Melilla no está preparada para cumplir la normativa aprobada en el Parlamento europeo sobre basuras marinas para dentro de seis años
- Partimos de 0% en reciclaje de envases plásticos en 2019. Aspiramos a llegar al 30% aunque en 2015 se elevó el objetivo al 55% y ahora se vuelve a elevar al 90% para 2025 en el caso de las botellas de agua
Los objetivos de reciclaje de materiales, entre ellos los envases plásticos, no han dejado de ser cada vez más exigentes, pero la ciudad de Melilla no ha comenzado a reciclar envases y tetrabrick todavía. Hasta el año que viene no se instalará una red de contenedores amarillos en la ciudad. Tenemos uno de muestra, para que nos vayamos acostumbrando durante unos meses a su presencia en el mobiliario urbano.
Partimos de 0 envases reciclados en 2019, para intentar llegar al objetivo de recoger el 30% con el sistema de gesión integrada. El sistema de retorno, que ha conseguido porcentajes superiores al 70% en otros países europeos, tiene el rechazo de la actual Administración de la Ciudad.
Mucho nos tememos que no podremos cumplir con nuestras obligaciones con el medio ambiente como melillenses ni siquiera en 2025, cuando el porcentaje de reciclaje de botellas de plástico quede fijado en 90%.
La decisión del Parlamento europeo ha sido tomada por 571 votos a favor y 53 en contra. No es una cuestión ideológica. Es una cuestión de supervivencia ante un problema socioambiental global.
- Ecologistas en Acción lleva años analizando las causas y las consecuencias de las basuras marinas. El problema de las basuras marinas es un viejo conocido
Para la mayoría de los ciudadanos europeos las medidas que acaba de aprobar el Parlamento Europeo para luchar contra las basuras marinas y los microplásticos llegan tarde, pero son bienvenidas.
El Ministerio de medio ambiente, actual MITECO, lleva cinco años recogiendo datos sobre basuras marinas para establecer su origen y recoger propuestas de soluciones.
- El problema de las basuras marinas no es tan reciente. Ecologistas en Acción presentó un informe ya hace un año en el que denunciaba el origen terrestre de las basuras marinas. El 80% proceden de tierra.
Tras consultar con 300 publicaciones científicas que estudiaban el problema desde hacía años, las autoras del informe, Elisa Rojo-Nieto y Tania Montoto estimaron que cada año entran en el océano entre seis y ocho millones de toneladas de basuras marinas, de las que los plásticos representan más del 80 %.
El origen de este problema radica en “el enfoque del ciclo de vida: el modelo lineal que siguen los recursos utilizados, desde su fabricación a su posterior descarte, a menudo tras un solo uso y durante un tiempo corto, generando una acumulación incesante de residuos”.
“Más de 690 especies han tenido alguna interacción con las basuras marinas. La persistencia de los plásticos en la naturaleza puede conducir a serios riesgos para el ser humano y la fauna salvaje, produciendo cambios en los ecosistemas, exposición a sustancias químicas, efectos letales y subletales debido a su ingestión, así como al atrapamiento con elementos de plástico por parte de la fauna marina.”
La decisión del Parlamento europeo de acabar con los materiales plásticos de usar y tirar es una consecuencia del conocimiento acumulado sobre el problema.
- Guelaya Ecologistas en acción participará en los programas de ciencia ciudadana del ministerio de Transición Ecológica sobre basuras en playas para aportar datos sobre el problema en Melilla y seguirá proponiendo la implantación en Melilla el sistema de depósito y retorno de envases
- Como se afirma en el informe de Ecologistas en Acción, “dado que el 40% del plástico producido en Europa se destina a la producción de envases, la introducción de sistemas de depósito y retorno de envases (SDDR) es una medida imprescindible cuya eficacia está además demostrada. Este sistema de gestión de residuos, específico en este caso para determinados envases, asocia un valor a cada envase para que éste sea devuelto por el consumidor, incentivando así su reciclaje o reutilización. Se trata de un sistema compatible y complementario a los actuales sistemas integrados de gestión (SIG), puesto que seguirán existiendo envases que no estén incluidos en el Sistema de Depósito, Devolución y Retorno de Envases (SDDR)”.