Plan Hidrológico Nacional

Ya tenemos una fuente en lugar de un río

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  • 800.000 € de cemento para sepultar uno de los escasos reductos de vida natural que quedaban en nuestra ciudad.
  • Homigonar el río no crea ni el 10% de los puestos de trabajo de un proyecto de renaturalización, que lleva esperando en el Plan Hidrológico seis años.

La barbarie se reformula conforme una opinión pública, cada vez más comprometida con la protección medioambiental va creciendo: hasta hace poco tiempo el plan para nuestro río era taparlo con un techo, convertirlo en una enorme alcantarilla, ahora les vale con inundarlo de cemento.

La tendencia en Europa y en España es la renaturalización de los ríos, quitar hormigón, aumentar la vegetación, cuidar los ecosistemas acuáticos. Quienes hayan visitado recientemente Madrid  habrán podido comprobar la explosión de vida que ha tenido lugar en el Manzanares, donde simplemente levantando las compuertas que embalsaban el agua, simplemente dejando correr libremente al río, han aparecido los cormoranes, las garzas, los patos, ya florecen los carrizos y crecen, de forma espontánea, numerosos álamos.

En 2018 el ayuntamiento de Granada solicitó a la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir la renaturalización del río Darro, tan sepultado de cemento como nuestro río de Oro. Se podrían citar muchos ejemplos.

Pero nuestros políticos deciden que lo mejor es arrancar la escasa vegetación que había conseguido hacerse un hueco en el hormigón de nuestro río,  que permitía la reproducción de aves como el chorlitejo, la gallineta, la visita de garzas reales, de andarríos, de lavanderas. Teníamos vida y ahora tenemos cemento amarillo con una fuente de colorines. No se puede peor gestor ni más hortera.

La actuación sobre la desembocadura del río de Oro atenta contra la Directiva europea Marco de Agua que entre otras muchas cosas establece que «El agua no es un bien comercial como los demás, sino un patrimonio que hay que proteger, defender y tratar como tal«. El primer objetivo de esta Directiva europea es que «se prevenga todo deterioro adicional y proteja y mejore el estado de los ecosistemas acuáticos y, con respecto a sus necesidades de agua, de los ecosistemas terrestres y humedales directamente dependientes de los ecosistemas acuáticos».

En Guelaya nos preguntamos qué entenderá el gobierno de la ciudad por «prevenir todo deterioro adicional y proteger el estado de los ecosistemas acuáticos».

Somos conscientes de que es preciso una actuación no sólo sobre la desembocadura del río sino sobre todo su cauce y hace dos años hicimos una propuesta de  renaturalización que supone aumentar la seguridad en caso de riadas,  eliminar y vigilar los puntos de vertidos de basuras, eliminar plantas invasoras, mantener las autóctonas y recuperar  los laterales del río como zonas de paseo en todos los tramos posibles de la ciudad.

Los objetivos del plan de renaturalización que debe ejecutar el Ministerio de Medio Ambiente (actual MITECO) la Confederación Hidrográfica del Gualdaquivir y los que han inspirado la obra de la desembocadura no pueden ser más opuestos: En unos se trata de mantener las plantas como el carrizo o  las eneas, que sirven para disminuir la velocidad del agua en las riadas, mientras que en el otro se eliminan estas plantas y se pone un suelo liso que aumenta la velocidad del agua, y conlleva un aumento del peligro en las avenidas de agua.

Si alguien consideraba que antes el río estaba sucio, lleva razón, lo que había que hacer era poner en marcha un programa de limpieza sistemática, como el que ha presentado Guelaya en el Consejo del Agua,  y si se pensaba que el agua estancada favorecía la presencia de mosquitos también lleva razón, pero éstos eran devorados en buena parte por las aves que sobrevolaban el río. Una sola golondrina puede comer 850 mosquitos en un día; vamos a ver qué pasa con las golondrinas y aviones que antes eran habituales  en la desembocadura.

Pues en lugar de golondrinas tenemos una fuente, eso sí, de colores, y el agua sigue estancándose con las subidas de las mareas, eso sí, nos hemos gastado 800.000 € en cemento, alguien habrá ganado algo, y seguirá ganando cuando en la próxima lluvia fuerte, porque alguna vez lloverá, se inunde el estanque de cieno y barro, y las bombas se colapsen bajo la avalancha de basura, tierra y cañas.

Qué hemos aprendido en Melilla de las inundaciones de Sant Llorenç (Mallorca) y de las nuestras.

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Guelaya hace público su solidaridad con las familias y amigos de las víctimas y afectados, en Mallorca y en Melilla.

 

Denunciamos la falta de rigor urbanístico al no respetar el dominio público hidráulico, proponemos la renaturalización del Rio de oro y cauces de Melilla, la necesidad de actualizar del plan de gestión de riesgos y exigimos una revisión a fondo de la red de saneamiento.

 

Las lluvias en Melilla que provocaron las recientes inundaciones fueron de 45 litros en una hora. Dos años antes, el 4 de diciembre de 2016 fueron de 25 litros hora, y la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir las registró como “inundaciones en distintos puntos de la ciudad. Mal funcionamiento de la red de saneamiento”. En el barrio industrial la red de saneamiento está recien puesta y renovada.

 

¿Que pasaría en Melilla si caen 100 litros o más en una hora? No es una hipótesis, ya pasó en 1985 con 180 litros en un día.

 

En 2008 Ramón Gavilán, maldita hemeroteca, aseguró que “la Plaza de España seguirá teniendo problemas para evacuar el agua de lluvia hasta que la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir conecte la zona a la red de drenaje que sigue extendiendo por toda Melilla. En cuanto al resto de sectores…el consejero de Medio Ambiente confirmó que ya hay solución para los alrededores de la frontera de Beni-Enzar y que está en fase de redacción un proyecto que mejorará las infraestructuras en el barrio Industrial.”

 

En octubre de 2014 el anterior consejero de medio ambiente, Jose Ángel Pérez Calabuig anunciaba una inversión de 50 millones de euros para evitar las inundaciones en Melilla, en las mismas zonas que actualmente se han inundado y mencionadas por el consejero anterior..

 

En diciembre de 2016 el actual consejero de coordinación y medio ambiente, Manuel Angel Quevedo, exigía a la Confederación Hidrológica del Guadalquivir obras de emergencia para evitar las inundaciones.

 

Y hace solo unos días el consejero Quevedo le echó la culpa de las inundaciones al Gobierno de la nación.

 

¡Nunca es responsabilidad de la Administración local o autonómica lo que pasa en Melilla!

 

Y de lo único que podemos estar seguros es que las medidas y las inversiones anunciadas se las ha llevado el agua por delante, provocando pérdidas materiales y económicas.

 

Ecologistas en Acción lleva 20 años denunciando la existencia de casas, comercios y construcciones en dominio público hidráulico en toda España. Son 45.000 construcciones en toda España que están fuera de la ley. Hace 17 años que el artículo 28 del Plan Hidrológico Nacional ordena eliminarlas.

 

En Melilla el dominio público no es respetado en el Río de Oro ni por parte de la Administración (el parque de las Palmeras invade el dominio público hidráulico y algunos centros educativos también), ni por parte de particulares en el tramo existente entre el cruce del Río de Oro por la pista de carros y el puente de las Palmeras.

 

La semicanalización o canalización de los cauces mediante muros de hormigón tampoco han supuesto en el caso de S. Llorenç en Mallorca ninguna ventaja. Mas bien ha provocado un aumento de daños materiales debido al aumento de la velocidad del agua al pasar por una superficie lisa que no le ofrece resistencia para frenarla, como la que realiza la vegetación autóctona de los cauces.

 

Finalmente, es difícil comprender porqué revientan las alcantarillas en las calles cercanas del Real si la red de saneamiento y pluviales se ha separado y existen aliviaderos al arroyo Mezquita.

 

Cabe pensar que las redes pluviales han sido conectadas a la red de aguas residuales, con el objeto de abaratar las obras, provocando embudos en las redes, y eso hace que se levanten las alcantarillas. La Ciudad debería comprobar esta posibilidad. Es la última causa argumentada para justificar la inundación de la plaza España por el consejero de coorindación y medio ambiente, la existencia de un embudo en la red.

 

Guelaya presentará alegaciones al plan de gestión de inundaciones de Melilla, abierto a información pública hasta fin de año.

 

Animamos a todas las Administraciones y a los melillenses a que consulten los mapas de inundación expuestos a información pública y presenten alegaciones en el caso de que sus casas o instalaciones hayan sido afectadas por las lluvias recientes y no estén incluidas como zona inundable por riesgos pluviales, y se propongan medidas de mejora de la red de saneamiento y pluviales para evitar inundaciones en el futuro.

inundaciones octubre 2018 melilla

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