Ciudad Autónoma de Melilla
Denuncia sobre vertidos ilegales en Melilla. Septiembre 2020
Desde que Guelaya denunció la situación caótica de los vertidos ilegales en la periferia de la ciudad y presentó sus propuestas de solución en julio de 2018 han pasado más de dos años, el Gobierno de la ciudad ha cambiado, una pandemia nos obliga a vivir lo que se ha dado en llamar una “nueva realidad” pero la situación de los residuos y vertidos ilegales va cambiando para peor y ampliando sus escenarios y la naturaleza de los residuos que se vierten.
Revisada la periferia de la ciudad por miembros de Guelaya durante la semana del 7 al 13 de septiembre los hechos que se denuncian son los siguientes:
El número de electrodomésticos que aparecen en la pista de carros ha aumentado, en todas sus formas, despieces y carcasas.
Zonas hasta ahora vírgenes de vertidos, como las zonas forestales en la Red Natura 2000 aparecen con vertidos de escombros de cuartos de baño.
Bordes de caminos utilizados para hacer botellón aparecen llenos de basuras varias sin que nadie pase a limpiarlos. La playa de Horcas que sufría en su zona sin servicio público la llegada de basuras marinas ahora se ven ensuciadas por la falta de urbanidad y civismo de los bañistas que esperan que alguien vaya detrás suya quitando las basuras que deja.
Las zonas de la pista de carros que a comienzos de año cuando todavía se pensaba que se organizaría la prueba deportiva “La Africana” eran limpiadas con afán por planes de empleo y similares han vuelto a su “antigua realidad”, en varios tramos, entre la frontera de Benienzar y la carretera del barrio chino, entre la carretera de la Purísima y el campo de golf y en los alrededores del Río de Oro.
El punto negro habitual del CETI ha cambiado de lado en la carretera perimetral. Se ha limpiado el lado de la pista de carros y se mantiene sucio el borde del campo de golf. Estos puntos negros denunciados en el informe de Guelaya de julio de 2018, siguen como estaban, antes y después de la pandemia, antes y después del cambio de Gobierno.
Los cauces de la red hidrográfica de Melilla que la pandemia y la falta de actividad económica cubrió de vegetación y vació de basuras vuelven a lo que parece en Melilla su estado natural, con basuras comerciales, de botellón y chatarra.
Hasta el río de Oro en el puente próximo al instituto Leopoldo Queipo ha sido objeto de un vertido de cemento producido probablemente por el lavado de una cuba en el mismo cauce. ¿Es que pueden circular por nuestro Río los camiones o se puede utilizar el cauce de un rio para verter cemento u hormigón?
El anuncio por parte de la Guardia Civil de la tramitación de decenas de denuncias este año por verter residuos, lamentamos decir que no es suficiente ni mantiene el problema controlado.
Ante estos hechos reiteramos las propuestas que realizamos en julio de 2018 y que transcribimos una vez más. Las medidas preventivas que Guelaya ha reiterado a la Consejería son las siguientes:
- Instalación de cámaras: Para captar las matrículas de los vehículos desde donde se arrojan los vertidos, sobre todo de escombros y sancionar a los propietarios de los vehículos tanto si son coches españoles como si son de otro país, ya que se pueden controlar en frontera si se conoce la matrícula.
- Cortar el paso a vehículos de motor por la pista de carros: El paso de vehículos particulares ya está prohibido por ser la pista de carros de uso militar. El “sendero gris” permite transitar a peatones y bicicletas por el margen de la pista, pero se pueden instalar pivotes o cadenas con candados que permitan a los cuerpos de seguridad y particualres que tienen propiedades en los márgenes de la pista pasar cuando lo necesiten.
- Cobrar tasas de recogida de residuos como depósitos: Deberían cobrarse tasas para recogida de residuos al solicitar las licencias de obras, que se devolverían cuando se justifique que los escombros se han llevado a un vertedero de inertes autorizado (en Melilla hay dos) ampliando el horario de los vertederos al que habitualmente se utiliza en las pequeñas obras, al atardecer, que es cuando se cargan las furgonetas que se llevan los escombros de las casas.
Y por todo ello
DENUNCIAMOS los vertidos de residuos en todos los escenarios mencionados.
SOLICITAMOS
1.- Que se persigan y sancionen los hechos denunciados.
2.- Que se adopten medidas para prevenir el vertido de los residuos
3.- Que se amplíen los servicios de limpieza en todos los escenarios con limpiezas extraordinarias donde actualmente no hay servicio regular.




El presupuesto del gobierno de Melilla tiene que reflejar un compromiso real con el medio ambiente de la ciudad
Guelaya solicita a la Ciudad Autónoma un esfuerzo en los presupuestos para conservación de la biodiversidad y para la lucha contra la contaminación.
No tiene sentido que la Ciudad Autónoma renuncie a crear los puestos de trabajo a los que se comprometió hace cinco años con la aprobación de los Planes de Ordenación de Recursos Naturales
Los planes de ordenación de recursos naturales se aprobaron en julio de 2012 como condición impuesta por el Estado para poder contar con la Red natura 2000 en Melilla, o dicho de otro modo, para tener Zonas de Especial Conservación (ZEC).
Guelaya Ecologistas en Acción defendió la necesidad de dotar a la ciudad de un plan de recursos naturales, presentó sus alegaciones, y posteriormente, firmó un acuerdo de colaboración con la consejería de Medio Ambiente para el desarrollo de los planes de ordenación de recursos en las Zec del barranco del Nano y Aguadú.
Pero no se han ejecutado desde que se aprobaron, y los puestos de trabajos directos e indirectos que esos planes requerían han quedado en el olvido.
El empleo verde que la ciudad se comprometió a crear cuando aprobó los planes de ordenación de recursos naturales en 2013, como mínimo decenas de personas vinculadas a 20 acciones, todavía está por llegar y son una oprtunidad para el presupuesto de 2018.
Se trata no solo de crear puestos de trabajo, sino de dotar a la propia Consejería de recursos humanos que puedan hacer frente al volumen de trabajo que tiene que abordar y que impide que lo planificado y aprobado en la Asamblea se cumpla.
Han pasado los años de la crisis, debemos entenderlo así con un presupuesto de la ciudad que crece, pero también lo debe hacer el presupuesto que desde hace 5 años la ciudad comprometió con la conservación de la biodiversidad y se ha mantenido en 0 euros.
Melilla sigue siendo el único territorio español que no ha aprobado la adquisición de equipos, ni fijos ni móviles, para analizar la contaminación atmosférica.
Es una cuestión de contaminación, pero sobre todo, de sanidad ambiental. Los datos del año pasado sobre muertes prematuras que la Agencia europea de medio ambiente hizo públicas estableció en 30.000 muertes prematuras las que se produjeron en España, y 520.000 los fallecimientos en la UE por la contaminación atmosférica.
Año tras año seguiremos pidiendo a la Ciudad Autónoma que asuma su responsabilidad en informar a la población de repuntes en la contaminación atmosférica, no solo de la producida en nuestra ciudad, sino de cualquier fuente de contaminación exterior a Melilla, por causas naturales o provocadas por acciones humanas.
Es un problema sanitario vinculado a personas que tienen problemas respiratorios, por patologías conocidas o por alergias. No importa si hay partículas de polvo sahariano en el aire provocadas por los vientos del sur, o es otra la causa de la contaminación.
El control del comercio atípico, que está intentando ordenar la Ciudad Autónoma, es una oportunidad para exigir no solo que lo realicen 75 furgonetas, sino que se exija que tengan la ITV pasada.
También están afectadas por el aire que respiran colectivos profesionales específicos, como por ejemplo policías y guardias civiles, que han emitido quejas a través de sus sindicatos por los humos que respiran en las fronteras, ya que la mayoría de coches que entran en Melilla para el comercio atípico, cientos, jamás pasarían una inspección ITV en España. Probablemente el que no se quiera asumir el cumplimiento de normativas legales con los coches del comercio atípico sospechamos que tenga que ver con el hecho de que las estadísticas de la DGT afirmen que más del 25% de los coches de Melilla no pasan la ITV. En 2015 eran 12.237.
Las personas afectadas tienen derecho a que se les avise de lo que van a respirar si salen a la calle, como en cualquier otro sitio de la UE.