Zona de Bajas Emisiones de Melilla, un proyecto que llega tarde y mal.
· Nos encontramos con que lo único que se ha hecho hasta ahora es delimitar físicamente la ZBE.
· Desde el 1 de enero, según lo aprobado por la Ciudad, el aparcamiento debería restringirse a residentes y comerciantes.
· Se tendría que haber puesto en marcha un sistema de control de acceso y circulación de los vehículos.
· No basta con implementar una ZBE, estamos obligados a bajar los niveles de contaminación de la ciudad, y si no lo hacemos…adiós a los Fondos Europeos.
Desde el 1 de enero de 2023 entra en vigor en Melilla, por normativa de obligado cumplimiento, la Zona de Bajas Emisiones (ZBE) aprobada por el gobierno de la Ciudad.
Según la normativa vigente se entiende por zona de baja emisión el ámbito delimitado por una Administración pública, en ejercicio de sus competencias, dentro de su territorio, de carácter continuo, y en el que se aplican restricciones de acceso, circulación y estacionamiento de vehículos para mejorar la calidad del aire y mitigar las emisiones de gases de efecto invernadero, conforme a la clasificación de los vehículos por su nivel de emisiones.
Desde el 1 de enero tendríamos que tener implementada una zona delimitada con restricciones de circulación y aparcamiento de vehículos.
Para ello tendríamos que tener un listado de qué vehículos pueden aparcar, qué vehículos pueden circular y qué sanciones se impondrían a los incumplimientos. Tendríamos que haber puesto en marcha un sistema de control de aparcamiento, acceso y circulación de los vehículos, haber ubicado las señales de tráfico que la DGT ha establecido para delimitar las zonas de entrada a una ZBE y tendríamos que haber dotado a nuestro parque automovilístico de las pegatinas de la DGT que especifican los niveles de emisiones de cada vehículo. Haría falta, en definitiva, un trabajo previo extenso.
Lamentablemente nos encontramos con que lo único que se ha hecho hasta ahora es delimitar físicamente la ZBE y decidir que sólo podrán aparcar residentes y comerciantes, pero lo cierto es que ya ha comenzado 2023 y no hay ningún tipo de control para el aparcamiento; como siempre llegamos tarde y mal.
Ni siquiera la delimitación de la ZBE se ha hecho bien.
La ZBE de Melilla comprende el triángulo modernista de la ciudad, pero deja fuera la Plaza de España, que es la zona de mayor tráfico del centro.
No se entiende que una ZBE ubicada en el centro de la ciudad y que pretende reducir emisiones contaminantes, deje fuera su principal foco de contaminación. O sí se entiende, si lo que se pretende es hacer un paripé de ZBE, y ver si cuela.
Las ZBE se establecen para mejorar la calidad del aire y mitigar las emisiones de gases de efecto invernadero, pero la normativa nos advierte de que se deberá promover la mejora de dicha calidad del aire en todo el municipio y no exclusivamente en la zona afectada.
También advierte de que estos objetivos de mejora de calidad del aire deberán alinearse en la medida de lo posible con los valores guía de la Organización Mundial de la Salud (OMS), más exigentes que los de la normativa europea para la mayoría de contaminantes.
Es decir, no basta con implementar una ZBE, tenemos que bajar sí o sí los niveles de contaminación de la ciudad, y si no lo hacemos…adiós a los Fondos Europeos.
La ZBE delimitada por Melilla, en principio no restringirá la circulación de vehículos por su interior. Podremos seguir yendo desde Reyes Católicos al puerto pasando por la Avenida, o desde Plaza de España al cementerio a través de Ejército Español, por lo que el único tráfico que va a disminuir es el de los coches que buscan aparcamiento, pero este era bastante escaso, porque la zona está en gran parte peatonalizada, así que, cuando pasen las elecciones de mayo, tocará, vistos los nulos resultados de descenso de emisiones, pasar a una fase «más dura», de mayores restricciones.
De aquí a mayo los partidos políticos de Melilla deberían incorporar a sus programas medidas para poder garantizar una reducción de la contaminación en la ciudad, si es que quieren seguir accediendo al dinero europeo, que, lamentablemente, parece ser lo único que les interesa. Lo tienen fácil y difícil. Fácil porque no tienen más que leerse las Directrices para la creación de las ZBE dadas por el Ministerio de Transición Ecológica (MITECO) y transponerlas a sus programas; difícil porque ello implica, además de una ZBE de verdad y no un remedo como el actual, medidas para invertir la pirámide de movilidad en la ciudad. Los desplazamientos, según las directrices de las ZBE, deberían priorizarse siguiendo este orden: peatón, bicicleta, transporte público, carga y descarga y, por último, vehículos privados, incluidos híbridos y eléctricos.
Estamos casi seguros de que en lo que van a poner énfasis es en lo bueno que es pasarse al coche eléctrico, que no es más que reincidir en el uso del coche particular con todos los problemas de movilidad que conlleva, y sin olvidar que en Melilla estos coches se cargan con la electricidad que produce Endesa a base de quemar fuel oíl. El establecer, como dicen las directrices, corredores peatonales que unan los distintos barrios entre sí y con el centro, y que sean cómodos, seguros, y con sombra (esto lo añadimos nosotros) les va a chirriar.
Para conseguir bajar las emisiones tendremos que dejar, muy a menudo, el coche en casa. Esto solo se consigue con un proyecto bien hecho que incluya al menos dos medidas: Restringir el aparcamiento en toda la ciudad, (si no se puede aparcar no tiene sentido coger el coche), y mejorar, y mucho, el transporte público y los corredores peatonales.
Hay que dar una alternativa al vehículo privado que nos permita convertirnos en una ciudad amable y no en el caos circulatorio en que vivimos. Los tiempos están cambiando y lo piden a gritos, también lo pide la normativa jurídica. A ver si nuestros políticos se enteran

Guelaya no apoya el proyecto de la CAM sobre el tramo urbano del río.
Este proyecto:
- Ve como problema el hormigón desgastado en soleras y propone añadir más hormigón.
- Confunde carrizo con caña invasora.
- No contempla tapar la alcantarilla que impide que el río llegue al mar.
- No contempla levantar el hormigón en la parte central de la zona de la desembocadura para que el río se renaturalice sólo.
- Considera Corredor Verde a una calle con maceteros.
- No contempla solución para el continuo encharcamiento de la desembocadura.
POR LO QUE NO PUEDE SER CONSIDERADO COMO PROYECTO DE RENATURALIZACIÓN Y GUELAYA NO PUEDE APOYARLO.
La Ciudad Autónoma ha aprobado un proyecto para renaturalizar la parte urbana del río de Oro, y lo ha vendido como si el proyecto se fuese a ejecutar, cuando lo cierto es que es muy dudoso que este proyecto sea aprobado por el Ministerio de Transición
Ecológica (MITECO), que es el encargado de aprobar y financiar los proyectos de este tipo.
La filosofía de los proyectos de renaturalización del MITECO es solucionar los problemas derivados de los encajonamientos de hormigón que se hicieron en el pasado en los tramos urbanos de los ríos españoles. Dudamos mucho de que este proyecto pueda salir adelante, ya que se basa en añadir más hormigón al existente y disimular lo que quede mediante hoyos separados unos de otros para poner plantas.
La Consejería de Medio Ambiente solicitó a Guelaya firmar una carta de apoyo a este proyecto.
Adjuntamos las razones que esgrimimos para no apoyarlo.
DENEGACIÓN DE GUELAYA DE LA PETICIÓN DE LA CAM DE APOYAR EL PROYECTO DE RENATURALIZACIÓN DEL TRAMO URBANO DEL RÍO DE ORO.
ANÁLISIS DEL DOCUMENTO:
En el apartado 2.2: Características del encauzamiento por tramos observamos lo siguiente:
Zona 1. Puente Tesorillo-Puente Bomberos.
Se pretende igualar los desniveles de la solera, lo que equivale a añadir más hormigón.
La vegetación que aparece en el caudal de aguas mínimas se considera como cañainvasora (Arundo donax), cuando en realidad es carrizo (Phragmites australis), especie propia de los ríos y que se debe conservar a toda costa.
En las siguientes fotografías mostramos la imagen que aparece en el documento (donde se califica la vegetación como invasora), y una foto de Guelaya de la misma zona. En el documento la foto se hace desde un lateral del río y no se observa el canal de agua. La foto de Guelaya está hecha desde el centro del Puente del Tesorillo (en una maravillosa crecida del río) y se observa el carrizo a lo largo del canal central.


Zona 2: Puente Bomberos-Puente Mineral.
Se pretende arreglar la solera de hormigón que se ha ido deteriorando con el tiempo, lo que significa añadir más hormigón.
Se pretende cementar las zonas del muro por las que se introduce agua en el cauce.
Estos aportes de agua son los que hacen que esa zona del río sea la más húmeda, lo que permite el cobijo y nidificación de diversas aves. Cementar los muros sería atentar contra la biodiversidad existente.
Zona 3. Puente Mineral-Puente Avenida Marina Española.
Se comenta que la solera está deteriorada lo que significa añadir más hormigón
Zona 4. Puente Avenida Marina Española- final del encauzamiento
(desembocadura)
No se proyecta tapar la alcantarilla por la que se cuela el poco caudal de agua que circula, sin permitir al río llegar al mar, que es lo natural en un río.
No se proyecta quitar la fuente de colores de la desembocadura, que es irracional mantenerla en el río, y sólo sirve para acumular lodos.
No se proyecta quitar el hormigón en la zona central del cauce, lo que bastaría para el río renovase su vegetación autóctona sin tener que plantar nada y lo que daría refugio, como ocurría antes de la vergonzosa cementación de la desembocadura, a numerosas
aves.
No se proyecta ninguna solución para evitar el continuo encharcamiento de la desembocadura.
En el apartado 6.2. Plan de renaturalización. Descripción de las actuaciones, observamos lo siguiente:
La limpieza de plantas exóticas va acompañada del uso de herbicidas, lo que es incompatible con un proceso de renaturalización. Existen formas de acabar con las invasoras sin usar herbicidas.
Se propone un ensanche del canal de aguas mínimas hasta 5,42 m que supondría eliminar toda la vegetación autóctona existente, y la fauna a la que sirve de refugio que lo puebla. Sería mucho más barato y natural levantar el hormigón en zonas colindantes, el río se encargaría de ir repoblándolas de vida.
Se crean senderos para el paseo de ciudadanos cuya base es hormigón pintado de color.
Se propone echar herbicidas en los muros para evitar vegetación no autóctona. Esta vegetación no puede ser considerada invasora, ya que está alojada en el muro. El tratamiento de herbicidas es innecesario y desproporcionado.
Se pretende igualar el muro del río en las zonas que presenta desniveles, lo que significa añadir más hormigón.
Se pretende demoler parte del muro del río en la zona de los Jardines del Agua para instalar una rampa de acceso a la río. Más hormigón. Bastaría con una escalera metálica,o con habilitar una zona de acceso desde la playa.
Se pretende naturalizar la zona hormigonada de la desembocadura mediante la perforación del hormigón en diversos puntos y la implantación de vegetación.
Estos serían puntos de vegetación aislados entre sí, por lo que no podrían servir de refugio a aves ni otra fauna. Lo más sencillo, y barato, sería, además de tapar la alcantarilla que impide que el río llegue al mar, levantar el hormigón en la zona central del río, en torno a 10 m como mínimo. El tiempo se encargaría de dotar de vegetación y vida a toda la zona.
Se pretenden habilitar los llamados Corredores Verdes, que serían las calles que conectan el río con los parques y jardines de la ciudad. Para convertir una calle en un Corredor Verde pondrían maceteros de hormigón a lo largo de la calle. Llamar Corredor Verde a una hilera de jardineras de hormigón es un eufemismo.
Se especifica en varios puntos que el riego de las plantas que se pongan sólo estaría garantizado por la empresa durante la fase de ejecución, lo que nos hace dudar de que estas plantas sobrevivan.
CONCLUSIONES.
Un proyecto que:
- Ve como problema el hormigón desgastado en soleras y propone añadir más hormigón
- Confunde carrizo con caña invasora.
- No contempla tapar la alcantarilla que impide que el río llegue al mar
- No contempla levantar el hormigón en la parte central de la zona de la zona de la desembocadura para que el río se renaturalice sólo.
- Que considera Corredor Verde a una calle con maceteros.
- Que no contempla solución para el continuo encharcamiento de la desembocadura.
NO PUEDE SER CONSIDERADO COMO PROYECTO DE RENATURALIZACIÓN, POR LO QUE GUELAYA NO PUEDE APOYARLO.

Guelaya no apoya el proyecto de la CAM sobre tramo urbano del río. Este proyecto:
· Ve como problema el hormigón desgastado en soleras y propone añadir más hormigón.
· Confunde carrizo con caña invasora.
· No contempla tapar la alcantarilla que impide que el río llegue al mar.
· No contempla levantar el hormigón en la parte central de la zona de la zona de la desembocadura para que el río se renaturalice sólo.
· considera Corredor Verde a una calle con maceteros.
· No contempla solución para el continuo encharcamiento de la desembocadura.
POR LO QUE NO PUEDE SER CONSIDERADO COMO PROYECTO DE RENATURALIZACIÓN Y GUELAYA NO PUEDE APOYARLO
La Ciudad Autónoma ha aprobado un proyecto para renaturalizar la parte urbana del río de Oro, y lo ha vendido como si el proyecto se fuese a ejecutar, cuando lo cierto es que es muy dudoso que este proyecto sea aprobado por el Ministerio de Transición Ecológica (MITECO), que es el encargado de aprobar y financiar los proyectos de este tipo.
La filosofía de los proyectos de renaturalización del MITECO es solucionar los problemas derivados de los encajonamientos de hormigón que se hicieron en el pasado en los tramos urbanos de los ríos españoles. Dudamos mucho de que este proyecto pueda salir adelante, ya que se basa en añadir más hormigón al existente y disimular lo que quede mediante hoyos separados unos de otros para poner plantas.
La Consejería de Medio Ambiente solicitó a Guelaya firmar una carta de apoyo a este proyecto.
Adjuntamos las razones que esgrimimos para no apoyarlo.
DENEGACIÓN DE GUELAYA DE LA PETICIÓN DE LA CAM DE APOYAR EL PROYECTO DE RENATURALIZACIÓN DEL TRAMO URBANO DEL RÍO DE ORO.
ANÁLISIS DEL DOCUMENTO:
En el apartado 2.2: Características del encauzamiento por tramos observamos lo siguiente:
Zona 1. Puente Tesorillo-Puente Bomberos.
Se pretende igualar los desniveles de la solera, lo que equivale a añadir más hormigón.
La vegetación que aparece en el caudal de aguas mínimas se considera como caña invasora (Arundo donax), cuando en realidad es Carrizo (Phragmites australis), especie propia de los ríos y que se debe conservar a toda costa.
En las siguientes fotografías mostramos la imagen que aparece en el documento (donde se califica la vegetación como invasora), y una foto de Guelaya de la misma zona. En el documento la foto se hace desde un lateral del río y no se observa el canal de agua. La foto de Guelaya está hecha desde el centro del Puente del Tesorillo (en una maravillosa crecida del río) y se observa el carrizo a lo largo del canal central.
Un informe de renaturalización de río que confunde las cañas con el carrizo se desacredita por sí solo.


Zona 2: Puente Bomberos-Puente Mineral.
Se pretende arreglar la solera de hormigón que se ha ido deteriorando con el tiempo, lo que significa añadir más hormigón.
Se pretende cementar las zonas del muro por las que se introduce agua en el cauce. Estos aportes de agua son los que hacen que esa zona del río sea la más húmeda, lo que permite el cobijo y nidificación de diversas aves. Cementar los muros sería atentar contra la biodiversidad existente.
Zona 3. Puente Mineral-Puente Avenida Marina Española.
Se comenta que la solera está deteriorada lo que significa añadir más hormigón
Zona 4. Puente Avenida Marina Española- final del encauzamiento (desembocadura)
No se proyecta tapar la alcantarilla por la que se cuela el poco caudal de agua que circula, sin permitir al río llegar al mar, que es lo natural en un río.
No se proyecta quitar la fuente de colores de la desembocadura, que es irracional mantenerla en el río, y sólo sirve para acumular lodos.
No se proyecta quitar el hormigón en la zona central del cauce, lo que bastaría para el río renovase su vegetación autóctona sin tener que plantar nada y lo que daría refugio, como ocurría antes de la vergonzosa cementación de la desembocadura, a numerosa aves.
No se proyecta ninguna solución para evitar el continuo encharcamiento de la desembocadura.
En el apartado 6.2. Plan de renaturalización. Descripción de las actuaciones, observamos lo siguiente:
La limpieza de plantas exóticas va acompañada del uso de herbicidas, lo que es incompatible con un proceso de renaturalización. Existen formas de acabar con las invasoras sin usar herbicidas.
Se propone un ensanche del canal de aguas mínimas hasta 5,42 m que supondría eliminar toda la vegetación autóctona existente, y la fauna a la que sirve de refugio que lo puebla. Sería mucho más barato y natural levantar el hormigón en zonas colindantes, el río se encargaría de ir repoblándolas de vida.
Se crean senderos para el paseo de ciudadanos cuya base es hormigón pintado de color.
Se propone echar herbicidas en los muros para evitar vegetación no autóctona. Esta vegetación no puede ser considerada invasora, ya que está alojada en el muro. El tratamiento de herbicidas es innecesario y desproporcionado.
Se pretende igualar el muro del río en las zonas que presenta desniveles, lo que significa añadir más hormigón.
Se pretende demoler parte del muro del río en la zona de los Jardines del Agua para instalar una rampa de acceso a la río. Más hormigón. Bastaría con una escalera metálica, o con habilitar una zona de acceso desde la playa.
Se pretende naturalizar la zona hormigonada de la desembocadura mediante la perforación del hormigón en diversos puntos y la implantación de vegetación. Estos serían puntos de vegetación aislados entre sí, por lo que no podrían servir de refugio a aves ni otra fauna. Lo más sencillo, y barato, sería, además de tapar la alcantarilla que impide que el río llegue al mar, levantar el hormigón en la zona central del río, en torno a 10 m como mínimo. El tiempo se encargaría de dotar de vegetación y vida a toda la zona.
Se pretenden habilitar los llamados Corredores Verdes, que serían las calles que conectan el río con los parques y jardines de la ciudad. Para convertir una calle en un Corredor Verde pondrían maceteros de hormigón a lo largo de la calle. Llamar Corredor Verde a una hilera de jardineras de hormigón es un eufemismo.
Se especifica en varios puntos que el riego de las plantas que se pongan sólo estaría garantizado por la empresa durante la fase de ejecución, lo que nos hace dudar de que estas plantas sobrevivan.
CONCLUSIONES.
Un proyecto que:
· Ve como problema el hormigón desgastado en soleras y propone añadir más hormigón
· Confunde carrizo con caña invasora.
· No contempla tapar la alcantarilla que impide que el río llegue al mar
· No contempla levantar el hormigón en la parte central de la zona de la zona de la desembocadura para que el río se renaturalice sólo
· Que considera Corredor Verde a una calle con maceteros.
· Que no contempla solución para el continuo encharcamiento de la desembocadura.
NO PUEDE SER CONSIDERADO COMO PROYECTO DE RENATURALIZACIÓN, POR LO QUE GUELAYA NO PUEDE APOYARLO.


Manifiesto. Concentración a favor del arbolado de Melilla
¿Está en Melilla nuestro medio ambiente subyugado por el poder de las constructoras?
Hoy venimos a alzar la voz por los ficus drupácea de Conde de Alcaudete apeados, unos árboles únicos en Melilla que formaban desde hace más de cuarenta años, y hasta hace muy poco, un pasillo continuo desde el Paseo Marítimo hasta la Calle Polavieja, y que 7 de ellos han sido apeados por la política del cemento y condenados a un destino más que incierto, como antes lo fueron los de Severo Ochoa, Conde del Serrallo, Pizarro o el Parque Lobera.
Alrededor de 50 personas nos hemos personado en la calle Conde de Alcaudete para manifestar el hartazgo de la ciudadanía melillense por el cruel trato que la Consejería de Medioambiente impone a nuestros árboles. Sin embargo, las pancartas y la concentración han podido ser vistas por las miles de personas que pasaban con sus vehículos por una calle tan transitada como Polavieja, y conocido el motivo de nuestra protesta.
Las siguientes preguntas se han hecho imprescindibles a lo largo de todo el año 2022: ¿Tienen las empresas constructoras el poder de apear los árboles cuando les estorben? A la vista está que sí. ¿Está la Consejería de Medioambiente subyugada al poder de estas constructoras o es cómplice de ellas? Da igual si lo es, porque, en definitiva y dadas sus competencias, es responsable de este desatino y de la destrucción sistemática del patrimonio arbóreo consolidado de nuestros barrios, justo cuando más se necesita su sombra y su oxígeno.
Se están amparando en un vacío legal por la falta de un reglamento medioambiental que ampare a estos árboles, un reglamento que guardan en un cajón desde hace años para poder seguir cometiendo estas tropelías. La Consejería de Medioambiente tiene que saber que los vecinos están hartos de estas barbaridades, que terminarán pasando factura a quienes las cometen. Europa y España están mandando ingentes cantidades de dinero para que Melilla tenga un medio ambiente que la proteja de las consecuencias del cambio climático, son los llamados fondos de resiliencia, y de alguna forma tienen que enterarse de que ese dinero en Melilla no está sirviendo para nada, porque nuestros políticos, lejos de hacer sus deberes, están destruyendo nuestro patrimonio natural y sepultando nuestros barrios y nuestro entorno en hormigón armado.
Por mucho que cueste un cambio de conciencia en la sociedad melillense, es un paso que tarde o temprano deberemos dar de forma conjunta, es decir, tanto la administración, como las empresas de construcción, los políticos y los ciudadanos debemos dar un paso evolutivo que signifique entender que un árbol con más de 40 años debe ser respetado, y no sólo por los beneficios que nos proporciona, si no por ética, por respeto y por sensibilidad.
Esto significa en la práctica que a la hora de decidir sobre qué es lo preferible, sí dejar un árbol donde ya está o quitarlo para favorecer a las empresas constructoras en alguna de sus peticiones, la decisión debe ser siempre que la balanza se incline por el árbol. No puede haber lugar a dudas. El árbol estaba antes, da muchos más beneficios al ser humano y por lo tanto debe ser la constructora quién se adapte a las circunstancias, no al revés.
Además, porque trasladar un árbol a otro lugar significa podarlo de forma exagerada, arrancarlo del suelo (muchas veces sacrificando su raíz madre), transportarlo y volver a plantarlo, y todo ello estresando al árbol hasta tal punto que la mayoría de las veces no consigue volver a agarrar.
Por lo que una vez más decimos que la opción de apear un árbol para ponerlo en otro lugar debe ser la última de las opciones y no la primera, como es lo normal en Melilla. Un árbol tiene un valor a día de hoy que debe hacernos reflexionar sobre la importancia de no jugar a ser dioses, pues este tipo de “juegos” ya han quedado atrás. Por desgracia a día de hoy la realidad del cambio climático impera y viene cargada de mucha crudeza para el futuro.
Por todo ello, pedimos a la Consejería que aprenda a respetar los derechos de los árboles, da igual que no estén escritos en un documento o en un reglamento, son derechos inherentes al árbol y precisamente la Consejería encargada de proteger nuestro medio ámbiente debería tenerlo más que claro. Estos derechos van desde el primero hasta el último, lo que en este caso concreto significa que el derecho del árbol es justamente quedarse donde está, sin que ningún ser humano pueda impune y aleatoriamente decidir sobre él sin más rigor que el de las empresas constructoras y sus intereses monetarios.
Firmado por :
Guelaya – Ecologistas en Acción, y Movimiento en defensa del Arbolado de Melilla


Gran éxito de la primera reforestación de Guelaya de esta temporada.
Numerosas entidades sociales colaboraron en la reforestación.
Se pusieron 560 plantas entre tarais, adelfas, retamas, hinojos y acebuches.
Se reforestó en el río de Oro para dar a conocer la obra de renaturalización que se está llevando a cabo.
La primera reforestación de Guelaya de esta temporada ha sido un triple éxito.
La primera gran satisfacción es que está lloviendo, lo que facilita la labor y asegura una mayor supervivencia de las plantas.
En segundo lugar nos alegramos de poder coordinar y aprovechar la participación voluntaria y desinteresada de varias entidades, alumnado del IES «Virgen de la Victoria», en concreto su «Patrulla Verde», que tantos beneficios está aportando en su entorno educativo, alumnado del IES «Juan Antonio Fernández», voluntarios de la Junta Islámica de Melilla y de la UGR, la empresa Tragsa, encargada de la obra de renaturalización del río, que nos ha facilitado inmensamente la tarea al abrirnos los hoyos con anterioridad, y los socios de Guelaya.
En tercer lugar y, gracias a tantas manos unidas, hemos conseguido poner 560 plantas en un sólo día.
La zona elegida ha sido un lateral del río de Oro ubicado entre el puente cercano al instituto Leopoldo Queipo y la confluencia con el arroyo Farhana.
Guelaya quiere centrar el grueso de las reforestaciones de este año en el río de Oro. Es importante que la ciudadanía conozca la labor de renaturalización, pagada por el Estado español, que se está llevando a cabo.
La renaturalización del río de Oro se está acometiendo desde Octubre de 2019. Hemos sufrido muchos contratiempos, riada incluida, pero empiezan a verse los frutos en los tarais y adelfas que ya tienen un gran porte y se pueden reconocer desde lejos. Las plantas de la Laguna de los Pájaros aguantaron muy bien la riada y en breve tendremos allí uno de los mejores humedales de esta zona africana.
560 tarais, adelfas, acebuches, hinojos, retamas, higueras y granados ya están creciendo a lo largo del río.
Desde aquí queremos agradecer toda la colaboración ciudadana y emplazaros para la próxima reforestación, que tendrá lugar el 14 de Enero y que será también en el río de Oro.





Ruta por la Mar Chica para celebrar el Día de las Aves Migratorias.
Aproximadamente a las dos de la tarde de hoy ha concluido la visita ornitológica organizada por Guelaya y SEO Melilla a la Mar Chica para celebrar el Día de las Aves Migratorias. La fecha coincide con la llegada de multitud de aves desde Europa para descansar en esta gran laguna litoral, que se convierte estos días en un lugar privilegiado para observarlas, y hoy, como en años anteriores, hemos tenido oportunidad de hacerlo. Flamencos, zarapitos, correlimos, chorlitejos… han hecho las delicias de las personas que han participado en esta ruta, y a las que agradecemos su presencia y su interés por conocer la importancia de este santuario para las aves en su ruta migratoria postnupcial.
Os dejamos algunas imágenes del día.




Entidades sociales se asocian para organizar las I Jornadas sobre migraciones y cambio climático en Melilla
· Las Jornadas consistirán en 3 conferencias impartidas los días 9, 17 y 24 de noviembre.
· A lo largo de las Jornadas las conferencias se completarán con charlas coloquio en centros de secundaria de la ciudad.
Varias entidades sociales que trabajan en Melilla con personas migrantes se han asociado con Guelaya Ecologistas en Acción Melilla para realizar las I Jornadas sobre migraciones y cambio climático.
El objetivo de las Jornadas es sensibilizar a las personas de Melilla en favor de las personas migrantes, y aportar conocimientos de personas expertas sobre la situación de vida en los países desde donde llegan migrantes a la valla de Melilla, el Sahel principalmente, sobre la situación creada por el cambio climático como causa de migraciones y sobre la falta de protección internacional en estos momentos para los refugiados climáticos y por fin una perspectiva de género de las migraciones.
El inicio de las Jornadas será el próximo 9 de noviembre en el Salón de actos de la Consejería de Educación, Cultura, Festejos e Igualdad a las 18 h a cargo de Cayetana Bellisco y Aitor López, del Departamento de Movilización Social y Comunicación de la ONG MPDL con una conferencia titulada Resiliencia en el Sahel en donde conoceremos la situación de partida de las personas migrantes que llegan a Melilla.
El 17 de noviembre las Jornadas se continuarán con la conferencia de Miguel Pajares, Antropólogo y escritor sobre refugiados climáticos que cuenta con su experiencia en la presidencia de la Comisión Catalana de Ayuda al Refugiado.
Finalmente la perspectiva de género estará a cargo de Helena Maleno, defensora de los DDHH, periodista y escritora, cerrando las Jornadas con una conferencia sobre Mujeres migrantes en Marruecos.
Las Jornadas se completan con charlas en los centros de secundaria que lo deseen. Estas actividades han sido ofrecidas como actividades complementarias en la oferta de Guelaya Ecologistas en Acción a la Dirección provincial del ministerio de Educación y Formación Profesional y han sido autorizadas para su desarrollo por lo que el profesorado puede ponerse en contacto con Guelaya. Comenzarán a partir del 14 de noviembre. Los organizadores de las Jornadas agradecen tanto a la Consejería de Educación, Cultura, Festejos e Igualdad como a la UNED la cesión de su Salón de Actos y del aula 10.
Teléfonos de contacto:
Jose Cabo Guelaya 649140321
Maite Echarte Guelaya 605397582
Melilla Acoge Jero Varas 652846091

Informe sobre contaminación por ozono en 2022: Resultados para Melilla
La contaminación del aire por ozono aumenta en Melilla por efecto del cambio climático
En el verano más cálido de los últimos 60 años, toda la población melillense ha respirado aire con más ozono del recomendado por la Organización Mundial de la Salud.
· Finalizadas las restricciones de la movilidad por la crisis de la COVID-19, las intensas y prolongadas olas de calor estivales de 2022 han elevado las puntas de ozono troposférico en Melilla, pese a contar con sólo tres meses de mediciones. ·
El informe anual sobre la contaminación por ozono de Ecologistas en Acción concluye que la totalidad de la población y del territorio melillenses han estado expuestos este año a unos niveles insalubres de este contaminante. · El Gobierno de Melilla por fin ha puesto en marcha en julio dos estaciones públicas de vigilancia de la calidad del aire. Siendo la última zona del Estado español que se ha dotado de mediciones fijas de la contaminación atmosférica.
El informe estatal sobre ozono elaborado por Ecologistas en Acción analiza los datos recogidos entre el 1 de enero y el 30 de septiembre de 2022 en 490 estaciones oficiales de medición repartidas por todo el territorio español, entre ellas 2 situadas en Melilla.
En lo que respecta a Melilla, entre sus principales conclusiones, destacan:
– El ozono troposférico sigue siendo el contaminante atmosférico que año tras año afecta a más población y territorio en el Estado español, y el más estrechamente ligado al cambio climático, por su relación con las altas temperaturas. Durante 2022 sus niveles han aumentado de forma importante en Melilla respecto a los de 2019, por efecto de las tres intensas y prolongadas olas de calor del verano, el más cálido desde al menos 1961.
– El informe de Ecologistas en Acción toma como referencia el valor recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), de acuerdo al cual el aire contaminado por ozono ha afectado en 2022 a la totalidad de la población y del territorio melillenses.
– Si se considera el valor objetivo trienal establecido por la normativa, más laxo que la recomendación de la OMS, no habría población que haya respirado aire contaminado por encima del estándar legal en el periodo 2020-2022, con arreglo a los criterios del informe.
– La frecuencia de las superaciones de los estándares de la OMS y legal ha sido superior a la de los años previos a la pandemia, con aumentos de respectivamente el 18 % y el 46 % en relación al promedio de las registradas en 2019, único año del que se dispone de datos.
– La contaminación por ozono debe abordarse como un problema sanitario de primer orden, que causa cada año entre 1.500 y 1.800 muertes en el Estado español, según la Agencia Europea de Medio Ambiente. Las personas más afectadas son niñas y niños, mayores, mujeres embarazadas y quienes padecen enfermedades cardiorrespiratorias crónicas.
– El coste sanitario y laboral de la contaminación por ozono fue de 5.000 millones de euros en 2013, un 0,33 % del PIB español, según el Banco Mundial, sin considerar los daños provocados sobre los cultivos y los ecosistemas naturales.
– La información a la ciudadanía por parte de las administraciones públicas no es ni adecuada ni ajustada a la gravedad del problema. La página Web del Gobierno de Melilla
no suministra ningún dato de las mediciones de sus dos estaciones fijas, aunque los transmite al Ministerio de Transición Ecológica. Resulta elemental por ello que el Gobierno de Melilla se esfuerce por mejorar la información de la calidad del aire en su Ciudad.
– Las principales vías de actuación para reducir la contaminación del aire por ozono son la disminución del tráfico motorizado, la adopción de las mejores técnicas industriales disponibles, el ahorro y la eficiencia energética y el apoyo a las energías renovables en sustitución de las fósiles. También es necesario ampliar el Área de Control de Emisiones acordada para el Mar Mediterráneo,
– La crisis de la COVID-19 ha demostrado que la reducción estructural del transporte y la descarbonización de la industria y los edificios son las mejores herramientas para mejorar la calidad del aire que respiramos, en las ciudades y en las zonas rurales, también en el caso del ozono. La dramática situación creada por la pandemia ha corroborado que la reducción de las emisiones de precursores sí es efectiva para combatir la contaminación por ozono. Más información:
José Cabo, 634 520 447, Ecologistas en Acción de Melilla
Miguel Ángel Ceballos, 653 072 277, coordinador del informe
Informe completo y resumen: https://www.ecologistasenaccion.org/210886

Contaminantes primarios de ozono en Melilla
Melilla al borde del colapso hídrico o la nefasta gestión del agua en nuestra ciudad
- Para afrontar problemas de suministro en caso de averías se construyó el pantano de Las Adelfas, un fiasco desde el principio.
- El pantano casi siempre ha estado muy escaso de agua, al parecer por continuos fallos en la estación de bombeo y por el mal mantenimiento de las instalaciones.
- El problema es que CHG-Melilla no es capaz de llevar agua al pantano, ni de planificar un correcto suministro de agua en la ciudad.
Para explicar cómo es posible que una ciudad de casi 100.000 habitantes esté sometida a continuos cortes de agua en estos días debemos pensar en quiénes tienen la responsabilidad de mantener el suministro de agua y qué actuaciones están llevando a cabo.
La responsabilidad directa de las previsiones de consumo, de la calidad del agua, de afrontar las averías y de tener un plan de suministro alternativo en caso de problemas con la desaladora o con los acuíferos, es de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, concretamente de sus responsables en Melilla. La sede de CHG en Melilla está en los pinares de Rostrogordo, en el edificio faraónico que levantaron junto al pantano de Las Adelfas.
La Consejería de Medio Ambiente, por mucho que tenga un lógico interés en que no haya fallos en el suministro de agua, no tiene responsabilidad directa en el mismo. Otra tema sería su competencia en disminuir el consumo desorbitado de agua en nuestra ciudad.
Para afrontar problemas de suministro en caso de averías se construyó el pantano de Las Adelfas, un fiasco desde el principio, ya que, tal como está hecho no puede, por normativa internacional, que España respeta, llenarse del todo nunca. Si se hiciera, y hubiese, por el motivo que fuese, una avalancha de agua saliente del pantano, ésta desembocaría a través del arroyo Tigorfaten en Marruecos, donde no tenemos competencias de previsiones de desastres, y cualquier daño causado sería responsabilidad de España.
El pantano de Las Adelfas no puede llenarse del todo pero sí puede hacerse en una parte. El agua que debería llegar al pantano provendría del subálveo del río de Oro, de los acuíferos (que no deberían tocarse, porque están sobreexplotados) y, si fuera necesario, de la desaladora. Tener siempre el pantano medio lleno sería nuestra válvula de seguridad para los posibles cortes de la desaladora en los temporales de levante.
El subálveo del río de Oro es el agua que se embolsa bajo tierra y que en algunos puntos aflora y nos da la ligera corriente que llega al mar, incluso en verano, aunque en su cabecera no haya ningún hilo de agua entrante. El agua subterránea se recoge a través de una galería y unas zanjas de drenaje subterráneas y se bombea, o se debería bombear, al pantano de Las Adelfas.
Pero lo cierto es que el pantano casi siempre ha estado muy escaso de agua, al parecer por continuos fallos en la estación de bombeo y por el mal mantenimiento de las instalaciones, y no está sirviendo para lo que fue concebido. Incluso en épocas de abundantes lluvias ha estado medio vacío. Los responsables de la CHG en Melilla deberían explicar por qué no son capaces de mantenerlo con agua.
En el año 2020 comenzó en Melilla la obra de renaturalización del río de Oro, con presupuesto del Ministerio de Transición Ecológica. Las obras las están llevando a cabo los responsables de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir en Córdoba. Ni CHG Melilla ni las Consejerías de Medio Ambiente del anterior Partido Popular, ni de la actual CPM han querido saber nada del tema.
En la cabecera del río de Oro se han puesto más de 5.000 plantas, todas ellas gratuitamente cedidas por Guelaya. En esta cabecera había una toma de agua ilegal que habilitó CHG-Melilla sin permiso alguno. En caso de lluvias abundantes, el agua comenzaba a correr por la cabecera del río y continuaba haciéndolo durante varios días para luego volver a secarse. Desde Guelaya solicitamos al Comisariado de Aguas de CHG-Córdoba que se respetase como caudal ecológico al menos ese «hilo», insignificante como caudal de agua para la ciudad pero importantísimo para mantener una mínima humedad durante algún tiempo en la cabecera del río y lograr que las plantas «agarraran». Desde Córdoba se nos dio la razón y se obligó a CHG-Melilla a respetar la legalidad y cerrar la entrada de la arqueta de la cabecera.
Para el Consejero de Medio Ambiente, Guelaya es la culpable de que el pantano de Las Adelfas esté sin agua, al menos es lo que ha dejado entrever en sus comunicaciones con la prensa. El señor Mohatar tendría que saber que la aportación de agua que debería hacerse desde el subálveo del río al pantano de Las Adelfas falla por la mala gestión de CHG-Melilla y que el «hilo» de agua que CHG-Córdoba decidió respetar para el cauce del río es irrisorio comparado con el volumen del pantano.
El problema no es que el pantano no tenga agua por el cierre de la arqueta de la cabecera del río, el problema es que CHG-Melilla no es capaz de mantener en buen estado de funcionamiento sus instalaciones, por lo que no puede llevar agua al pantano, Tampoco es capaz de planificar un correcto suministro de agua en la ciudad. Alguien debería haber pensado que, si en la instalación del cuarto módulo de la desaladora se producían incidencias, teníamos que tener un pantano con agua. Pero esto no se ha previsto ni en los temporales de levante, ni ahora.
Nos parece bien que el señor Mohatar pida una auditoría a CHG-Melilla, pero, por favor, entérese bien antes de intentar difamar a quienes llevamos muchos años luchando por una gestión sostenible del agua en Melilla, y sin cobrar un duro.


MELILLA AL BORDE DEL COLAPSO HÍDRICO O LA NEFASTA GESTIÓN DEL AGUA EN NUESTRA CIUDAD
Para afrontar problemas de suministro en caso de averías se construyó el pantano de Las Adelfas, un fiasco desde el principio.
El pantano casi siempre ha estado muy escaso de agua, al parecer por continuos fallos en la estación de bombeo y por el mal mantenimiento de las instalaciones.
El problema es que CHG-Melilla no es capaz de llevar agua al pantano, ni de planificar un correcto suministro de agua en la ciudad.
Para explicar cómo es posible que una ciudad de casi 100.000 habitantes esté sometida a continuos cortes de agua en estos días debemos pensar en quiénes tienen la responsabilidad de mantener el suministro de agua y qué actuaciones están llevando a cabo.
La responsabilidad directa de las previsiones de consumo, de la calidad del agua, de afrontar las averías y de tener un plan de suministro alternativo en caso de problemas con la desaladora o con los acuíferos, es de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, concretamente de sus responsables en Melilla. La sede de CHG en Melilla está en los pinares de Rostrogordo, en el edificio faraónico que levantaron junto al pantano de Las Adelfas.
La Consejería de Medio Ambiente, por mucho que tenga un lógico interés en que no haya fallos en el suministro de agua, no tiene responsabilidad directa en el mismo. Otra tema sería su competencia en disminuir el consumo desorbitado de agua en nuestra ciudad.
Para afrontar problemas de suministro en caso de averías se construyó el pantano de Las Adelfas, un fiasco desde el principio, ya que, tal como está hecho no puede, por normativa internacional, que España respeta, llenarse del todo nunca. Si se hiciera, y hubiese, por el motivo que fuese, una avalancha de agua saliente del pantano, ésta desembocaría a través del arroyo Tigorfaten en Marruecos, donde no tenemos competencias de previsiones de desastres, y cualquier daño causado sería responsabilidad de España.
El pantano de Las Adelfas no puede llenarse del todo pero sí puede hacerse en una parte. El agua que debería llegar al pantano provendría del subálveo del río de Oro, de los acuíferos (que no deberían tocarse, porque están sobreexplotados) y, si fuera necesario, de la desaladora. Tener siempre el pantano medio lleno sería nuestra válvula de seguridad para los posibles cortes de la desaladora en los temporales de levante.
El subálveo del río de Oro es el agua que se embolsa bajo tierra y que en algunos puntos aflora y nos da la ligera corriente que llega al mar, incluso en verano, aunque en su cabecera no haya ningún hilo de agua entrante. El agua subterránea se recoge a través de una galería y unas zanjas de drenaje subterráneas y se bombea, o se debería bombear, al pantano de Las Adelfas.
Pero lo cierto es que el pantano casi siempre ha estado muy escaso de agua, al parecer por continuos fallos en la estación de bombeo y por el mal mantenimiento de las instalaciones, y no está sirviendo para lo que fue concebido. Incluso en épocas de
abundantes lluvias ha estado medio vacío. Los responsables de la CHG en Melilla deberían explicar por qué no son capaces de mantenerlo con agua.
En el año 2020 comenzó en Melilla la obra de renaturalización del río de Oro, con presupuesto del Ministerio de Transición Ecológica. Las obras las están llevando a cabo los responsables de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir en Córdoba. Ni CHG Melilla ni las Consejerías de Medio Ambiente del anterior Partido Popular, ni de la actual CPM han querido saber nada del tema.
En la cabecera del río de Oro se han puesto más de 5.000 plantas, todas ellas gratuitamente cedidas por Guelaya. En esta cabecera había una toma de agua ilegal que habilitó CHG-Melilla sin permiso alguno. En caso de lluvias abundantes, el agua comenzaba a correr por la cabecera del río y continuaba haciéndolo durante varios días para luego volver a secarse. Desde Guelaya solicitamos al Comisariado de Aguas de CHG-Córdoba que se respetase como caudal ecológico al menos ese «hilo», insignificante como caudal de agua para la ciudad pero importantísimo para mantener una mínima humedad durante algún tiempo en la cabecera del río y lograr que las plantas «agarraran». Desde Córdoba se nos dio la razón y se obligó a CHG-Melilla a respetar la legalidad y cerrar la entrada de la arqueta de la cabecera.
Para el Consejero de Medio Ambiente, Guelaya es la culpable de que el pantano de Las Adelfas esté sin agua, al menos es lo que ha dejado entrever en sus comunicaciones con la prensa. El señor Mohatar tendría que saber que la aportación de agua que debería hacerse desde el subálveo del río al pantano de Las Adelfas falla por la mala gestión de CHG-Melilla y que el «hilo» de agua que CHG-Córdoba decidió respetar para el cauce del río es irrisorio comparado con el volumen del pantano.
El problema no es que el pantano no tenga agua por el cierre de la arqueta de la cabecera del río, el problema es que CHG-Melilla no es capaz de mantener en buen estado de funcionamiento sus instalaciones, por lo que no puede llevar agua al pantano, Tampoco es capaz de planificar un correcto suministro de agua en la ciudad. Alguien debería haber pensado que, si en la instalación del cuarto módulo de la desaladora se producían incidencias, teníamos que tener un pantano con agua. Pero esto no se ha previsto ni en los temporales de levante, ni ahora.
Nos parece bien que el señor Mohatar pida una auditoría A CHG-Melilla, pero, por favor, entérese bien antes de intentar difamar a quienes llevamos muchos años luchando por una gestión sostenible del agua en Melilla, y sin cobrar un duro.


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