Patella ferruginea, la especie en peligro de extinción española más ignorada.
- Melilla presenta las mayores densidades de la especie en todo el mundo, aunque la población más abundante sea la de las islas Chafarinas.
La Patella ferruginea, o lapa gigante, es una de las especies de lapa que nos ha acompañado en nuestros diques, espigones y costa rocosa desde siempre, porque hay registros fósiles de ella, pero seguramente por eso, porque está “de toda la vida” no le hemos prestado la atención debida.
Para la gente una lapa es una lapa, y no muchas personas distinguen las especies de lapas que son abundantes, incluso las que se marisquean en algunos lugares españoles, como las islas Canarias, o incluso en Melilla y Chafarinas en el pasado.
La Patella ferruginea es una especie en peligro de extinción porque en los lugares en los que habitaba históricamente prácticamente no queda nada, así que su presencia está limitada cada vez en menos sitios y en menos cantidad.
Melilla es, después de Chafarinas, el lugar donde más Patellas ferrugineas hay del mundo. Más que en Ceuta, que queda en tercer lugar en el ranking mundial de la especie, que además de España, también está presente en Argelia y Túnez, e islas mediterráneas francesas y alemanas.
Pero ni en Melilla ni en España la Patella ha tenido la atenicón debida para su conservación, si la comparamos con las especies que tienen su misma categoría de especie protegida, la máxima que da la legislación española, la de especie “en peligro de extinción”.
Si la comparamos con los mamíferos, muchos más próximos geneticamente a los homínidos, y por tanto, a la especie humana, podemos compararla con el lince ibérico.
¿Quién no conoce los avatares del lince ibérico en España? ¿Y de la Patella ferruginea?
Si utilizamos sus nombres científicos, en google Patella ferruginea da 55.000 entradas y Lynx pardinus da 278.000 (consulta realizada el 21 de julio 2019). Cinco veces más importancia a un vertebrado que a un invertebrado que tienen legalmente la misma categoría de conservación.
Y si en la ciudad en la que la Patella ferruginea tiene la segunda población mundial y la primera en densidad por metros lineal, no se la valora ni se la conoce, ¿quien va a proteger a esta especie?
- El efecto de una marea negra en Melilla o Chafarinas sería un golpe de muerte para la especie que vería como muere casi la mitad de toda su población mundial por un incidente aislado
Para muchas personas no tiene sentido que una especie que es tan abundante en una localidad, como Melilla, pueda ser una especie protegida. Sin embargo, la concentración de lapas en Melilla es su principal problema.
Pongamos un ejemplo, en Melilla hay cuatro veces más lapas gigantes que en toda Andalucía. La posibilidad de que una marea negra cubra toda la costa andaluza, desde Murcia hasta Portugal es muy remota.
Pero la posibilidad de que en el mar de Alborán un petrolero que sale o entra del Mediterráneo por el Estrecho nos deje una marea negra que cubra la costa de Melilla al completo no es remota, es una posibilidad real.
En Melilla morirían cuatro veces más lapas que en toda Andalucía. Y si la marea negra llega a las Chafarinas, moriría la mayoría de la población mundial de la lapa gigante, porque en todo el mundo hay menos Patella ferruginea que en 28 millas de costa, de Melilla a Chafarinas. El norte de África, desde el Estrecho, es el santuario de la especie, de donde salen las larvas que mantienen la población mundial. Si les va mal aquí, se acaba la especie a medio plazo.
¿Está protegida la especie en Melilla?
Se puede decir que no, porque no existe ningún plan de recuperación de la especie, tal como recoge La Ley de Patrimonio natural, que daba un plazo de tres años en 2007, cuando se publicó, para establecer los planes de las especies que aparecen en el Catálogo Español de Especies Amenazadas.
La Consejería de Medio Ambiente en los mandatos de los últimos 8 años no ha aprobado ningún plan de gestión, manejo ni protección, pero sí se ha gastado dinero en los últimos años en encargar estudios científicos que puedan servir de base para tomar decisiones. El conocimiento científico necesario ya está ahí, ahora hay que tomar medidas, y eso no se ha hecho desde que era obligatorio hacerlo en 2010.
Probablemente ni siquiera existan en la ciudad los recursos materiales para proteger la escollera exterior del puerto, de más de un kilómetro de largo, de la llegada de una marea negra que destruiría aproximadamente 25.000 lapas gigantes.
Esperamos que el nuevo Gobierno responda a estos requerimientos legales durante su mandato, ya que forman parte de la herencia que recibe del anterior gobierno, que no hizo sus deberes en materia de conservación.
A partir de otoño esperamos que se apruebe el primer plan de conservación de una especie amenazada en Melilla, la gaviota de Audouin, fruto de una iniciativa del Gobierno anterior, pero en los próximo años esperamos que el nuevo Gobierno apruebe la media docena de planes de conservación y recuperación de especies protegidas que están presentes en Melilla con el status de en peligro de extinción o vulnerables que se han quedado pendientes de gestión.