Alegaciones a los presupuestos.
Hay que señalar una partida finalista de 6 millones de euros para desarrollar la Zona de Bajas Emisiones este año por imperativo legal
· Las Zonas de Bajas Emisiones derivadas de la Ley 7/2021, de 20 de mayo, de cambio climático y transición energética obliga a los municipios de más de 50.000 habitantes como es el caso de Melilla a disponer de al menos una ZBE “antes de 2023”.
· La Zona de Bajas Emisiones debe venir acompañada de un reglamento que garantice el derecho a la calida del aire de las personas de Melilla y que sancione las infracciones por entrar
Las Zonas de Bajas Emisiones se aprobaron para garantizar en toda Europa el derecho de las personas a respirar aire sano y consisten en la limitación de los vehículos a motor más contaminantes en zonas de tráfico restringuido. En Melilla al poseer un parque móvil muy envejecido la mayoría de los vehículos a motor no pondrán transitar por las calles del interior de la Zona de Bajas Emisiones, que puede ser más de una y que coinciden con las zonas céntricas donde se acumula el tráfico.
Por tanto, a lo largo del año 2022, y hasta el 31 de diciembre deberán ponerse en marcha en Melilla la ZBE al menos en el centro de la ciudad.
En realidad, la mejora de la calidad del aire como derecho ciudadano es anterior a la Ley 7/2021, ya que existen obligaciones legales de los municipios y CCAA derivadas de la Ley 34/2007, de 15 de noviembre, de calidad del aire y protección de la atmósfera y del Real Decreto 102/2011 de 28 de enero, relativo a la mejora de la calidad del aire o el Real Decreto Legislativo 6/2015, de 30 de octubre, que otorga a los municipios la capacidad de restringiur el tráfico.
No existe en Melilla ningún reglamento que proteja a la ciudadanía de la mala calidad del aire. No existe información en tiempo real de los días en que las partículas PM10 y PM2.5 superan los niveles máximos y que se conoce por mediciones fragmentarias realizadas en Melilla con equipos móviles.
Esos días de mala calidad del aire acreditados en los últimos años incluso con reducción del tráfico debido a la pandemia provocan la indefensión de la población especialmente por la confluencia de eventos de polvo sahariano que sumado a la contaminación provocada por la presencia de una central diésel y de una incineradora en el centro de la ciudad y del tráfico rodado.
Si se tiene en cuenta el consumo de combustible en la ciudad en los últimos años se han recuperado los niveles prepandemia.
La consejería de Medio Ambiente y sostenibilidad en su declaración de interés dirigida en marzo al ministerio de transportes movilidad y agenda urbana sobre acciones en
defensa de la movilidad sostenible estimó en 6 millones de euros el gasto de crear en Melilla una ZBE, sin contar el contrato de asesoría técnica para redactar el proyecto de ZBE.
No se ha solicitado hasta el momento al Estado ninguna ayuda para el desarrollo de la ZBE de Melilla que debe funcionar obligatoriamente a final de año. Por ello debe incluirse una partida finalista de 6 millones de euros para el desarrollo de la ZBE en Melilla a costa del presupuesto de la ciudad al tiempo que se contrata la asesoría técnica para la definición de la ZBE y la redacc ión del presupuesto.
Igualmente deberá desarrollarse un reglamento que garantice el derecho a la calidad del aire de la ciudadanía y la regulación de la Zona de Bajas Emisiones que deberá incluir las sanciones a su incumplimiento.
El actual proyecto de reglamento de movilidad no regula la Zona de Bajas Emisiones ni tampoco las modalidades de aparcamientos rotatorios previstos en el Plan de Movilidad Urbana Sostenible por lo que en el caso de aprobarse como está actualmente deberá ser sustituido este mismo año por un reglamento nuevo que incluya la regulación de la ZBE.
Por lo que proponemos
Incluir una partida finalista para la redacción de un proyecto de ZBE en Melilla, la redacción de la nueva normativa que la ampara y una partida de 6 millones de euros para su ejecución a lo largo del año 2022.
