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Guelaya exige a la consejería de Medio Ambiente y Sostenibilidad que invierta en conservación de la Red Natura 2000 en los presupuestos de la Ciudad 2021

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  • La Declaración de emergencia climática incluyó hace más de un año una declaración de intenciones incumplida en 2020.
  • El aumento de las áreas grises hormigonadas en donde debía haber zonas verdes siembra dudas sobre las intenciones reales de la Ciudad.
  • En vez de acometer con mano de obra local el ingente trabajo de luchar contra las especies invasoras, la ciudad prefiere traer mano de obra cualificada de la península para obras.

El COVID-19 ha desviado en el presupuesto del año 2019 inversiones destinadas originalmente a conservación de biodiversidad, y por ello es doblemente necesario que en el año 2021 se realicen inversiones en conservación de la naturaleza. La campaña de vacunación del COVID-19 dará salida a la emergencia sanitaria por lo que habrá que recuperar urgentemente las inversiones en la emergencia climática.

Seis han sido las propuestas que Guelaya ha dirigido a la Consejería de Medio Ambiente y Sostenibilidad ahora que se cumple el año de la declaración de la Emergencia climática en la Asamblea de la Ciudad. Las seis propuestas se refieren al área temática de la conservación de biodiversidad y están vinculadas a la gestión de la Red Natura 2000.

En primer lugar habrá que regular y mantener el uso de los senderos de la Red Natura 2000, a la vista del deterioro del que son objeto debido a la cantidad de personas que lo utilizan, y a la falta de mantenimiento en la última década. Mantener la red de senderos, diferenciando los ciclables de los que usan los senderistas es una necesidad urgente por la erosión que puede apreciarse.

El uso de zahorra procedente del vertedero de inertes vendría a evitar el colapso del mismo reciclando áridos, que si se aplica a la pista de carros, permitiría descargar de decenas de miles de toneladas el vertedero.

Ahora que ha aumentado el uso de los senderos es imprescindibles dotarlos de los servicios necesarios, paneles informativos, cartelería y mobiliario urbano. No existe en el barranco del Nano ni un solo banco ni una papelera. Es necesario dotarlos de servicios de seguridad y limpieza y de mobiliario rural.

Las plantas invasoras jamás han sido retiradas de la Red Natura 2000, perjudicando a la biodiversidad local. Retirarlas crea centenares de puestos de trabajo, pues es un trabajo que debe hacerse a mano por lo intrincado del barranco del Nano, que no permite en sus cauces introducir gran maquinaria. Por ello reivindicamos un plan de eliminación urgente de especies invasoras.

La conservación de especies protegidas en la Red Natura 2000 tiene entre sus amenazas a depredadores de especies urbanas que sin embargo no pueden  permanecer en el medio natural. Por ello es necesario realizar un programa de control y extracción de depredadores terrestres introducidos en la Red Natura 2000 junto al control que ya se hace de la gaviota patiamarilla.

Por último, hasta este momento no se ha aprobado ningún Plan de conservación y recuperación de ninguna especie protegidas en la ciudad. Esperamos que antes de que acabe el año se apruebe el Plan de conservación de la gaviota de Audouin, pero sobre todo que se invierta en investigación y estudio de especies protegidas tanto mediante los convenios firmados con la UGR como con entidades sin ánimo de lucro.

Erosión en el barranco del Quemadero, dentro del espacio de la Red Natura 2000.

Guelaya denuncia la conversión de nuestras zonas verdes en zonas grises de hormigón donde hasta los árboles se sustituyen por estructuras metálicas

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  • Guelaya presenta una queja ante la Consejería de Infraestructura por la reiteración de zonas verdes con predominio del hormigón
  • No se puede autorizar ni una obra más sobre zonas verdes siguiendo criterios urbanísticos de hace un cuarto de siglo en una situación de emergencia climática.

Lo del parque del barrio de la Victoria no es un caso aislado pero sí es la gota que colma el vaso de la paciencia de los ecologistas, que han ofrecido especies autóctonas a la consejería de Medio Ambiente y Sostenibilidad y comprueba que las zonas verdes  las planifica la consejería de Infraestructuras, y prefiere hormigón y estructuras metálicas a medidas de mitigación del cambio climático. Por ese motivo Guelaya ha presentado una queja contra la Consejería de Infraestructuras, Urbanismo y Deporte.

¿Para que sirve colaborar con la consejería de Medio Ambiente y Sostenibilidad firmando un acuerdo por el que la Ciudad autónoma dispone de árboles y arbustos autóctonos gratis si los que diseñan las zonas verdes están en otra consejería y prefieren estructuras metálicas y hormigón en el suelo?

La guía metodológica que la Red de Ciudades Españolas por el Clima, en el seno de la Federación Española de Municipios y Provincias, publicó allá por 2015, estableció en un informe para la Mitigación y la Adaptación al Cambio Climático en el Planeamiento Urbano una sola directriz “básica” sobre el “verde urbano”:

“Incrementar la biodiversidad y la capacidad de regulación climática y de sumidero de carbono del verde urbano en los pueblos y ciudades, creando una red de parques, huertos urbanos y zonas verdes conectada con el entorno periurbano y rural a través de corredores ecológicos, e insertando el verde urbano en el tejido edificado a través de patios, fachadas y cubiertas verdes”

Medidas para desarrollar esta directriz básica en cualquier ciudad española desde hace un lustro que aquí no hemos visto, como por ejemplo “Introducir criterios bioclimáticos y de calidad ambiental (confort térmico, ruido, contaminación, etc.) en el diseño de las zonas verdes y los espacios públicos, creando microclimas en el entorno de la edificación a través de medidas como la plantación de vegetación, la permeabilización del suelo, la instalación de masas de agua, etc.”

Todavía estamos leyendo los titulares de los medios de comunicación de noviembre de 2019: “El objetivo de las I Jornadas Ciudad Sostenible y Agenda 2030 es que Melilla esté a la cabeza del país en urbanismo y sostenibilidad”, Jornadas en las que participamos porque fuimos invitados a transformar lo que entonces era la herencia recibida y ahora percibimos como una continuidad inexplicable de criterios obsoletos que no es que sean del anterior Gobierno, sino que reflejan la presión del lobby* de la construcción y que son además políticamente incompatibles con una Asamblea de la Ciudad que firmó la Declaración de Emergencia Climática por unanimidad.

Hemos solicitado en nuestra queja que en lo sucesivo se tenga en cuenta el acuerdo de colaboración suscrito entre nuestra asociación y la Consejería de Medio Ambiente y Sostenibilidad para que podamos participar en el diseño de los espacios libres y poder aportar propuestas de inclusión de vegetación autóctona en el espacio público mediante donación de nuestro vivero forestal, tal como está recogida en el acuerdo firmado.

* lobby

nombre masculino

Grupo de presión formado por personas con capacidad para presionar sobre un gobierno o una empresa, especialmente en lo relativo a las decisiones políticas y económicas.