Día: 22 junio, 2020

Guelaya exige medidas a la Administración para evitar las basuras marinas. Las limpiezas voluntarias como la de hoy en la cala de Trápana no solucionan el problema de las basuras que llegan al mar

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  • Según los datos de productores españoles de agua envasada, a las 85.000 personas censadas en Melilla le corresponden anualmente el consumo equivalente a más de 2 millones de garrafas de 5 litros al año, equivalentes a 161 toneladas de plásticos

 

  • Guelaya Ecologistas en Acción, de acuerdo con entidades europeas, reclaman agua de grifo de calidad para no tener que comprar agua embotellada y un sistema de retorno de envases para cumplir con los objetivos europeos de reciclaje

 

Hoy domingo está convocada por Guelaya una nueva sesión de limpieza voluntaria de basuras marinas, en esta ocasión en la histórica cala de Trápana. La limpieza cuenta con la colaboración de la Consejería de Medio Ambiente y Sostenibilidad, a quien queremos agradecer su apoyo.

 

Cada vez que participamos en una limpieza voluntaria de basuras marinas recordamos a la sociedad y especialmente a la Administración que poner a la gente a limpiar playas no es la solución al problema, es una manera de reivindicar que la Administración tome medidas para resolver en este caso un problema ambiental que afecta a todos los mares y océanos del mundo y que se nos devuelve en forma de playas llenas de plásticos flotantes con los levantes.

 

Por eso, Guelaya Ecologistas en acción se une a la campaña nacional de consumo de agua de grifo como medida que hace innecesario que las personas tengan que estar comprando agua envasada o cargando garrafas de la fuente como si viviéramos en otro siglo. La mejor medida de prevención es la reducción de la basura que se produce.

 

Podría parecer exagerado decir que desde que Estopiñán llegó a Melilla el agua de grifo no se ha podido beber, pero por exagerado que parezca, se aproxima al problema de que el agua de grifo de calidad y durante 24 horas en Melilla no está resuelto en el siglo XXI a pesar de que los anuncios que se vienen haciendo desde la clase política de turno desde hace décadas.

 

Y tras la prevención, Guelaya se suma a las peticiones de un sistema de retorno de envases en España que permita llegar a los porcentajes europeos de reciclaje que en poco tiempo se van a situar en el 90% de las botella de plástico. La prohibición de los plásticos de usar y tirar o como mínimo, ponerle una tasa para elevar su precio y disminuir su consumo completa las medidas para abordar con urgencia las basuras marinas. El problema está estudiado y bien estudiado y en Melilla no vamos ahora a inventar la pólvora.

 

Los estudios realizados por “Seas At Risk”, entidad europea con la que colabora Ecologistas en Acción, estiman que en España se consumen 3.500 millones de botellas de plástico al año, pero no son solo botellas de plástico lo que acaba en las basuras marinas, tambien

  • 1.500 millones de tazas de café desechables
  • 50.000 millones de colillas
  • 207 millones de envases desechables
  • 5.000 millones de pajitas o cañas

Si atendemos a las cifras de los productores de agua envasada españoles,  en España se consumen anualmente 1.078 millones de garrafas de agua equivalentes a 5 litros (5.392 millones de litros) y un mínimo de 84.115 toneladas de plástico anuales.

 

Si hacemos el cálculo para 85.000 personas censadas en Melilla, con la media española que incluye ciudades donde el agua es de calidad, producimos millones de envases de plástico, y es responsabilidad de la Administración conseguir que no lleguen al mar y se conviertan en basuras marinas primero y en microplásticos después que se incorporarán a las cadenas tróficas y acabarán en nuestros estomágos al comer pescado.

 

cartel limpieza trápana

La Patella ferruginea, una especie de Melilla en peligro de extinción

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  • A pesar de su relativa abundancia en Melilla, está en peligro de extinción en el Mediterráneo occidental, y su supervivencia depende de las larvas melillenses

     

  • Su uso como cebo de pesca ha sido una de las causas de su escasez en España pero los pescadores constituyen la primera línea de defensa de la especie

      

  • Coger estas lapas tiene el mismo delito que llevarse un lince ibérico a la casa. La multa mínima es superior a 5.000 euros

 

La Patella ferruginea es un molusco en peligro de extinción en España y en todo el Mediterráneo occidental, y su estatus de conservación en el Catálogo Nacional de Especies Amenazas es de la misma gravedad que el lince ibérico, el oso pardo o el águila imperial.

 

Pero ni en Melilla ni en la mayor parte de España la gente conoce que una humilde especie de lapa pueda ser tan importante para la biodiverisdad nacional como esas especies emblemáticas de las que tanto nos orgullecemos de tener.

 

Tanto organizaciones ecologistas como instituciones científicas y asociaciones profesionales se han manifestado a favor de esta especie en los procedimientos de evaluación ambiental. Las alegaciones a la construcción de infraestructuras portuarias han paralizado importantes proyectos de ampliación de puertos como Tarifa o la última fase de Ceuta. En el caso de Melilla la ampliación de nuestro puerto ha quedado paralizada por la falta de sostenibilidad global del proyecto, no solo ambientalmente sino económicamente en un momento de malos tiempos para las megainfraestructuras de transporte, que no han respondido a las expectativas para las que se construyeron, especialmente tras la experiencia de la última crisis económica.

 

Pero las dos causas adicionales que refleja la Estrategia Nacional de Conservación de la Patella ferruginea de la mano del grupo de trabajo de la especie son la recolección de lapas como cebo y la contaminación.

 

En Melilla se han hecho varios censos de Patella ferruginea en los últimos 15 años y en todos ellos la cantidad supera los 30.000 ejemplares, y muchas personas no entienden que una especie tan abundante en una localidad concreta del Mediterráneo occidental pueda estar en peligro de extinción. Esa gran concentración de ejemplares en localidades muy aisladas entre sí constituye uno de los peligros para la conservación de la especie. Una marea negra podría destruir en un solo día una población local de Patella ferruginea de la que depende buena parte del Mediterráneo occidental por el “reclutamiento” de larvas.

 

Por eso, a iniciativa del área marina de Ecologistas en Acción se ha promovido un proyecto que ha sido apoyado desde la Fundación Biodiversidad y  del que en Melilla se ha hecho cargo  Guelaya-Ecologistas en Acción.

 

En Melilla el COVID 19 ha determinado el cierre de la frontera con Marruecos, que ha provocado que una parte de los pescadores locales que habitualmente no pescaban en la ciudad sí lo hagan ahora, con el resultado de un aumento del esfuerzo pesquero local que en términos de líneas de pesca algunos días puedan evaluarse en cinco cañas más que lo habitual.

 

El aumento de personas que pescan ahora en Melilla tiene como consecuencia que el pequeño porcentaje de personas que presentan, conductas incívicas como en todos los colectivos humanos, se multiplique en estos días, con sedales y anzuelos abandonados que afectan a mascotas y aves marinas y con una mayor frecuencia de capturas que no respetan las tallas mínimas.

 

El proyecto “Sensibilización hacia la Conversación de la Patella ferruginea” cuenta con los clubs y la federación melillense de pesca, porque la primera línea de defensa de la Patella ferruginea son los pescadores, un colectivo que ha visto como avanzadilla social cómo las pesqueras de hace años y las de ahora no son las mismas, y por tanto están interesados en la sostenibilidad de su actividad.

 

El desarrollo del proyecto en la ciudad autónoma de Melilla cuenta con la edición y distribución de folletos y la realización de charlas informativas con los clubes de pesca y con la federación melillense de pesca deportiva, que se concretará en los próximos días, además de exposiciones y actividades en centros educativos que hasta el próximo curso académico no se podrán concretar.

 

cartel proyecto Patella