playas de Melilla
Aguas de baño inundadas de plástico con los vientos de levante.
Fondos marinos cubiertos de basuras.
La ensenada de Galápagos, de belleza indescriptible, tiene los fondos marinos muriendo sepultados en plásticos.
¿A quién queremos engañar con las banderas azules?
La limpieza de los cauces de la ciudad es requisito imprescindible para mejorar la calidad del agua de nuestras playas.
De nuevo debemos salir al paso de la publicación de la concesión de “Banderas Azules” en Melilla este año por no reunir los requisitos mínimos de rigor, solvencia e independencia. Se trata de galardones fraudulentos enfocados a la autocomplacencia de nuestros gestores medioambientales y al intento de ocultar los graves problemas de la conservación de nuestras costas.
Las banderas azules otorgadas a Melilla, como muchas de otras ciudades españolas carecen de cualquier credibilidad, no realizan inspección alguna y no evalúan con rigor el estado medioambiental de las playas.
Las donaciones económicas de las comunidades autónomas son la principal fuente de financiación de esta iniciativa de las banderas azules, y, previo pago, éstas pueden participar como miembro del «jurado internacional» que valora las candidaturas. Por lo tanto, pueden ser “juez y parte”, un hecho que todas las organizaciones ecologistas critican.
Sólo así puede entenderse que siendo un requisito imprescindible para la concesión de bandera azul «En el control de los parámetros físico-químicos del agua de baño se especifica que debe existir ausencia de de contaminación flotante como plásticos, botellas, vidrios, contenedores y cualquier otra sustancia», año tras año se otorgue bandera azul a las playas de Cárabos y la Hípica, cuyas aguas están perpetuamente inundadas de plásticos flotantes con los vientos de Levante.
La bandera azul otorgada este año a Galápagos es especialmente hiriente. La ensenada de Galápagos es un rincón de belleza indescriptible. Sus fondos marinos están muriendo sepultados en plásticos. Algunas asociaciones de buceo han realizado limpiezas voluntarias de estos fondos, pero sólo han servido para llamar la atención ciudadana; no ha habido ninguna medida de protección posterior de nuestros gestores ambientales.
Las banderas azules hace tiempo que no tienen ningún aval técnico, ni científico, ni administrativo de la UE; son promovidas por un conjunto de asociaciones privadas ligadas a las empresas turísticas. La acumulación de fraudes y denuncias en su obtención hizo que la Comisión Europea les retirase el apoyo económico y se desmarcase de la campaña.
El grueso de las basuras que llegan al mar provienen de la propia ciudad de Melilla; las entradas de basuras procedentes de Marruecos son importantes, pero ocasionales. Por ello emplazamos a nuestros gestores municipales a que no pierdan el tiempo (y el dinero) persiguiendo estos falsos galardones y se afanen en hacer frente a los máximos desafíos para nuestras playas:
· Es preciso mantener los cauces de la ciudad de Melilla permanentemente limpios de basuras. Para ello es imprescindible un plan limpieza sistemática, vigilancia y sanción.
· En el río de Oro, la empresa Tragsa que está abordando la renaturalización del tramo alto del mismo, ha sacado más de cien camiones de basuras en dos años, pero las zonas limpiadas vuelven a ensuciarse una y otra vez. No hay nadie que controle los vertidos.
· Llamamos la atención sobre la enorme cantidad vertidos de todo tipo que se están acumulando de nuevo en el arroyo Mezquita.
· La costa de Melilla la Vieja se cubre de basuras arrojadas desde los asentamientos en los acantilados.
Para mejorar la calidad de nuestras playas lo mejor sería olvidarnos de las banderas azules y dedicarnos a limpiar y vigilar que no se arrojen basuras en los cauces. Esta tarea no es fácil, pero alguien tendrá que abordarla algún día.

Un año más se conceden en Melilla “Banderas Azules” sin rigor, solvencia ni independencia
- Guelaya-Ecologistas en Acción quiere denunciar a la opinión pública que ninguna de nuestras playas cumple no uno, sino muchos de los requisito necesarios para que ondee la bandera azul.
- No se convocó a la Comisión de playas para valorar la temporada de baño pasada y tampoco para planificar esta.

Ya tenemos las Banderas Azules 2021 que se conceden en España. En Melilla batimos récords, casi todas sus playas: Hipódromo-Los Cárabos, La Hípica, Los Galápagos y San Lorenzo ondearán el color azul.
De nuevo debemos salir al paso de la publicación del informe de “Banderas Azules” de este año por no reunir los requisitos mínimos de rigor, solvencia e independencia. Se trata de galardones fraudulentos enfocados sólo a resaltar el reclamo turístico de las playas elegidas.
Esta concesión se creó en 1985 para certificar puertos deportivos en Francia y se amplió en 1987 a playas y puertos de toda Europa, con la subvención de la Comisión Europea.
Adeac, (Asociación de Educación Ambiental y del Consumidor) es la asociación que gestiona las banderas en España, pero nadie fuera de nuestro país da un valor especial a estas banderas, porque no es un sello que un turista asocie a excelencia y ni siquiera ya la Unión Europea lo apoya. Las banderas azules hace tiempo que no tienen ningún aval técnico, ni científico, ni administrativo de la UE; son promovidas por un conjunto de asociaciones privadas ligadas a las empresas turísticas. La acumulación de fraudes y denuncias en su obtención hizo que la Comisión Europea les retirase el apoyo económico y se desmarcase de la campaña.
Se trata de “galardones” que carecen de cualquier credibilidad, no realizan inspección alguna y no evalúan con rigor el estado medioambiental de las playas.
Guelaya-Ecologistas en Acción quiere denunciar a la opinión pública que en nuestras playas no se cumple no uno, sino muchos de los requisitos necesarios para que ondee la bandera azul; a saber y sin ser exhaustivos:
En el control de los parámetros físico-químicos del agua de baño se especifica que debe existir ausencia de de contaminación flotante como plásticos, botellas, vidrios, contenedores y cualquier otra sustancia. No lo cumple ninguna de las galardonadas.
“Debe haber ausencia de vertidos o de basura que puedan afectar a la playa o su entorno”. Seguimos sin un plan de vigilancia y limpieza sistemáticas del río de Oro, que sigue aportando enormes cantidades de basura a nuestra bahía, y seguimos con un emisario de aguas fecales y pluviales que vierte a escasos doscientos metros de la desembocadura del río cuando llueve fuerte.
“Debe constituirse un Comité de Gestión de la Playa constituido por autoridades locales, sector hotelero, ONG, socorristas y trabajadores de educación medioambiental. Este comité estaría encargado de hacer auditorías ambientales.” Llevamos reclamándolo años. Seguimos sin conocerlo, y, de funcionar, podría ser una buena herramienta para trabajar coordinadamente.
Además gozamos de cristales, anzuelos, restos de mareas negras, chiringuitos en la propia arena y otras variedades que nos deben llamar la atención sobre lo que debemos rectificar para poder conseguir unas playas con ecoetiqueta de «azul». Lo demás es puro marketing.
Guelaya reitera que las aguas de las playas de Melilla y del puerto Noray no cumplen las condiciones para obtener Bandera Azul, ya que están llenas de plástico
Guelaya va a solicitar, como le corresponde por ley, formar parte del Comité de Gestión de Playas, obligatorio según la normativa de Banderas Azules.
Uno de los criterios imprescindibles para conceder Bandera Azul a una playa es la ausencia de plástico flotante, y la Consejería de Medio Ambiente, que parece que ahora sí se ha leído los criterios de Bandera Azul, lo sabe perfectamente.
La respuesta de la Consejería al comunicado de Guelaya sobre Banderas Azules parece querer desviar la atención insistiendo una y otra vez en que los análisis de agua de las playas de Melilla concluyen que son aptas para el baño. ¿Nos puede decir la Consejería en qué parte de nuestro comunicado dijimos que no se hacían análisis del agua de las playas?
Todo apunta a que no se quiere abordar el problema de los plásticos en las playas de Melilla.
Solucionar este problema de contaminación flotante supondría mantener limpios los cauces del río y de los arroyos de la ciudad todo el año, para evitar que las lluvias los arrastren al mar, y, por supuesto, habría que mantener limpia de basuras y plástico toda la ciudad. Recordemos que las numerosas bolsas de basura que se acumulan en incontables puntos de la ciudad, cuando llueve o hace viento, también terminan en el mar.
Solucionar el problema de los plásticos en la bahía de Melilla requiere de una gran gestión.
¿Está la Consejería de Medio Ambiente dispuesta a abordar este problema?
Es indiferente que tengamos o no Bandera Azul. Lo importante es solucionar el problema de los plásticos en las aguas costeras de Melilla.
Guelaya quiere contribuir a la solución de los problemas de las playas de nuestra ciudad, y por eso va a solicitar entrar a formar parte, como le corresponde por ley, del Comité de Gestión de Playas que, según los requisitos de Banderas Azules, debe haberse constituido ya en Melilla. Y si no se ha hecho, pediremos que se haga a la mayor brevedad.
Las cuatro Banderas Azules de Melilla nos van a dar la oportunidad de exigir muchos cambios en nuestras playas y en el puerto Noray. Todos los que se consideran imprescindibles para otorgar Bandera Azul, ni más, ni menos.