) y ozono troposférico, respecto a los niveles registrados en 2016, lo que explica el sensible empeoramiento general de la situación y la mayor población y territorio afectados por la contaminación.

 

La población que respiró aire contaminado en el Estado español, según los valores límite y objetivo establecidos para los contaminantes principales citados por la Directiva 2008/50/CE y el Real Decreto 102/2011, alcanzó los 17,5 millones de personas, es decir un 37,6% de toda la población. En otras palabras, uno de cada tres españoles respiró un aire que incumple los estándares legales vigentes. Esta situación supone un aumento de 0,6 millones de afectados respecto a 2016.

 

Si se tienen en cuenta los valores recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), más estrictos que los límites legales (y más acordes con una adecuada protección de la salud), la población que respiró aire contaminado se incrementa hasta los 45,0 millones de personas. Es decir, un 96,6% de la población. En otras palabras, la práctica totalidad de los españoles respiró un aire con niveles de contaminación superiores a los recomendados por la OMS. Esta situación supone un aumento de 1,3 millones de afectados respecto a 2016.

 

Guelaya Ecologistas en Acción seguirá exigiendo a la Ciudad que instale estaciones de medición en el centro urbano, y fuera de él, ya que si bien en el parque Hernández se midieron en años pasados valores cercanos a los límite en óxidos de nitrógeno, es en los pinares de Rostrogordo donde se registraron picos peligrosos de ozono troposfértico, un contaminante secundario, lo que podría afectar tanto a personas con problemas respiratorios como deportistas, además del daño que produce el ozono troposférico en la vegetación.

 

Negarse a informar a los melillenses sobre la calidad del aire que respiramos, sea cual sea el origen de los contaminantes, es una actitud irresponsable. La contaminación del aire es un asunto muy grave, que causa hasta 30.000 muertes prematuras en el Estado español cada año, quince veces más que los accidentes de tráfico.

 

Por otro lado, Guelaya Ecologistas en Acción apuesta en Melilla por aplicar al tráfico marítimo los criterios de combustibles con bajo contenido en azufre que ya se han impuesto en el mar del Norte, Báltico y Canal de la Mancha.

 

La contaminación y el ruido provocado por el tráfico motorizado en Melilla solo pueden evitarse si se cumple el objetivo del plan de movilidad urbana sostenible (PMUS) de cambiar el coche por modalidades sostenibles de desplazamiento. 

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Melilla ni aparece en el mapa en el informe sobre calidad de aire atmosférico 2016 de España

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Guelaya Ecologistas en Acción reivindica desde el año 2014 la instalación de una estación permanente de medición de emisiones.

Melilla es el único territorio español que no cuenta ni siquiera con la aprobación de la ciudad autónoma para instalar una estación permanente de medición de la calidad del aire atmosférico.

España incumple sistemáticamente los límites de polución vigentes desde 2010 en la UE, sobre todo en las grandes ciudades, pero no solo en ellas. Ciudades más pequeñas también presentan niveles preocupantes.

El informe del Ministerio de medio ambiente (MAPAMA), que acaba de conocerse, incluye información que se clasifica por contaminantes en su zonificación. Hasta 135 zonas y más de 700 estaciones de medición hay en España repartidas en todas las CCAA para conocer los contaminantes que respiran, SO2, NO2, partículas, ozono, metales…

 

Pero Melilla no aparece en el mapa. No hay datos. 

Los efectos de la contaminación, y los niveles máximos marcados por la UE se justifican por dos motivos: la salud de las personas y el efecto sobre la vegetación.

La agencia europea de medio ambiente calculó en España 27.000 muertes prematuras con los datos de hace dos años, derivados de la contaminación, que tiene en Melilla tres causas principales, como en todo el país, la producción de electricidad, ENDESA, los residuos, ENRESA, y el tráfico rodado.

Si tenemos en cuenta que la contaminación del aire afecta a todas las personas que respiran, Guelaya Ecologistas en Acción quiere llamar la atención sobre los efectos en la salud de las personas en una ciudad en la que los problemas respiratorios, el asma, las alergias…forman parte de nuestra vida cotidiana.

Desde que se conocieron los datos del equipo móvil que el MAPAMA envió a Melilla en otoño de 2013 a medir contaminantes en Melilla hemos reivindicado la necesidad de que la Ciudad Autónoma, único organismo autonómico que no ha aprobado en España la adquisición de un equipo de mediciones, ponga en marcha una estación de medición de la calidad del aire.

    No hemos encontrado voluntad política para defender la salud pública por parte de la Ciudad Autónoma, y no es una cuestión que dependa de las personas. Ni el consejero de medio ambiente anterior ni el actual han hecho nada por garantizar algo tan sencillo como el derecho a la información y la defensa de la salud pública.

Si nos limitamos a los pocos datos que disponemos, del otoño de 2013, podemos decir que en Melilla existen alertas sanitarias que no se producen porque no se quiere disponer de datos para poder realizarla, y eso es lo mismo que decir que el Gobierno de la ciudad no está interesado en defender la salud pública.

 

Destacamos tres tipos de contaminantes:

Los óxidos de nitrógeno. Los niveles medidos en el “Parque Hernández” son muy similares a los valores máximos legales que se obtienen en grandes ciudades.

Las partículas, sobre todo las pequeñas, las P2.5, superaron los niveles máximos. Los efectos que las personas sentimos en nuestros pulmones cuando el polvo en suspensión se ve en el aire, sin necesidad de medirlo, es independiente de que el polvo sea sahariano o venga de donde venga. Si hay polvo en suspensión, queremos saberlo. Hay quién necesita utilizar mascarilla esos días.

En ozono troposférico se registraron en 2013 puntas en las estaciones de Pinares de Rostrogordo y Parque Hernández. Al menos en dos ocasiones se sobrepasó el umbral de alerta de 240 µg/m³ en dos semanas.

        No es solo el derecho a la información, si con ello se quiere decir que tenemos derecho a saber qué respiramos, es el derecho a un medio ambiente que no te haga enfermar por algo que respiras, o al menos, que podamos prevenir  los efectos ante aumentos de contaminación puntuales, tanto si la causa en Melilla es el tráfico, o el polvo sahariano.

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