Convenio UGR
Entrevista con el consejero de Medio Ambiente. Guelaya presentará alegaciones a los presupuestos 2021 de la Ciudad
- Numerosas partidas que los ecologistas habían pedido aumentar, han disminuido.
- Guelaya ha solicitado al consejero la creación de empleo verde con proyectos sostenibles, poniendo en cuestión no la realización de obras, sino la sostenibilidad de las mismas.
Esas son las conclusiones principales de la entrevista que el presidente y secretario de Guelaya han tenido en la mañana del martes 12 de enero con el consejero Hassan Mohatar y miembros del personal técnico de la consejería.
Las discrepancias fueron presentadas por parte de Guelaya argumentando que los avances en cuestión de presupuestos que se habían producido el año anterior, y que el COVID 19 había impedido ejecutar, habían sufrido un retroceso en todas las partidas de movilidad sostenible, conservación de biodiversidad y concienciación ambiental.
La crítica de los ecologistas se fundamentó en que 6 partidas presupuestarias habían acumulado un retroceso equivalente al 0.2% del presupuesto total de la consejería, 150.000 euros, que afectaban a las siguientes partidas:
Gestión del PMUS de 60.000 a 45.000
Convenio UGR de 40.000 a 20.000
Subvenciones ONGs protección naturaleza de 50.000 a 25.000 (tras un año en 0 euros)
Sensibilización y concienciación ambiental De 60.000 a 30.000
Subvención PMUS bicicleta de 140.000 a 120.000
Medio ambiente natural Red natura 2000 de 80.000 a 40.000
A estos presupuestos hay que añadir que todavía no se haya aprobado la zonificación acústica y el plan de ruidos que deberá incorporarse en el próximo PGOU, ni el Plan de conservación de la gaviota de Audouin, que está en información pública desde el mes de febrero de 2020.
¿Como es posible que se rebaje un 0.2% 6 partidas del presupuesto si en el capítulo de “realizaciones diversas” lo han aumentado un 17.7%? ¿Qué trabajo costaba aumentar esas inversiones un 17.5%? Por estos motivos los representantes de Guelaya comunicaron al consejero su intención de presentar alegaciones a los presupuestos 2021 con la esperanza de que sea posible redistribuir el presupuesto de la consejería de acuerdo con los criterios del conjunto de partidos que forman el actual Gobierno de la Ciudad. En este sentido el consejero confirmó que se han iniciado los trámites para enviar a la península las escorias de la incineradora a costa del presupuesto de REMESA, que se están vertiendo actualmente en el vertedero de inertes, asunto que se encuentra en vía judicial tras la denuncia de Guelaya a la fiscalía, y la judicialización de la denuncia por parte de Fiscalía de área de Melilla.
Por otro lado, el consejero aseguró a los ecologistas que se convocará en febrero el Foro de la movilidad que lleva más de un año sin convocarse.
Los ecologistas manifestaron al consejero su incredulidad por el hecho de que la empresa Valoriza sustituya sus “sopladores” de hojas en la limpieza viaria por sopladores eléctricos mientras que la empresa Thaler mantiene en el parque Hernández los sopladores ruidosos.
Igualmente se planteó en la entrevista resolver el problema puesto encima de la mesa por Guelaya de que los técnicos de medio ambiente de la oficina del medio natural no participen en el diseño de áreas verdes, por lo que se están introduciendo numerosas especies incluso invasoras en jardines de la ciudad en contra de los criterios compartidos por técnicos de M.A. y ecologistas.

El anteproyecto de presupuestos 2021 envía la Declaración de Emergencia Climática a la basura
- La consejeria de medio ambiente decide ser la consejería del hormigón
- Todas las partidas que Guelaya ha pedido aumentar disminuyen
El anteproyecto de presupuesto de la Consejería de Medio Ambiente y Sostenibilidad parece haber cambiado el nombre por el de Medio Ambiente y Hormigón, según el análisis que desde Guelaya se hace del anteproyecto de presupuestos de la consejería.
Visibilizar los presupuestos de las partidas en las área temáticas incluidas en la Declaración de Emergencia Climática para 2021 en el anteproyecto de la consejería ha resultado ser una misión imposible.
El presupuesto de medio ambiente aumenta de 48.760.000 a 52.434.711.8, más de 3 millones y medio de euros, pero todas las partidas que “huelen” a verde o a conservación de biodiversidad, y que Guelaya ha solicitado que aumentaran en 2021 -debido a que se anularon en 2020 por el COVID- han sido recortadas.
¿Qué trabajo costaba, con ese aumento global millonario, mantener al menos las partidas “verdes” en menos de medio millón de euros?
Nos referimos a 20.000 euros menos de subvención para compra de bicicletas, 40.000 menos para la Red Natura 2000; sensibilización y concienciación ambiental baja de 50.000 a 30.000, la gestión del Plan de Movilidad pasa de 60.000 a 45.000 y se cargan, por lógica, los nuevos carriles bicis ya anunciados por el área de movilidad en 2020; las subvenciones a ONG´s para protección de la naturaleza se reducen de 50.000 a 25.000, el Convenio UGR baja de 40.000 a 20.000, no hay nada para planes de conservación fuera de la Red Natura 2000….
Sobre lucha contra la contaminación apenas se incluyen algo más de 100.000 euros, cuando trasladar algunos centenares de Tn de escorias de incineradora a la península costaría casi 1 millón de euros.
Son minucias comparadas con la pérdida de fondos Feder destinados a medio ambiente y transición a una economía baja en carbono de más de 8 millones de euros en inversiones que no se dedicarán a la emergencia climática.
En cambio se presentan con total opacidad 10 millones de euros en un capítulo denominado “realizaciones diversas medio ambiente”, a lo que tenemos que anadir 1.4 millones de euros para la autoridad portuaria, que se van a dedicar a “obras” o inversiones de dudosa sostenibilidad para sustituir cualquier intento de economía circular o empleo verde.
Queda poco tiempo para comprobar si estos anteproyectos de presupuestos, que todavía no son definitivos, cambian en algo en el debate de los partidos que al firmar la Declaración de Emergencia Climática, tendrán una oportunidad de enmendar el tremendo error de mandar la Declaración firmada a la basura.
