Mes: diciembre 2016

Otra rapaz muerta a manos de las gaviotas en los tejados de la ciudad

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Esta vez ha sido un gavilán la víctima de la agresividad de las gaviotas patiamarillas, una especie en plena expansión en la ciudad y muy agresiva con las otras especies de aves que hasta ahora poblaban los tejados de Melilla.

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Aunque el problema de la expansión de las gaviotas patiamarillas por el casco urbano de Melilla pasa más desapercibido en invierno, sigue estando ahí. La causa principal es el aumento desmedido de su población debido a que se alimenta de los desechos humanos, y eso hay de sobra en nuestra ciudad; además, sus enemigos naturales (zorros, halcones…), aparte de ser hoy en día muy escasos, sólo pueden actuar en el entorno original de estas aves, los acantilados de Melilla.Por tanto, al expandirse por los tejados de la ciudad se libran también de la presión de los pocos depredadores que tienen estas aves.

Hace ya años que solicitamos una y otra vez a la consejería de medio ambiente que actúe para controlar la expansión de esta especie de forma incruenta, como ya se ha hecho en muchas ciudades españolas (con el parafinado de huevos, por ejemplo, como se hace en Chafarinas) para evitar los múltiples incidentes que provoca sobre todo en primavera, cuando los pollos están crecidos y los padres se muestran especialmente agresivos para protegerlos.

En su hábitat original, la gaviota patiamarilla (Larus michahellis) se alimenta sobre todo de los peces que roba a otras gaviotas como la reidora o la Audouin, e incluso de los pollos de éstas. Esta agresividad natural de las patiamarillas hace que su expansión por los tejados de la ciudad provoque la desaparición del resto de especies que habitan estos tejados, ya sea porque huyen o porque son abatidas por ellas.

Pocas son las aves que puedan competir con el tamaño, el número y la agresividad de esta especie. Hace unas semanas los alumnos del IES Juan Fernández fueron testigos de la muerte de un precioso cárabo (Strix aluco), una rapaz nocturna muy escasa en Melilla, a manos de las patiamarillas que se arremolinan sobre ese instituto esperando los desechos que dejan los alumnos en el recreo.

Y hace unos días le tocó a este precioso gavilán (Accipiter nisus), que se dejaba ver por los tejados del mercado central. Los obreros que trabajaban sobre el tejado de este mercado la semana pasada observaron cómo las patiamarillas acabaron con la vida del gavilán con bastante facilidad, ya que esta rapaz de tamaño medio no suponía ninguna amenaza seria para ellas. Fueron estos obreros los que realizaron la foto que ilustra el artículo.

Este año volveremos a pedir que la consejería de medio ambiente se involucre en el control de esta especie y les volveremos a recordar que para estas labores cuenta con nuestra colaboración desinteresada.

También volveremos a recordarles que en su expansión las gaviotas patiamarillas ya ha llegado a los acuartelamientos del barrio del Real, muy próximos al aeropuerto, con lo que el problema amenaza con complicarse aún más si esta especie empieza a interfir en los despegues y aterrizajes de los aviones.

Llega el 2.017

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Un año que se anuncia pleno de proyectos, muchos proyectos, algunos que comienzan y otros muchos que continúan, y que acometemos con una ilusión y esperanza renovadas, pues aunque el trabajo es arduo y los avances a veces pasan desapercibidos, el balance siempre es positivo, muy positivo, y los esfuerzos son recompensados con creces.

Contamos con todos vosotros para seguir trabajando juntos este año por el medio ambiente de Melilla; sabemos que es una ciudad muy peculiar, pero eso debe ser un incentivo para seguir trabajando, pues hace más interesante nuestro trabajo. Jamás debe cundir el desánimo; es el peor enemigo de las personas que luchan por un mundo mejor, y la mejor arma de los que no quieren que nada cambie.

Para ello tendremos que seguir compaginando la labor de denuncia con actividades en la naturaleza, como las plantaciones y las excursiones, y con la divulgación medioambiental en centros educativos y sociales, además de conferencias, cine-forum…

En definitiva, nuevas ideas pero la misma metodología y el mismo nivel de trabajo, y por supuesto lo más importante, vuestra complicidad.

Feliz 2017. Guelaya-Ecologistas en Acción Melilla

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Seamos la voz de nuestros árboles urbanos

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Son muchas las veces que Guelaya ha denunciado públicamente las podas excesivas y sin motivo de los árboles de la ciudad, sin que hasta ahora estas denuncias se hayan tenido mínimamente en cuenta. Toca cambiar de estrategia, y que sean los ciudadanos los que alcen la voz por estos ancianos árboles que llevan medio siglo dando servicio a la ciudad.

Lo que ha ocurrido con los grandes ficus del edificio de Correos ha provocado la indignación de muchos ciudadanos de Melilla; estos veteranos árboles formaban parte del paisaje de esa zona céntrica de Melilla, y por su porte y belleza eran para muchos melillenses monumentos naturales de pleno derecho. Ya en los años 80 fueron desmochados de tal modo que uno de ellos no sobrevivió, y los demás han tardado décadas en recuperarse de aquella mutilación. Cuando comenzaron a podar el primer árbol, recibimos muchos mensajes de melillenses que querían parar de algún modo el desatino, pero la poda continuó sin remisión, y en pocos días todos los árboles fueron intervenidos, hasta no dejarles ni una sola de sus hojas. Debemos llamar la atención sobre un hecho: el antiguo edificio de Correos de la calle Pablo Vallescá está abandonado desde hace años, por lo que las ramas de estos árboles no molestaban a ningún vecino ni interferían en ninguna actividad laboral.

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Ficus de Pablo Vallescá después del podado

Pero esta situación no es nueva:  todo el arbolado de la ciudad está sufriendo en los últimos años un régimen de podas desmedido, hasta tal punto que muchos de los viejos ficus que crecían en los bulevares del Real y el centro de la ciudad han perecido ya, y la mayoría de los que sobreviven muestran signos evidentes de enfermedad. Las podas son continuas durante todo el año, incluyendo la primavera, cuando muchos pajarillos crían en las ramas de estos árboles, y en verano, cuando más necesaria es la sombra que proporcionan en una ciudad donde el sol es inclemente.

Estas podas han sido denunciadas por Guelaya en muchas ocasiones; algunas de ellas ante las autoridades ambientales, otras muchas ante los medios de comunicación, y siempre que hemos tenido oportunidad, lo hemos transmitido al consejero de medio ambiente en persona. En no pocas ocasiones se nos ha contestado que las podas eran solicitadas por los mismos ciudadanos, que, según se nos decía, se quejaban de que las ramas estaban cerca de sus ventanas, que impedían la visión o que atraían a los insectos. Sin embargo, el número de melillenses que nos han expresado su indignación por estas podas abusivas nos hacen pensar que, o los motivos de las podas son otros, o no se está escuchando a buena parte de la población melillense, la que acepta los pocos inconvenientes que crean los árboles a cambio de las muchas ventajas que ofrece un arbolado sano, como el que disfrutan los ciudadanos de Málaga, Granada o Almería.

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Ficus microcarpa de Motril, obsérvese el tamaño natural de la copa de los árboles de esta especie
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Ficus microcarpa de la calle Jiménez Iglesias, en el barrio del Real (Melilla), con la copa reducida a la mínima expresión e incapaz de dar sombra.

El poco efecto de nuestras denuncias y el creciente número de ciudadanos indignados por esta situación nos han persuadido de que es necesario un cambio de estrategia, con el fin de que la indignación de estos melillenses sea oída, y sirva también para darle por fin la palabra a los árboles de la ciudad, las primeras víctimas de estas podas sin control. Existe un cauce administrativo para que las quejas de los ciudadanos lleguen a nuestras autoridades municipales, y Guelaya quiere invitar a los ciudadanos a que usen este recurso para demostrar que, si bien puede haber melillenses que estén de acuerdo o incluso soliciten el podado de los árboles de su calle, hay otros muchos melillenses que se oponen al maltrato que está sufriendo el arbolado urbano de la ciudad.

En este enlace podéis descargaros el impreso de quejas y sugerencias de la Ciudad Autónoma. Una vez completado se puede entregar en el Ayuntamiento, o nos lo podéis hacer llegar a nosotros en cualquiera de las actividades que realizaremos en estos próximos días. Los iremos entregando en la oficina pertinente conforme vayan llegando a nuestras manos.

https://drive.google.com/open?id=0B7gKQ5mOaLJ9UEc2WnF0OXk2TlU

En los próximos días difundiremos este enlace por correo a nuestros socios. También estará en nuestro blog (guelayaecologistasenaccion.wordpress.com), y en el resto de nuestras redes sociales, a disposición de la ciudadanía. Esperamos que se haga el máximo uso de él por el bien de unos árboles que ya forman parte de la historia de la ciudad, de la historia “viva” de la ciudad.

De olivar a esto…

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El modo de disfrutar de muchos melillenses en los escasos espacios verdes que quedan en la ciudad choca frontalmente con el de buena parte de la ciudadanía, ya que su actividad no deja opción al resto de ciudadanos de disfrutar de otro modo distinto del contacto con la naturaleza.

A nuestro entender, este uso de las últimas zonas rurales de Melilla es poco solidario e incomprensible, y constituye un mal ejemplo para las generaciones venideras, a las que estamos dejando una herencia muy preocupante. En la foto, el olivar de la huerta Weil, antiguo lugar de descanso y provisión de muchas de las aves migratorias que pasan por la ciudad, hoy en día convertido en una pista para vehículos 4×4, podría haber sido un lugar de esparcimiento para realizar múltiples actividades por parte de muchos melillenses con otras aficiones distintas a las del mundo del motor.

La periferia de la ciudad sigue siendo la gran olvidada de la administración, que apenas actúa sobre zonas puntuales para determinadas pruebas deportivas. Son muchos los melillenses que quieren disfrutar de estos reducidos espacios naturales, cada vez más deteriorados y acorralados por el hormigón. Desde Guelaya pedimos que se oiga las peticiones y quejas de estos ciudadanos, cuyas demandas no son excluyentes y contribuirían a una mejora sustancial del entorno de Melilla, para el disfrute de todos los melillenses.pista-weil