Guelaya espera que el cambio llegue al medio ambiente en Melilla
-
Los ecologistas estamos dispuestos a colaborar con la consejería en la defensa de la sostenibilidad de la ciudad.
-
Las aspiraciones de la asociación para los próximos cuatro años son las mismas que se anunciaron antes de las elecciones
-
Las expectativas que el nuevo gobierno ha creado son altas
Como siempre que se inicia la gestión de un nuevo Gobierno de la ciudad se renuevan las ilusiones por alcanzar los objetivos medioambientales que en el período anterior no se pudieron conseguir. Y después de un cambio de partido en el gobierno las expectativas aumentan.
La Consejería de Medio Ambiente en este inicio de legislatura puede contar con la colaboración de Guelaya para resolver los numerosos problemas que el período anterior nos ha dejado, disposición que comenzará respetando los 100 días de gestión.
Guelaya no puede engañar a nadie en lo que respecta a lo que va a pedir al nuevo gobierno autonómico ya que la asociación se dirigió a todos los partidos y a la opinión pública antes de las elecciones, haciendo explícita su identificación de problemas y la propuesta de soluciones para los próximos cuatro años.
Tres son las líneas de actuación que a juicio de los ecologistas deberían marcar la hoja de ruta de la consejería:
Cambio climático
El principal problema al que se enfrenta la ciudad, necesario para asegurar la sostenibilidad social y económica, es el cambio climático. Adoptar medidas para frenar el cambio climático es una condición necesaria, pero no suficiente, para asegurar el empleo y el bienestar social.
No es que el medio ambiente sea el problema, es que es la solución, no es que sea más importante que las personas, es que las personas dependen del medio ambiente.
Luchar contra el cambio climático es claramente un asunto de participación social y por ello Guelaya se suma a la petición que otras organizaciones están haciendo en toda España y en toda Europa, y en concreto a la que realizará Rebelión por el Clima Melilla.
En la medida de nuestras fuerzas trabajaremos desde la sociedad civil para que la clase política adopte a partir de ahora las medidas que no ha adoptado en el pasado, de acuerdo con los criterios científicos del Panel de Expertos de Cambio Climático de Naciones Unidas.
Pérdida de biodiversidad y contaminación
Es una consecuencia del cambio climático como problema global, pero en Melilla se acrecienta por la testarudez de 19 años de política ambiental que han tenido como consecuencia un enorme retraso en disposiciones normativas actualizadas y en servicios públicos, como saber qué contaminación atmosférica existe en la ciudad para que los alérgicos y personas con problemas respiratorios puedan saber a qué se expone, tanto si la contaminación es propia o transfronteriza.
El trabajo que hay pendiente en este campo es enorme. La reglamentación de aves que se realizó en los últimos cuatro año por imperativo legal de un tribunal europeo para evitar la captura de fringílidos ha sido el único avance en los pasados 4 años.
Pero no tenemos ningún reglamento que proteja la flora y fauna local, ni la de los parques y jardines, incluyendo normas para hacer podas respetuosas con la gente y los árboles, ni la de los espacios protegidos, ni los planes para las especies protegidas.
Vertidos ilegales de escombros y basuras en general, coches que entran y salen de los espacios protegidos de hacer botellón y cosas peores son solo ejemplos de una situación que no se ha conseguido controlar hasta el momento.
El río de Oro
Por último pero no por ello menos importante, los próximos cuatro años deben ser el período en el que el río de Oro deje de ser un estercolero y vertedero ilegal de escombros para ser un río por donde pasa agua, viven la flora y fauna local autóctona, la gente recupera un espacio natural para su uso y disfrute de las generaciones actuales y venideras, y cientos de personas encuentran un empleo trabajando en un proyecto que ya tiene más de 2 millones de euros consignados y que debe comenzar lo antes posible.
