vertidos de escayola
Naturaleza entre chatarra y escayola
En la huerta de Hamed Al-Lal, una de las últimas huertas de Melilla, se vierten electrodomésticos viejos y escombros casi a diario.
A pesar de las reiteradas denuncias tanto a la policía como a la guardia civil, hasta ahora no se ha hecho nada para evitar estos vertidos.
Desde Guelaya hace algunos días denunciamos públicamente estos vertidos y recordamos a los comercios de electrodomésticos que están obligados por ley a recoger los viejos, pero los vertidos no se han detenido.
Para Hamed Al-Lal están siendo unas navidades muy amargas. Poseer una de las últimas huertas de Melilla le está costando una guerra constante contra los camiones que han elegido su huerta como punto de vertido libre, pero también contra la administración, que no parece tener intención de mover un dedo para hacer que se cumpla la ley, a pesar de las llamadas desesperadas de Hamed a policía y guardia civil.
La denuncia pública que hicimos hace unos días por la montaña de electrodomésticos que se amontonan en un lateral de su huerta, y en la que recordábamos que las empresas de venta de electrodomésticos tienen la obligación por real decreto de recoger los electrodomésticos viejos, solo ha supuesto un nuevo vertido de neveras que se añade al anterior. Para más inri, se suma al conjunto una montaña de escayola, vertida como todo lo demás desde un camión volquete. A los conductores de estos camiones parece preocuparles poco el peso de la ley, lo que indica que algo se está haciendo rematadamente mal.
La escayola es un material tóxico, que requiere un tratamiento especial y por tanto no se puede llevar al vertedero de escombros, sino al punto limpio. Este rincón natural de Melilla era hasta ahora un lugar privilegiado para la observación de aves, a pesar de la chatarra que dominaba el paisaje, pero ahora la toxicidad de la escayola se suma a la de los componentes de los electrodomésticos, y amenaza con convertir esa zona en un lugar sin vida.
La proximidad de esta huerta al parque Murias, uno de los principales focos de actividad económica de Melilla, lejos de suponer una ventaja, quizás está siendo su maldición.
Desde Guelaya nos negamos a bajar los brazos y dejar que las últimas zonas verdes de Melilla den el paso definitivo a vertederos. Seguiremos aporreando las puertas que sean necesarias para que este gran problema de la ciudad reciba la atención que merece.
Hoy somos la voz de Hamed Al-Lal para pedir que se atiendan sus denuncias y no se entregue al incivismo este rincón natural de Melilla, uno de los últimos de la ciudad.


Situación de los vertidos ilegales de escombros en la ciudad de Melilla. Informe de invierno 2019
- Aumenta el esfuerzo de limpieza en el sector de la pista de carros próximo al polígono industrial y en el cauce del arroyo Mezquita
- Las medidas preventivas o no se han aplicado o son ineficaces: aparece un nuevo punto negro de vertidos en la explanada de Rostrogordo con 48 vertidos
- Se crea un segundo punto negro en la pista de carros debido a la gestión de las escayolas que no se pueden llevar al vertedero de residuos de construcción
Como venimos haciendo desde el año pasado, Guelaya ha realizado su control trimestral de vertidos ilegales para hacer seguimiento de un problema “endémico” que no termina de resolverse. El año pasado reconocimos los esfuerzos que se realizaron para que el recorrido de la prueba “La Africana” estuviera limpio en lo posible para evitar la mala imagen de ciudad ante corredores que viene de todas partes de España y del extranjero.
Gracias a los planes de empleo y la nueva contrata de basuras se está notando un mayor esfuerzo en retirar los vertidos ilegales que se producen, en especial en el cauce del arroyo Mezquita y en algunos tramos de la pista de carros.
Sin embargo, como hemos reiterado en varias ocasiones, no es más limpio quien más se lava sino el que menos se ensucia. Por eso hemos demandado de la Administración que además del coste económico que supone el esfuerzo de limpiar los vertidos ilegales, se tomen medidas preventivas para evitar ese gasto público a fondo perdido ya que los culpables de los vertidos ni son multados, ni responden económicamente del daño que provocan.
Estas medidas preventivas y disuasorias o no se han tomado, o no han resultado eficaces, porque en el mes de enero hemos encontrado dos nuevos problemas de vertidos ilegales de escombros.
1.- La explanada de Rostrogordo. Hemos fotografiado 48 vertidos, algunos de ellos bastantes antiguos, pero llama la atención los nuevos, bastante visibles debido a los sacos de escombros de un blanco reluciente que adornan la explanada.
En dos vertidos aparecen restos de uralita, que habrá que valorar si tienen o no tienen amianto mediante el análisis correspondiente. Además aparecen en pequeñas cantidades algunos residuos peligrsosos, como restos de pintura, al igual que muebles y electrodomésticos.
2.- La pista de carros está bastante más limpia que en años anteriores, pero ha empezado a ser preocupante, o al menos Guelaya no ha sido consciente de ello con anterioridad, de la cantidad de residuos de escayolas que hay en el sector de la pista de carros que va entre “la cuesta de la peseta” hasta el cruce con la carretera de Palma Santa.
En este tramo aparecen residuos especiales como restos de vehículos, que ya son dos, y neumáticos en el mismo cauce del río de Oro.
En ese sector hemos localizado y fotografiado 45 vertidos ilegales, pero nos ha llamado la atención la presencia en la mayoría de ellos de escayolas, lo que podría ser el origen del problema de este nuevo punto negro de acumulación de vertidos debido a que las escayolas se tienen que llevar al CAD-VFU situado en las cercanía de este sector de la pista de carros, y que debido a ello es de tránsito público, a diferencia del resto de la pista de carros donde la circulación de vehículos está prohibida como camino de uso militar.
El problema podría derivar a nuestro entender de que el CAT-VFU tiene horario de funcionariado, exclusivamente de mañana, y los autónomos y pequeñas empresas que tienen que desprenderse de las escayolas van al lugar indicado por la tarde noche al terminar la jornada laboral y se encuentran el CAT-VFU fuera de servicio según la placa que obra en su puerta.
Por ello, a pesar de que no se puede admitir el vertido ilegal de escayolas, creemos que la Ciudad tendría que hacer un esfuerzo en facilitar a los autónomos y pequeños empresarios la entrega de los residuos en un horario laboral propio del sector de la construcción y aligerar la burocracia asociada a la entrega de residuos de construcción.
Los vertidos ilegales no los están haciendo las grandes empresas que hacen obra pública de proyectos que incluyen planes de residuos y presupuesto para su traslado a vertedero. Es un problema de las pequeñas empresas y de autónomos que hacen obras menores, arreglos de cocinas o cuartos de baño.
Solo con limpiar no se va a arreglar el problema.