Los censos de aves invernantes de Guelaya y SEO/BirdLife concluyen con más ejemplares de aves censadas que el año pasado pero con una ligera pérdida de especies
- La obra de la desembocadura del río de Oro contribuye a una ligera pérdida de biodiversidad de especies en dos especies y provoca la contaminación de un enclave natural.
- Las gaviotas patiamarillas se mantienen por encima de 1000 ejemplares adultos, pero parecen más concentrados en el entorno urbano cercano al mar y en los acantilados de la ZEC de Aguadú.
- Los censos han coincidido con el día de observación de la Red de Aves Marinas y Cetáceos (RAM), en el que se observaron tres grupos de delfines comunes frente a Melilla.
Desde el 12 al 17 de enero se han realizado en Melilla los censos de aves invernantes correspondientes a las aves acuáticas, incluyendo tanto aves de agua dulce como marinas.
Más de una docena de personas han participado en lo censos, que han cubierto toda la costa de la ciudad.
Las fechas han coincidido con la convocatoria internacional de aves acuáticas que en España está coordinada por SEO/BirdLife. En Melilla se realizan estos censos desde el año pasado.
Los resultados de los censos en cuanto a aves marinas, que proporcionamos ahora, han sido globalmente estos: 25 especies observadas y 3544 aves.
Los datos son normales en la invernada de la mayoría de las especies, aunque aparecen ligeras variaciones en especies raras o accidentales. Por ejemplo, deja de verse la gaviota picofina y el negrón con respecto al año pasado y aparece una posible gaviota tridáctila. Estos cambios pueden deberse a condiciones climatológicas, especialmente a los vientos dominantes. La ausencia de pardelas cenicientas también es normal, pues llegan del Atlántico de su invernada a partir del mes de febrero. También es normal que la gaviota de Audouin sea escasa en invernada en Melilla con solo algunas decenas de aves.
La disminución de dos especies con respecto al año anterior (de 27 a 25) tiene que ver más bien con las obras de la desembocadura del río de Oro, que es un enclave natural que está siendo ocupado actualmente por una obra. Este año por eso no se han registrado cigüeñuelas ni chortilejos chicos.
A destacar la alta invernada de pardela balear, con casi 500 ejemplares. A diferencia de las costas peninsulares, el charrán bengalí es invernante escaso pero regular, al igual que el charrán patinegro.
Se mantiene el número de adultos de gaviota patiamarilla pero parece que se concentran en la zona urbana cercana al puerto, Pueblo y Alcazaba y ZEC de acantilados de Aguadú. En la zona de cuarteles, hospital y parque forestal hay casi las mismas que se concentran en el techo del pabellón de deportes.
La concentración de las gaviotas patiamarillas cerca de la costa pero en el entorno urbano es una llamada de atención hacia la necesidad de mantener el control de esta población, al igual que en años anteriores, ya que no solo se concentra en techos cercanos a la costa, sino que también aumenta en los acantilados de Aguadú, cerca de las colonias de gaviota de Audouin, con la cual compite por el espacio para establecer las colonias.
La invernada de cormoranes grandes ha aumentado en varias decenas de ejemplares, pero ha disminuido la invernada de la gaviota reidora. Esto puede deberse en ambos casos a los intercambios de ambas especies con la invernada en la Mar Chica y a desplazamientos diarios entre Melilla y Mar Chica.
Finalmente, con respecto a los cetáceos, se observaron 3 grupos de delfines comunes que sumaron al menos 63 individuos, un buen dato teniendo en cuenta que en las cercanías de la costa son más abundantes los delfines mulares, que se se vieron en los censos del año pasado y que han llegado a entrar en las aguas interiores del puerto de Melilla en alguna ocasión.