Consejería de Medio Ambiente y Sosteniblidad
Una representación ciudadana de Rebelión por el Clima presentó sus reivindicaciones sobre arbolado urbano y podas ante el consejero de medio ambiente
Guelaya, que asistió a la reunión como miembro de Rebelión y expuso sus reivindaciones, sacó las siguientes conclusiones:
- Valoramos positivamente la reunión por constituir avances en cuanto al respeto y conservación del arbolado urbano en un ambiente de colaboración.
- Mantendremos una actitud crítica sobre las cuestiones que no se han podido consensuar
- Realizaremos igualmente un seguimiento sobre la materialización de los compromisos adquiridos en la mencionada reunión por considerar que suponen pasos adelante en la buena dirección de conservación del arbolado urbano y de mitigación de la crisis climática.
Las cuestiones que se pusieron encima de la mesa fueron las siguientes:
1.- Sobre cuándo se hacen las podas:
Solicitamos que las podas se limiten a otoño e invierno y no se hagan en primavera y verano. 6 meses sin poda. Actualmente eran 3 meses sin poda y la consejería va a parar las podas 5 meses.
Valoramos que lo conseguido, 5 meses de parón de podas, está más cerca de los 6 meses que pedimos que de los 3 meses que había y por tanto es un avance en el respeto de la época de reproducción de aves y de la sombra en verano, pero insistiremos en la necesidad de respetar también el mes de septiembre, aunque sea como mínimo en las podas de los alineamientos de ficus.
2.- Cómo se hacen las podas.
Se mantienen las discrepancias técnicas sobre las podas en marquesinas si bien entendemos que en los alineamientos de ficus que están a escasos metros de las casas hay que atender las demandas de los vecinos para que las ramas no lleguen a las casas.
Se valora la idea de recuperar las bóvedas naturales de sombra en bulevares donde los árboles no están cerca de las casas.
Se valora especialmente el compromiso con evitar podas extremas respetando lo verde y recortando menos del 25% de la copa.
3.- Árboles singulares
La consejería justificó su retraso en la declaración de árboles singulares en la ciudad de Melilla por la envergadura del trabajo que están realizando. Se nos anunció un proyecto consistente en un catálogo completo de árboles singulares y cada árbol catalogado recibirá una atención específica. También habrá información detallada al pie de cada ejemplar seleccionado, permitiendo ampliar esa información de forma digital a través de un código QR. Nos han confirmado que tendrá participación pública como queríamos.
4.- Petición sobre un reglamento de podas para Melilla
Nos han contestado que no es una prioridad para la Consejería.
Guelaya solicitó en reuniones anteriores la urgencia de dotar a la Ciudad de una normativa de ruidos y un reglamento sobre áreas verdes, tanto de la Red Natura 2000 como de zonas verdes urbanas. La normativa de ruido se está actualizando ya y la de áreas verdes nos han prometido que saldrá en el primer semestre de 2020.
En el momento que salgan estas normativas que Guelaya viene solicitando desde hace años volveremos a recordar la necesidad de una normativa de podas.
5.- Solicitamos que Melilla se sume a las ciudades del #TreesInCitiesChallenge.
La consejería aprovechó esta iniciativa para presentar los proyectos que piensan desarrollar en el año 2020, con un tratamiento integral del arbolado urbano incluyendo el tratamiento de los alcorques, plantación de ejemplares nuevos y mejora de las condiciones de jardines y árboles en general. También se habló de encarecer los daños que se hacen a los árboles por las obras, y de sendos proyectos de mejora ambiental para dos áreas verdes, los pinos de Rostrogordo y el barranco de Cabrerizas.
Guelaya se comprometió a enviar información sobre la red #TreesInCitiesChallenge para incorporar a la ciudad de Melilla y hacer seguimiento de todas las propuestas que se anunciaron para el futuro.

Esta entrada fue publicada en Área de conservación, Áreas y etiquetada como arbolado urbano, árboles singulares de Melilla, áreas verdes, barranco de Cabrerizas, catálogo de árboles singulares de Melilla, Consejería de Medio Ambiente y Sosteniblidad, ficus de Melilla, pinares de Rostrogordo, podas en marquesina, Trees In Cities Challenge.
El Helianthemum caput-felis o jarilla cabeza de gato, especie protegida española compartida con el Levante y Baleares.
- La presión urbanística de la costa la ha diezmado en la península.
- En Melilla se mantiene en terrenos militares y espacios protegidos y las especies invasoras son su principal amenaza
La jarilla cabeza de gato se denomina así porque alguien vio cierto parecido entre la forma de sus frutos y la cabeza de un gato. Su nombre científico es Helianthemum caput-felis, que viene de Helios, sol, y caput felis, traducción latina de cabeza de gato. La jarilla es una especie heliófila que precisa de sol y no prospera por eso bajo los pinos. De hecho, plantar pinos en los lugares donde está sería una amenaza para ella.
Este arbusto bajo existe en algunas costas mediterráneas occidentales, entre las que destacan las del norte de África, donde se encuentra en Marruecos, pero exclusivamente entre cabo de Agua y Cabo Tres Forcas, y Argelia, donde está presente en la playa “de los andaluces” en Orán.
En la península ibérica se encuentra también en el levante español y en Baleares, en puntos concretos donde ha sobrevivido a la expansión urbanística de la costa, que ha llegado a los barrancos, lugares habituales donde la especie prolifera en rodales que pueden ser de 800 pies de plantas en el caso de Melilla.
Estaba presente en las colinas y acantilados cercanos al mar y terrenos arenosos en lugares mediterráneos peninsulares, pero la urbanización de la costa ha diezmado su presencia. Comparando las cantidades presentes antes y después del boom de la construcción de la costa mediterránea el siglo pasado, que llegó hasta los barrancos y torrenteras más inclinadas, la población de Helianthemum caput-felis en el litoral español casi ha pasado a ser testimonial.
Por este motivo se la ha calificado en el Catálogo Español de Especies Amenazadas como especie vulnerable. Si no se hace algo al respecto, entrará en el futuro en la categoría de especie en peligro de extinción, por lo que su estatus reclama la atención de la Consejería de Medio Ambiente y Sostenibilidad, la responsable de su conservación, junto con todos los melillenses como herencia recibida de las generaciones anteriores.
En Melilla cubría todo el norte de la ciudad, muy cerca de la línea de costa, en la ZEC de Aguadú, aunque encima de los acantilados está presente prácticamente desde el polvorín hasta la valla perimetral, continuando por el barrando del Quemadero y de allí hasta el mismo río de Oro por las colinas que rodean al arroyo Tigorfaten a través de la segunda ZEC melillense, la del barranco del Nano.
Se trata de una especie a la que le gusta el sol, es heliófila, y por tanto, no prospera a la sombra de los pinos. En el caso de Melilla su ubicación en terrenos militares la ha librado de la especulación urbanística, que ha sido su amenaza principal en la península, pero no por ello está libre de amenazas.
No existe ningún estudio que sirva de base para la elaboración de un Plan de Conservación de la especie, obligatorio para todas las especies vulnerables según la Ley de Patrimonio Natural y Biodiversidad española.
Pero Guelaya ha trabajado en su defensa estos años adaptando la técnica de viverismo desarrollado en la península para su reproducción desde semillas, pero comprobando además que es mucho más rentable el trasplante de esquejes, por lo que se han recogido semillas locales y esquejes y se han multiplicado y reintroducido para comprobar que en el caso de que sea necesario puede ser replantado en Melilla con genoma propio, ya que los estudios genéticos demuestran que presenta diferencias con las plantas del Levante, más relacionadas con las especie en las Baleares.
Replantar jarillas cabeza de gato con plantas de la península sería no solo un error, sino también un atentado contra su conservación por hibridarla con plantas peninsulares, ya que la polinización es cruzada gracias a insectos. Además no es necesario recurrir a plantas de la penísula porque Guelaya dispone de plantones para su reintroducción a disposición de la Ciudad.
Solo se ha realizado un censo global de la especie en Melilla por parte del grupo de especies protegidas del Campus de Melilla hace algunos años, con el que Guelaya colaboró en el trabajo de campo. Para conocer su tendencia en Melilla, si hay más o menos que antes, hay que volver a repetir el censo.
Llama la atención que cuando está presente la “vinagreta”, nombre con el que se conoce en Melilla a la Oxalis pes-caprae, una especie invasora, la jarilla desparece de la ZEC del barranco del Nano.
La “vinagreta” es propia de lugares nitrofilados, que ocupa junto con otras especies oportunistas en una explosión de flores tradicionalmente en enero-febrero, y con el cambio climático, antes. Su presencia impide que la jarilla prolifere, porque parece que compite mal por el suelo, estando presente donde apenas otras especies crecen en suelos pedregosos.
La vinagreta no solo nos informa sobre dónde están los suelos nitrofilados, sino que se trata de una especie incluida en el Listado Español de Especies Invasoras, por lo que su presencia en los espacios protegidos debería ser tenida en cuenta para su eliminación como medida de conservación, pero no existe ningún plan de manejo aprobado en la Ciudad sobre sus espacios protegidos.
Esta entrada fue publicada en Área de conservación y etiquetada como Catálogo Español de Especies Amenazadas, Consejería de Medio Ambiente y Sosteniblidad, especies autóctonas, especies exóticas invasoras, especies protegidas de Melilla, Helianthemum caput-felis, jarilla cabeza de gato, Oxalis pes-caprae, Zona de Especial Conservación (ZEC), zona ZEC de Aguadú, zona ZEC del barranco del Nano, zonas ZEC de Melilla.