bicis contra el Covid19
Melilla debe dar el salto del uso deportivo de la bicicleta al uso como medio de transporte
- Las medidas para ganar espacio público al peatón y al ciclista han demostrado que la ciudadanía quiere movilidad sostenible. Las medidas deben ser permanentes después del COVID 19.
- Existe consenso social, institucional y político suficientes y los instrumentos necesarios de Ciudad 30 para dar el salto hacia el objetivo de disminuir al menos un 10% el uso del coche privado en favor del transporte público, la peatonalización y las ciclovías.
- Solo hace falta que la policía local haga cumplir la pacificación del tráfico para que las personas y ciclistas perciban la vía pública como algo más seguro de como lo perciben ahora.
Para Guelaya el Día Mundial de la Bicicleta es una ocasión para reivindicar movilidad sostenible, una movilidad que se ha visto afectada en nuestra vida cotidiana por el COVID 19 y que ha venido a demostrar que la ciudad está preparada para dar el gran salto hacia los objetivos del Pacto por la movilidad que tantos años de lucha ha provocado por parte de tanta gente e instituciones.
Tenemos las herramientas que se han ido sacando adelante por consenso, sobre todo el modelo de Ciudad 30 y el avance en la peatonalización del centro, pendiente eso sí de que sea una realidad igualmente en los barrios de la ciudad.
La disposición de la ciudadanía para aprovechar las oportunidades que se le han dado al cortar de forma transitoria espacios usualmente ocupados por coches privados ha sido magnífica, como nunca antes se había hecho; miles de personas y cientos de bicicletas se han movido por aumentar la salud y la seguridad, además de por el medio ambiente y la contaminación que nos ahorramos con la movilidad sostenible.
Las medidas que se han tomado de forma provisional tienen que dejar de serlo para pasar a permanentes. No hay excusa para retroceder ahora en eso.
No es una cuestión de señales y placas de velocidad en una Ciudad 30 donde todas tienen la misma limitación, sino de todo lo contrario, de quitar las placas y señales luminosas de 40 que siguen puestas a pesar de que lleva años en el BOME publicadas las calles 30.
Va siendo hora de que las obras diseñen calles más seguras. Obras que salvan vidas porque reducirán las víctimas del tráfico. Tanto la DGT como el área de movilidad saben cuales son las medidas que tienen que adoptarse, solo hace falta ejecutarlas.
Y para ello necesitamos que la policía local colabore en un objetivo de ciudad, y que los recursos de los que se les dota con dinero público no acaben arrumbados en un garaje como el multacar. Toda la ciudad sabe que las cajas de los radares están vacías, ¿a que se espera para comprar radares y poner multas por exceso de velocidad?
El tráfico ha disminuido obligado por el confinamiento, pero tiene el riesgo de repuntar por encima del porcentaje ya alto que tenía antes del COVID 19, sobre todo por la desconfianza hacia el transporte público, la gran cenicienta en Melilla de la movilidad sostenible. Por supuesto que hay que apoyar al transporte público, pero haciendo inversiones para hacerlo competitivo, porque con subvenciones a fondo perdido llevamos muchos años.
En el Día Mundial de la Bicicleta esperamos que este fin de semana la ciclovía que se ha anunciado hace semanas sea una realidad, y podamos disfrutar de la bicicleta no solo como actividad saludable sino como medio de transporte que respeta las normas de sanidad del COVID 19.
Guelaya anima a las personas de Melilla a caminar y a utilizar la bicicleta en la ciclovía y en los desplazamientos laborales de lunes a viernes
- Es el momento de demostrar que la ciudadanía apoya las medidas de movilidad sostenible ocupando el espacio público
- Necesitamos una salida verde de la alerta sanitaria que trabaje en favor de la emergencia climática
- Los ecologistas aspiran a que las medidas para promover la movilidad sostenible vengan para quedarse.
Guelaya hace un llamamiento a las personas de Melilla para que utilicen las medidas en favor de la movilidad sostenible, los peatones y el uso de la bicicleta que se acaban de anunciar, tanto en tiempo de ocio como en desplazamientos laborales.
No son medidas improvisadas las que se han anunciado desde el área de movilidad y la Delegación del Gobierno, muchas de ellas están recogidas en el plan de movilidad urbana sostenible aprobado ya hace años y que cuenta con un apoyo social considerable debido al Pacto por la movilidad. Además, son medidas actualmente recomendadas en toda España por la red de ciudades que caminan, a la que pertenece Melilla, y al ministerio de transición ecológica y el Reto demográfico en la fase de desescalada del coronavirus.
Tenemos que aprovechar las medidas ahora que tenemos la oportunidad de ocupar el espacio público en favor de las personas y la movilidad que no produce contaminación, porque son avances que desde muchos sectores de la sociedad se vienen reclamando y ahora tenemos que conseguir que las medidas vengan para quedarse.
Mejorar la calidad del aire, hacer más segura la movilidad disminuyendo el tráfico motorizado, la mejora de la salud personal y el ahorro energético son los resultados esperados de la promoción de la bicicleta y de la pacificación del tráfico que permitirán además sentirse más seguro al peatón y disminuir las víctimas del tráfico.
Un medio ambiente menos contaminado interesa tanto para los ecosistemas como para la salud pública. Los primeros estudios científicos sobre letalidad del coronovarius siguen apuntando a mayor letalidad cuanto mayor es la contaminación.
A partir de las 20 h de este viernes esperamos que el paseo marítimo se llene de personas paseando, corriendo y en bicicleta, y a partir de la semana que viene esperamos ver más bicicletas en los desplazamientos habituales a la compra y al trabajo.
Melilla tiene una distancia física que permite acceder caminando en la mayoría de los casos al trabajo desde casa entre 15 a 30 minutos. Hemos aprobado un PMUS en una fecha temprana junto a los primeros planes municipales de España pero nos hemos estancado una vez que teníamos las herramientas necesarias para desarrollar la movilidad sostenible y tenemos que aprovechar el momento actual para ganar el tiempo perdido.
La promoción actual de las modalidades sostenibles de movilidad tienen que quedarse, no pueden ser una medida temporal.