Guelaya reivindica el tratamiento de monumento histórico-natural para la ensenada de los Galápagos y la cala de Trápana

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  • La última limpieza voluntaria organizada por los ecologistas en Trápana puso de manifiesto la degradación ambiental de una costa que además de su belleza contiene especies protegidas

 

  • La iniciativa de un sendero costero que actualmente se prepara desde la consejería e Medio Ambirente no es suficiente para poner en valor ambiental y cultural esta costa de Melilla abandonada a su suerte.

 

El Frente de Trápana es uno de los cuatro frentes que cercan el Primer Recinto Fortificado de Melilla y se encuentra al norte del Primer Recinto Fortificado de Melilla la Vieja.
Es lo que dice la wikipedia. Por tanto, ocupa un lugar en la historia de la ciudad, pero no en su cultura, a tenor del comportamiento que recibe de personas e instituciones.
En el blog de Guelaya y en los medios de comunicación,  Trápana es uno de los lugares más bellos y descuidados de la costa de Melilla y ha sido objeto ya de dos iniciativas de limpieza voluntaria
La primera se reseñó en los medios escritos el 4 de septiembre de 2017, hace 3 años, con el resultado de 146 kilos de residuos a cargo de personas voluntarias de Guelaya Ecologistas en Acción y el Club Ánfora. Los medios de comunicación recogieron las declaraciones del secretario de Guelaya Manolo Tapia: “la playa de Trápana es uno de los rincones con más encanto de la ciudad, la primera impresión que se lleva un ciudadano o un turista al verla es la de que tiene muchísima basura”.
El vertido que más abundaba en el litoral en ese momento era el micro-plástico, consecuencia de las basuras marinas. “Se puede ver incluso que se quedan atrapados en las mallas que han puesto en las piedras de Galápagos”

Tres años más tarde, este verano, Guelaya volvió a organizar una limpieza en la cala de Trápana con la participación de melillenses, la colaboración de la Consejería de medio Ambiente y Sostenibilidad y de grupos de menores tutelados por la Ciudad autónoma.
Y el balance tras 3 años no puede ser más negativo porque a los residuos que destacaban hace tres años, los microplásticos, ahora se añaden residuos de origen “terrestre” que inunda acantilados y playas de arriba abajo porque ese es el origen de las basuras que ahora dominan en Trápana, las de origen terrestre que se tiran desde el Pueblo, de la gente que vive en sus cuevas y de la que llega por el mar.
Hemos comprobado que la situación de la basuras ha empeorado, que aparecen restos de especies protegidas, como Patella ferruginea, recolectados rotos y desplazados de sus rocas, y que a pesar de los años que Melilla viene tratando con el problema de los sin techos, aumenta el número de personas que viven en condiciones infrahumanas en nuestras costas. Las limpiezas voluntarias no han conseguido mejorar la situación.
Guelaya propone que el proyecto de la Consejería que consiste en un sendero costero no se quede en una mera obra que funcione cuando la playa de la ensenada de los Galapagos esté abierta tres meses al año como mucho, sino que se amplíe y conecte con La alcazaba, se le dote de personal de seguridad, de limpieza y se permita la accesibilidad universal de todas las personas de Melilla a uno de los lugares con mayor atractivo paisajístico y ambiental de la ciudad como costa virgen y se la mantenga libre de basuras.
Solo permitiendo el acceso de todas las personas a este rincón de la ciudad se conseguirá que un monumento natural por su belleza y ambiental por sus especies protegidas sean valoradas como parte del patrimonio común y no como un estercolero en el corazón de la ciudad.

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