zona ZEC de Aguadú

El Ministerio de Interior paraliza las obras en la Zona ZEC de Aguadú

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Desde Guelaya y Ecologistas en Acción nos alegramos de que se haya ordenado a las excavadoras cesar en su labor destructiva en la ZEC, pero vamos a continuar con los trámites de la denuncia hasta que se sepa qué personas fueron responsables de este desastre y rindan cuentas por ello. No nos puede valer la política de hechos consumados y compensaciones; es muy importante que el destrozo de la ZEC no quede impune, porque si esto ocurre las personas responsables y las que las han amparado no habrán aprendido nada y seguirán creyendo que actuaron bien a pesar de todo.

Excavadoras en la ZEC de Aguadú

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La ZEC es una Zona de Especial Protección, que forma parte de la RED Natura 2000 de la UE

Se trata de una de las últimas zonas vírgenes de Melilla de altísimo valor ecológico

En este vídeo grabado por miembros de SEO Melilla se observa una máquina retroexcavadora cometiendo un auténtico ecocidio en la ZEC (Zona de Especial Conservación) de Aguadú, una de las últimas zonas vírgenes de Melilla que por su altísimo valor ecológico está incluida en la Red Natura 2000 de Espacios Naturales Protegidos de Europa.

Aún no conocemos cuál es el objetivo de estas obras, pero las consecuencias son más que evidentes: en todo el terreno situado al pie del acantilado, que ahora estaba cubierto por multitud de especies vegetales únicas en la ciudad, muchas de ellas únicas en todo el estado español, de ha hecho tabla rasa, y es ahora una explanada sin vida.

No son ni de lejos las únicas consecuencias, pues el roquedo calizo que había al pie del acantilado ha desaparecido también, y estas rocas daban refugio a una fauna especialmente diversa y singular, que contaba entre otros muchos endemismos con seis especies de  micromamíferos incluidos en el Atlas y Libro Rojo de mamíferos terrestres de España y que sólo se podían encontrar en el territorio de Melilla, como la musaraña de Whitaker o el ratón cebra.

Precisamente en octubre un grupo científico de la universidad de Alicante iba a comenzar un estudio en colaboración con Guelaya para estudiar la presencia y biología de dichas especies en esta zona, un estudio que ahora servirá para evaluar el alcance del desastre ocasionado por las obras y sus consecuencias.

Hemos solicitado una reunión con la Delegada del Gobierno para conocer de primera mano los motivos de dicha actuación y expresar nuestra gran preocupación por la forma en que se está realizando.

Guelaya entiende que los temas de seguridad pueden ser prioritarios, pero también consideramos que un mismo objetivo se puede  alcanzar con distintos grados de afección ambiental,  por lo que aprovecharemos la reunión para solicitar una parada cautelar de las obras mientras se evalúan las mejoras técnicas disponibles para minimizar el impacto ambiental que ocasionan.

El Helianthemum caput-felis o jarilla cabeza de gato, especie protegida española compartida con el Levante y Baleares.

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  • La presión urbanística de la costa la ha diezmado en la península.

 

  • En Melilla se mantiene en terrenos militares y espacios protegidos y las especies invasoras son su principal amenaza

La jarilla cabeza de gato se denomina así porque alguien vio cierto parecido entre la forma de sus frutos y la cabeza de un gato. Su nombre científico es Helianthemum caput-felis, que  viene de Helios, sol, y caput felis, traducción latina de cabeza de gato. La jarilla es una especie heliófila que precisa de sol y no prospera por eso bajo los pinos. De hecho, plantar pinos en los lugares donde está sería una amenaza para ella.

 

Este arbusto bajo existe en algunas costas mediterráneas occidentales, entre las que destacan las del norte de África, donde se encuentra en Marruecos, pero exclusivamente entre cabo de Agua y Cabo Tres Forcas, y Argelia, donde está presente en la playa “de los andaluces” en Orán.

 

En la península ibérica se encuentra también en el levante español y en Baleares, en puntos concretos donde ha sobrevivido a la expansión urbanística de la costa, que ha llegado a los barrancos, lugares habituales donde la especie prolifera en rodales que pueden ser de 800 pies de plantas en el caso de Melilla.

 

Estaba presente en las colinas y acantilados cercanos al mar y terrenos arenosos en lugares mediterráneos peninsulares, pero la urbanización de la costa ha diezmado su presencia. Comparando las cantidades presentes antes y después del boom de la construcción de la costa mediterránea el siglo pasado, que llegó hasta los barrancos y torrenteras más inclinadas, la población de Helianthemum caput-felis en el litoral español casi ha pasado a ser testimonial.

 

Por este motivo se la ha calificado en el Catálogo Español de Especies Amenazadas como especie vulnerable. Si no se hace algo al respecto, entrará en el futuro en la categoría de especie en peligro de extinción, por lo que su estatus reclama la atención de la Consejería de Medio Ambiente y Sostenibilidad, la responsable de su conservación, junto con todos los melillenses como herencia recibida de las generaciones anteriores.

 

En Melilla cubría todo el norte de la ciudad, muy cerca de la línea de costa, en la ZEC de Aguadú, aunque encima de los acantilados está presente prácticamente desde  el polvorín hasta la valla perimetral, continuando por el barrando del Quemadero y de allí hasta el mismo río de Oro por las colinas que rodean al arroyo Tigorfaten a través de la segunda ZEC melillense, la del barranco del Nano.

 

Se trata de una especie a la que le gusta el sol, es heliófila, y por tanto, no prospera a la sombra de los pinos. En el caso de Melilla su ubicación en terrenos militares la ha librado de la especulación urbanística, que ha sido su amenaza principal en la península, pero no por ello está libre de amenazas.

 

No existe ningún estudio que sirva de base para la elaboración de un Plan de Conservación de la especie, obligatorio para todas las especies vulnerables según la Ley de Patrimonio Natural y Biodiversidad española.

 

Pero Guelaya ha trabajado en su defensa estos años adaptando la técnica de viverismo desarrollado en la península para su reproducción desde semillas, pero comprobando además que es mucho más rentable el trasplante de esquejes, por lo que se han recogido semillas locales y esquejes y se han multiplicado y reintroducido para comprobar que en el caso de que sea necesario puede ser replantado en Melilla con genoma propio, ya que los estudios genéticos demuestran que presenta diferencias con las plantas del Levante, más relacionadas con las especie en las Baleares.

 

Replantar jarillas cabeza de gato con plantas de la península sería no solo un error, sino también un atentado contra su conservación por hibridarla con plantas peninsulares, ya que la polinización es cruzada gracias a insectos. Además no es necesario recurrir a plantas de la penísula porque Guelaya dispone de plantones para su reintroducción a disposición de la Ciudad.

 

Solo se ha realizado un censo global de la especie en Melilla por parte del grupo de especies protegidas del Campus de Melilla hace algunos años, con el que Guelaya colaboró en el trabajo de campo. Para conocer su tendencia en Melilla, si hay más o menos que antes, hay que volver a repetir el censo.

 

Llama la atención que cuando está presente la “vinagreta”, nombre con el que se conoce en Melilla a la Oxalis pes-caprae, una especie invasora, la jarilla desparece de la ZEC del barranco del Nano.

 

La “vinagreta” es propia de lugares nitrofilados, que ocupa junto con otras especies oportunistas en una explosión de flores tradicionalmente en enero-febrero, y con el cambio climático, antes. Su presencia impide que la jarilla prolifere, porque parece que compite mal por el suelo, estando presente donde apenas otras especies crecen en suelos pedregosos.

 

La vinagreta no solo nos informa sobre dónde están los suelos nitrofilados, sino que se trata de una especie incluida en el Listado Español de Especies Invasoras, por lo que su presencia en los espacios protegidos debería ser tenida en cuenta para su eliminación como medida de conservación, pero no existe ningún plan de manejo aprobado en la Ciudad sobre sus espacios protegidos.

 

helianthemum 2019 2